El élder L. Tom Perry es recordado por su vida de dedicación

Por Sarah Jane Weaver, editora adjunta de Church News

  • 9 Junio 2015

El féretro es llevado antes del funeral del élder L. Tom Perry en el Tabernáculo de la Manzana del Templo en Salt Lake City el viernes 5 de junio de 2015.  Fotografía por Jeffrey D. Allred, Deseret News.

“Él amó al Señor con todo su corazón y alma, y le sirvió con todas sus fuerzas hasta el final de su vida terrenal”. —Presidente Thomas S. Monson

El élder L. Tom Perry fue recordado por su fe perdurable, actitud optimista y espíritu caritativo por miles de personas reunidas en la Manzana del Templo —y en otras ubicaciones en todo el mundo— para su funeral el 5 de junio.

El élder Perry, de 92 años, del Cuórum de los Doce Apóstoles, murió el sábado 30 de mayo de 2015, tan sólo cuarenta días después de que se le diagnosticara cáncer de tiroides. El Apóstol viviente de mayor antigüedad al momento de su muerte, el élder Perry había sido miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles desde el 6 de abril de 1974.

“Desde su fallecimiento el sábado, he meditado mucho en este fiel siervo de Dios. Hemos compartido mucho durante los años: dolor y felicidad, pesar y risa, y sobre todo, amor por el Señor y Su Evangelio”, dijo el presidente Thomas S. Monson, el último discursante en el funeral.

El presidente Monson dijo que el élder Perry combinaba “una mente perspicaz con un corazón lleno de fe” para obrar maravillas con sus palabras.

Presidente Thomas S. Monson.

“Claramente tenía su estilo propio. Él fue bendecido con una voz rica y resonante con la que él proclamó la palabra de Dios en el hogar y en el extranjero todos los días de su vida”, dijo el presidente Monson. “Todos los que oyeron su voz y quienes leyeron sus palabras fácilmente podían ver que era un intrépido defensor y testigo de la verdad, inteligente en pensamiento, radiante y cálido en personalidad, conciso y poderoso al expresarse, y firme y resuelto en el compromiso y en la fe. Podía enseñar, persuadir, amonestar, explicar y animar”.

La congregación —entre ellos todos los miembros de la Primera Presidencia y del Cuórum de los Doce Apóstoles— llenaron el Tabernáculo y las ubicaciones en el Salón de Asambleas y el Centro de Visitantes Norte en la Manzana del Templo para el funeral. Además del presidente Monson, el hijo del élder Perry, Lee T. Perry y el élder M. Russell Ballard y el élder Dallin H. Oaks, ambos del Cuórum de los Doce Apóstoles, también hablaron. El presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia dirigió el servicio; el élder Russell M. Nelson y el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles ofrecieron las oraciones. El Coro del Tabernáculo Mormón proporcionó la música. El élder Nelson dirigió el servicio de sepultura, en el que el hermano del élder Perry, Ted S. Perry, ofreció la oración dedicatoria.

Durante su discurso, el presidente Monson dijo que, junto con su fe, dedicación y energía, el élder Perry era “uno de los hombres más amables, considerados y piadosos” que jamás ha conocido. “Declaro a ustedes, mis hermanos y hermanas, que no había ninguna debilidad en la armadura de L. Tom Perry; no había engaño en su alma; no tenía ninguna falla en su carácter. Él amaba al Señor con todo su corazón y alma y le sirvió con todas sus fuerzas hasta el final de su vida terrenal”.

El presidente Monson agregó: “El Evangelio en el que creía tan profundamente y enseñó con tanto poder brinda la certeza de que todo está bien en cuanto a este amado siervo de nuestro Padre Celestial. Su poderoso espíritu ha ido a casa a ese Dios que le dio la vida. Su registro se conoce en el cielo y allí rendirá su valioso tesoro de buenas obras y servicio fiel”.

El élder Oaks dijo que el élder Perry “era un hermano mayor para todos los miembros más nuevos en el Cuórum de los Doce. Hablo por todos nosotros en este homenaje a este gran Apóstol”.

Élder Dallin H. Oaks.

El élder Oaks dijo que el élder Perry dejaba una maravillosa impresión en todo aquel que conocía.

“Como uno de sus amigos católicos dijo, su bondad ‘era evidente… Él impactaba simplemente al ser el hombre de espíritu generoso que él era’”, dijo el élder Oaks. “Esta audiencia está llena de personas que fueron amadas, motivadas y dirigidas por este hombre maravilloso”.

El élder Ballard dijo que el élder Perry “siempre me ha parecido muy impresionante, con su voz potente y convincente, su estatura física de casi 2 metros y su actitud positiva y entusiasta”.

Élder M. Russell Ballard.

“Él era alguien que sabía que iba a causar una gran impresión en cualquier persona que estuviera en contacto con él”, dijo el élder Ballard.

Por su naturaleza, dijo, el élder Perry esperaba que las cosas avanzaran.

“Parecía tener muy poca paciencia si el tiempo no se utilizaba sabiamente”, dijo el élder Ballard. “Él siempre enseñó, instó e inspiró a todas las Autoridades Generales para que pudiéramos hacer más —mejor— y pudiéramos avanzar más rápido en bendecir la vida de cada miembro de la Iglesia. Su visión de la influencia que el Evangelio debía tener en la vida de todos era una parte importante de su llamamiento apostólico”.

La Iglesia ha sido bendecida por el liderazgo del élder Perry, su testimonio y dedicado servicio, dijo.

“Conociéndolo tan bien como lo hago, su voz y su presencia ya están ocupados. Él está llevando a cabo su ministerio de enseñar y testificar ‘entre aquellos que están en tinieblas’ (D. y C. 138: 57) de la misión divina y la expiación del Señor Jesucristo”.

Lee Perry habló de la vida de su padre y su devoción a Dios, su familia y su país.

En nombre de su familia, agradeció a todos los que habían apoyado y ayudado al élder Perry a lo largo de los años. “Las oraciones y las expresiones de consuelo y gratitud de los miembros de la Iglesia han sido abrumadoras. Gracias. También resulta abrumador ver esta congregación y darse cuenta de que han venido al Tabernáculo para expresar su amor y gratitud hacia el élder Perry”.

El hijo del élder L. Tom Perry, Lee T. Perry.

Él dijo que su padre habló a menudo a los miembros de la Iglesia sobre la importancia de la familia y de las funciones sagradas de los padres y las madres. “Su último discurso de la conferencia general hace dos meses, una vez más se centró en el matrimonio y la familia”.

Todos los días de la vida de su padre fueron gloriosos para él, dijo el hermano Perry. “Él disfrutó de vivir una vida en la que siempre hizo las cosas con energía y esfuerzo… Ahora enseña con entusiasmo el Evangelio en el mundo de los espíritus, y continuará con energía y esfuerzo de propósito, hasta que él se levante en la mañana de la primera resurrección”.

El sepelio fue en el cementerio de Salt Lake City.

El élder Perry deja a su esposa Barbara Dayton Perry; su hijo, Lee T. Perry; su hija Linda Gay Nelson; y sus nietos y bisnietos. Le precedieron en la muerte su primera esposa, Virginia Clare Lee, quien murió en 1974; su hija Barbara Lee Perry Haws, quien murió en 1983; y una nieta, Esther Lee Wood, quien murió en 2014.

Carol Petersen, a la izquierda, abraza a su hermana, Barbara Taylor Dayton Perry, a la derecha, esposa del élder L. Tom Perry. Foto por Laura Seitz, Deseret News.

La familia de L. Tom Perry llega al tabernáculo de Salt Lake para su funeral el viernes 5 de junio de 2015. Foto por Laura Seitz.

El presidente Thomas S. Monson saluda al presidente Boyd K. Packer. Fotografía por Jeffrey D. Allred.

La Primera Presidencia se pone de pie cuando la familia del élder Perry entra al Tabernáculo. Fotografía por Jeffrey D. Allred.

El féretro del élder L. Tom Perry es llevado al Tabernáculo de la Manzana del Templo. Fotografía por Jeffrey D. Allred.

El féretro es ingresado al Tabernáculo antes del funeral. Fotografía por Jeffrey D. Allred.

Las Autoridades Generales asisten al funeral del élder L. Tom Perry. Fotografía por Jeffrey D. Allred.

El Coro del Tabernáculo Mormón canta durante el funeral del élder L. Tom Perry. Fotografía por Jeffrey D. Allred.

El élder Richard G. Scott, a la izquierda y el élder Robert D. Hales asistieron al funeral del élder L. Tom Perry. Fotografía por Jeffrey D. Allred.

El féretro es llevado después del funeral. Fotografía por Jeffrey D. Allred.

Familiares y amigos siguen el ataúd después del funeral. Fotografía por Jeffrey D. Allred.

La bandera estadounidense cubre el féretro del élder L. Tom Perry. Él prestó servicio en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

El coche fúnebre que lleva el féretro del élder L. Tom Perry, sale de la Manzana del Templo después de su funeral el viernes 5 de junio de 2015. Foto por Laura Seitz.

El coche fúnebre que lleva el féretro del élder L. Tom Perry se dirige al cementerio de Salt Lake City. Foto por Laura Seitz.

El élder M. Russell Ballard y su esposa, la hermana Barbara Ballard, a la derecha, salen del Tabernáculo luego del funeral. Foto por Laura Seitz.

El élder Quentin L. Cook, a la derecha, el élder D. Todd Christofferson y el élder Neil L. Andersen y sus esposas salen del Tabernáculo después del funeral. Foto por Laura Seitz.