Comprender el propósito del Escultismo

Nuestros esfuerzos como asesores de los Hombres Jóvenes y líderes de Escultismo pueden tener consecuencias eternas.


David L. Beck
Presidente General de los Hombres Jóvenes


 

Cuando era presidente de misión, una zona en particular estaba teniendo mucho éxito. Le pregunté a uno de los líderes de zona: “Élder, ¿qué está sucediendo aquí?”.

Su respuesta fue: “Presidente, en la escuela secundaria corría a campo traviesa con algunos amigos. Entrenábamos arduamente y competíamos juntos. Durante cuatro años ninguno de nosotros logró pasar cierta barrera de tiempo en las carreras de 5 km. Pero durante una carrera a campo traviesa que corrimos el último año, uno de nosotros finalmente rompió esa barrera. Entonces, a los siete días de la carrera, todo el grupo ya había vencido esa barrera de tiempo”.

Los corredores a campo traviesa, como los misioneros de esa zona, tenían éxito porque, como dijo el líder de zona, “creían que podían lograrlo”.

Los asesores de los Hombres Jóvenes llamados por inspiración a prestar servicio en el programa de Escultismo también pueden tener éxito. Pero una actitud creyente requiere que sean fuertes en el Espíritu, que estén comprometidos a fortalecer a los hombres jóvenes a quienes prestan servicio y que estén debidamente capacitados.

Aprender nuestro deber

Una de las herramientas que Satanás usa contra la Iglesia es convencer a los poseedores del sacerdocio de que mañana podrán hacer lo que deberían hacer hoy. Pero el Señor nos dice: “Por tanto, aprenda todo varón su deber, así como a obrar con toda diligencia en el oficio al cual fuere nombrado” (D. y C. 107:99).

Este consejo es fundamental para cualquier llamamiento que recibamos en la Iglesia, incluso los llamamientos del programa de Escultismo. Una de las palabras claves de este consejo es ahora.

En un programa tan exigente como el de Escultismo, algunos de los líderes se preocupan y vacilan y podrían sentirse agobiados o poco aptos para cumplir con sus deberes. Esos sentimientos son normales. La mejor manera de lidiar con esos sentimientos es sencillamente poner manos a la obra: ahora. El Señor los ha llamado y Él los habilitará1 y bendecirá de modo tal que aprendan sus responsabilidades y magnifiquen su llamamiento.

El poder del Escultismo

“Es imposible medir el gran bien que ha venido por medio de esta organización durante el último siglo… Creo en el Escultismo. Creo en los objetivos de la organización. Creo en el poder del Escultismo para bendecir y enriquecer vidas para bien”.

—Presidente Thomas S. Monson, “President Monson Discusses Strengths of Scouting” [El presidente Monson habla sobre las fortalezas del Escultismo]

La capacitación es esencial para comprender el programa de Escultismo y sentirnos seguros de que podemos implementarlo. La capacitación nos motiva a lograr el éxito porque, al lograr cierto dominio, obtenemos la confianza de que verdaderamente podemos ser líderes de Escultismo exitosos. Esperamos que a los asesores de los Hombres Jóvenes, además de capacitarlos, se les dé tiempo suficiente en sus llamamientos de Escultismo para influir en la vida de los hombres jóvenes a quienes prestan servicio.

Los asesores de los Hombres Jóvenes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días deben ser los mejores ejecutores del programa de Escultismo en todo el mundo. La capacitación es un paso importante para ese objetivo.

Fortalecer a los Hombres Jóvenes

El Escultismo es más que campamentos y condecoraciones por méritos. El Escultismo incluye la espiritualidad, el deber, el crecimiento y el liderazgo. Cuando la Iglesia comenzó a implementar el Escultismo en 1913, los líderes querían un programa que ayudara a progresar y fortaleciera a los jóvenes. Los líderes debidamente capacitados entienden mejor el Escultismo y aprecian el potencial del programa para ayudar a los jóvenes a crecer.

Tenemos un legado de hacer cosas difíciles en la Iglesia. Siempre hemos hecho cosas difíciles y seguiremos haciendo cosas difíciles. Las cosas difíciles nos ayudan a superarnos y nos permiten bendecir a otras personas. Nuestros jóvenes son el futuro de la Iglesia, y deben estar preparados para los días difíciles que se aproximan. El Escultismo es una manera de ayudar a los jóvenes a prepararse para hacer cosas difíciles, como el ser fieles misioneros de tiempo completo.

Cuando se implementan correctamente, el Escultismo y Mi deber a Dios fortalecen la fe en Jesucristo, el carácter, las relaciones y las habilidades. Además, proporcionan oportunidades para que los jóvenes desarrollen aptitudes que son esenciales para el ministerio del sacerdocio al cual son llamados, como el ser líderes y prestar servicio.

El Escultismo y Mi deber a Dios ayudan a preparar a los jóvenes para recibir el Sacerdocio de Melquisedec y las ordenanzas del templo, y para bendecir a los demás cuando sean misioneros de tiempo completo. Para muchos jóvenes, el Escultismo ha probado ser un elemento importante en la construcción de un puente conector con la actividad en el reino de Dios.

El programa de Escultismo al aire libre es parte del mensaje de autosuficiencia, pero es aún más que eso. Es un programa en el que se forjan relaciones y los jóvenes trabajan unos con otros y con sus asesores haciendo cosas que los ayudan a progresar física y emocionalmente. Los pone en contacto con la naturaleza, y así se liberan de las distracciones de un mundo cada vez más ruidoso. Además les da la oportunidad de estar en comunión con el Espíritu y de reflexionar sobre su vida y su relación con otras personas, aun su relación con Dios.

Ser firmes en el Espíritu

“Y si de entre vosotros uno es fuerte en el Espíritu”, nos dice el Señor, “lleve consigo al que es débil, a fin de que sea edificado con toda mansedumbre para que se haga fuerte también” (D. y C. 84:106).

Ésta es la época en que los jóvenes más necesitan relacionarse con asesores adultos que sean fuertes en el Espíritu. Como líderes de los hombres jóvenes, tenemos la bendición de trabajar con ellos durante la época de la transición de la infancia a la edad adulta. Son tiempos llenos de tentaciones y dificultades. ¡Qué gran privilegio e increíble responsabilidad tenemos!

Los jóvenes deben ser guiados, motivados y fortalecidos por personas fuertes en el Espíritu. Por medio de experiencias espirituales, deben descubrir la motivación inherente a ser un discípulo de Cristo, para probar por sí mismos los frutos del Evangelio y del Espíritu.

Los jóvenes deben saber que sus líderes son hombres de Dios dignos de verdadera confianza, que realmente se preocupan por ellos y que toman en serio su llamamiento en el programa de Escultismo. Los líderes de confianza pueden llegar a ser un poderoso recurso para ayudar y bendecir a los jóvenes.

“Edificar con mansedumbre” significa fortalecer con mansedumbre. Un hombre manso edifica a los hombres jóvenes con paciencia, benignidad y un compromiso absoluto a hacer la voluntad de Dios. La seguridad y la confianza aumentan en los jóvenes cuando sienten que sus líderes tienen el Espíritu del Señor con ellos.

El Señor también nos dice: “Por tanto… no diga la cabeza a los pies que no tiene necesidad de ellos; porque sin los pies, ¿cómo podrá sostenerse el cuerpo?” (D. y C. 84:109).

Al igual que los pies proporcionan apoyo al cuerpo físico, del mismo modo el Sacerdocio Aarónico ayuda a apoyar y fortalecer a la Iglesia. Para que el cuerpo —la Iglesia— permanezca ahora y en el futuro, debemos reconocer y honrar al Sacerdocio Aarónico ayudando a los jóvenes a llegar a ser fuertes en el Espíritu.

Piensen en un muchacho granjero, sencillo, de 14 años y con limitada educación formal. Dios lo tomó y confió en él para que fuera Su instrumento en la Restauración de la Iglesia en esta dispensación. Cuando miren a un hombre joven, piensen en José Smith y dense cuenta de que cualquier joven que tenga el poder del sacerdocio de Dios tiene la capacidad de hacer cosas grandiosas ahora.

Convertirse en pastores de los Hombres Jóvenes

Agradezcan al Padre Celestial por esta época de su vida en la que pueden influir en los jóvenes. Estén a disposición de ellos y denles la visión de lo que pueden llegar a ser al aprender sus deberes como poseedores del sacerdocio, ya sea que estén vestidos con un uniforme de Escultismo o que lleven camisa blanca y corbata.

Los jóvenes necesitan pastores y nosotros debemos ser la clase de los pastores que Dios espera que seamos (véase Ezequiel 34:1–16). Nuestros esfuerzos como asesores de los Hombres Jóvenes y líderes de Escultismo pueden tener consecuencias eternas (véase Jacob 1:17–19).

El adversario no quiere que actuemos y él hará todo lo posible para disuadirnos. Ruego que avancemos en la labor de preparar a los jóvenes de esta Iglesia ayudándolos a formar parte de cosas buenas y gloriosas: la gran obra del Sacerdocio Aarónico y el maravilloso programa de Escultismo.


Nota

  1. Véase Monson, “Nuestra sagrada responsabilidad del sacerdocio”, Liahona, mayo de 2006