Los jóvenes están haciendo grandes cosas

Los líderes del Sacerdocio Aarónico y los hombres jóvenes de todo el mundo comparten sus experiencias acerca de las grandes cosas que hacen los jóvenes.

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Unos jóvenes llevan a cabo bautismos matutinos de manera constante durante un año

El obispo Randy Wright del Barrio West Jordan River 6, extendió un desafío a su familia del barrio y en particular a los jóvenes. Comenta: “Al principio del año, tuvimos un ayuno de cuarenta días en nuestro barrio (40 familias o miembros ayunaron durante un día consecutivamente). El propósito del ayuno era ayudar a nuestro barrio a centrarse en las familias que necesitaban regresar al templo. En ese momento, les pedí a los jóvenes que establecieran una meta para asistir al templo y realmente lo tomaron en serio. Nuestros jóvenes y jovencitas empezaron a ir al Templo de Jordan River cada miércoles por la mañana a las 5:00 h. Han continuado haciéndolo durante todo el año. Ha sido maravilloso ver al personal del baptisterio familiarizarse con estos jóvenes. Hasta la fecha, los jóvenes han realizado cerca a 3.800 bautismos. Ha sido una experiencia maravillosa ver crecer el amor por el templo en los ojos de estos jóvenes. Sólo quería informarles que la generación escogida sigue avanzando.

—Obispo Randy Wright, West Jordan, Utah


Los Hombres Jóvenes llevan a cabo servicio para un paciente de cáncer

Mi papá luchó contra el cáncer durante cuatro años antes de fallecer. Mi familia recibió muchos actos de servicio en ese momento y muchas personas actuaron como instrumentos en las manos de Dios para bendecir a nuestra familia.

Hubo un tiempo en que mi papá tenía convulsiones y su médico le pidió que ya no condujera un automóvil. El trabajo de mi papá estaba a una hora de distancia, por lo que se le hacía difícil a mi madre, que ya se encontraba agotada, pasar cuatro horas al día conduciendo para llevar y traer a mi papá del trabajo. En esos momentos, varios hombres del barrio con horarios flexibles, se ofrecieron para tomar turnos y llevarlo a trabajar todos los días. Durante el verano, varios de los hombres jóvenes que se estaban preparando para servir en una misión también tomaban turnos para llevar a mi papá. Era una tarea sencilla, nada glamorosa, pero tomaba mucho tiempo y un gran sacrificio para aquellas personas que destinaban mucho tiempo de sus apretados horarios a fin de servir a mi familia. Sé que mi papá disfrutaba de su compañía y se convirtió en una enorme bendición. Los hombres jóvenes se convirtieron en algunos de los amigos más íntimos de mi papá y apoyaron a mi familia y a él hasta el final.

Durante los cuatro años de tratamientos contra el cáncer, los hombres jóvenes vinieron en varias ocasiones para ayudar en las tareas de la casa, subir escaleras para cambiar bombillas y sacar el polvo de los ventiladores del techo, para limpiar, recoger las hojas, barrer el garaje y hacer otras cosas en casa para ayudar.

Al final, tuvimos a familiares y amigos que tomaban turnos para estar en su habitación del hospital a fin de que no estuviera solo y para atender a todas sus necesidades médicas. Fue una clase de servicio muy difícil de llevar a cabo —mi papá tenía dolor, ataques de pánico y dificultad para respirar— y al final, fue Bill Moore, uno de los hombres que lo llevaba a trabajar, quién estaba con él cuando falleció. Los hombres jóvenes eran verdaderamente grandes ejemplos de lo que significa desarrollar un amor cristiano.

—Gina Hill, Gainesville, Virginia