Mi Deber a Dios

Líderes del Sacerdocio Aarónico y Hombres Jóvenes de todo el mundo comparten sus experiencias con Mi Deber a Dios.

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¡Meta lograda!

Austin Carter llegó un poco más temprano a la conferencia de estaca y estaba estudiando en silencio Predicad Mi Evangelio mientras esperaba que empezara la reunión. Una autoridad visitante se había fijado en él y comenzó a hacerle preguntas acerca de sus deberes del sacerdocio. Cuando Austin reveló que él era el presidente del quórum de diáconos de su barrio, se le dio una meta: activar a cada diácono, para que todo el quórum asistiera a las reuniones dominicales.

¿Cómo se propuso lograr esa meta? Utilizando las llaves del sacerdocio como presidente del quórum y haciendo participar a todos los miembros de su quórum.

“Tenía reuniones regulares con mi presidencia de quórum. Nos reuníamos en mi casa, comenzábamos con una oración, hablábamos acerca de los miembros del quórum y luego íbamos a las visitas. No siempre nos recibían cordialmente, pero éramos persistentes. Cada semana teníamos una breve reunión de presidencia después del sacerdocio donde informábamos a nuestros asesores de quórum. Nos escuchaban y ayudaban a entender nuestras responsabilidades”.

El hermano Carl Vance, el asesor y maestro scout de Austin, informó: “Le dije: ‘Tienes las llaves del sacerdocio del quórum y sabes qué hacer. Te ayudaré pero el quórum es tu responsabilidad’. Estaba contento al permitir que la presidencia cumpliera con su deber. ¡Después de todo, en este aspecto son mejores que nosotros!”.

Austin comentó acerca de los maravillosos asesores adultos que los muchachos tenían, tanto en el sacerdocio como en el escultismo. “Nuestros asesores entienden que nosotros, como jóvenes necesitamos planificar nuestro propio programa. Estaban dispuestos a ayudarnos, pero nos permitían planificar las actividades y hacer que se llevasen a cabo”.

El hermano Vance declaró: “Después de una reunión un domingo, el presidente Carter se me acercó y dijo: ‘Hermano Vance, me parece que tenemos que dedicar más tiempo trabajando en Mi Deber a Dios”. ¡Estaba contento por dar apoyo al presidente de quórum ante esta solicitud!”.

Austin fue relevado y ahora es maestro de su barrio. Sin embargo, el hermano Vance explicó con entusiasmo: “El modelo se ha establecido. El nuevo presidente y sus consejeros continuarán sus funciones como una presidencia eficaz. Es emocionante ver cuántos jóvenes han aprendido a magnificar su sacerdocio en nuestro barrio.

¿Qué pasó con la asignación que se le dio a Austin durante la conferencia de estaca?

Después de varios meses de invitar con regularidad a la presidencia de los Hombres Jóvenes, Austin informó a la autoridad visitante mediante una carta que decía:

“He cumplido con su desafío. Todos los diáconos menos activos vienen a la Iglesia. Estoy empezando a tener una idea del tipo de trabajo en el que participaré en mi misión. Gracias por el desafío. Voy a seguir trabajando con otras personas que conozco y compartiré el Evangelio con ellos”.

Este presidente de quórum y sus líderes, entendieron todos claramente el siguiente mandamiento:

“Por tanto, aprenda todo varón su deber, así como a obrar con toda diligencia en el oficio al cual fuere nombrado” (D. y C. 107:99).

—Austin Carter, Idaho Falls, Idaho


Dallin Hendry obtiene un testimonio del sacerdocio por medio de Mi Deber a Dios

He recibido innumerables bendiciones mediante el uso del libro Mi Deber a Dios. Es un libro fantástico que la Iglesia ha producido. Sé que viene de nuestro Padre Celestial y es una gran bendición en mi vida. Una experiencia que tuve con Mi Deber a Dios fue cuando estaba trabajando en la sección titulada “Temas doctrinales”. Durante ese tiempo fui llamado como presidente del quórum de diáconos. No sabía qué esperar y no sabía si estaba cualificado para poseer las llaves sagradas del Sacerdocio Aarónico. Por medio de los “Temas doctrinales“ estudié “El sacerdocio y las llaves del sacerdocio”. Me enseñó cómo estas llaves llegaron a la tierra y cómo yo las utilizo para recibir revelación del Padre Celestial. Me sorprendió cuánto conocimiento estaba a mi alcance. Busqué en muchos libros sobre este tema y recibí muchas cosas útiles de ellos. Con el tiempo oré para saber si era digno de poseer estas llaves sagradas. Al instante, el Espíritu recayó sobre mí suavemente pero con un fuerte testimonio que nuestro Padre Celestial me amaba y Él tenía una obra para mí en este quórum en estos últimos días. Sentí que estaba listo y que era digno de poseer las llaves sagradas del Padre Celestial. Este libro no es sólo un libro. Es una bendición. Y yo quería compartir esta bendición con los integrantes de mi quórum. El libro Mi Deber a Dios es una de las cosas más grandes aquí en la tierra hoy en día. Te prepara para todo en la vida. Te ayudará con las dificultades que estés atravesando ahora y las que atravesarás en el futuro. Estoy tan agradecido por este libro.

—Dallin Hendry, Salt Lake City, Utah