Celebrar la hermandad


 


“Somos hijas de un Padre Celestial que nos ama y nosotras lo amamos a Él”. Estas palabras del lema de las Mujeres Jóvenes se aplican a todas las mujeres, ya sea que tengan 8 u 88 años. “La caridad nunca deja de ser” no es un lema sólo para las mujeres adultas; también se ejemplifica en el tierno cuidado de una niña hacia su madre y su hermano recién nacido. Las hermanas jóvenes en la Primaria cantan “Soy un hijo de Dios”, como todas nosotras. Sin importar nuestra experiencia de vida, todas las mujeres son parte de una hermandad grande y compartida. Hay fortaleza y razones para celebrar al darnos cuenta que todas formamos parte de la misma familia celestial.

El presidente Monson dijo: “Ustedes… son hijas del Dios Todopoderoso. Tienen un destino que cumplir, una vida que vivir, una contribución que realizar, una meta que alcanzar. El futuro del reino de Dios en la tierra se nutrirá, en parte, con la devoción de ustedes” (Thomas S. Monson, “El faro del Señor: Un mensaje para la juventud de la Iglesia”, Liahona, mayo de 2001, pág. 5).

El 29 de marzo de 2014, los profetas y las líderes generales de las tres organizaciones de las mujeres inspirarán, dirigirán y ampliarán la perspectiva de las hermanas de ocho años en adelante. La reunión proporcionará nuevas maneras para las mujeres en todo el mundo de interactuar, fortalecerse las unas a las otras y celebrar la hermandad.

 


Invite a otras mujeres a celebrar la hermandad en la Reunión General de Mujeres el 29 de marzo de 2014. Únase al evento de Facebook.


Mujeres que ayudan a otras hermanas en el camino


Camille, de la Ciudad de Nueva York

Muchos amigos comparten juguetes y golosinas, pero, ¿qué sucede cuando los amigos comparten su fe? Vean cómo la decisión de Camille de nueve años de compartir el Evangelio con un amigo impactó a muchas otras personas.

Amigos por correspondencia virtual

El vivir en otro continente no le impidió a Stephanie compartir el Evangelio con un amigo nuevo. Averigua cómo las redes sociales han bendecido a ambos por medio de esta experiencia.

Necesita amor

La habitación del hospital estaba vacía, sólo se encontraba una mujer mayor sola, pero tan pronto como Stephanie entró, empezó a prestar servicio y conmovió el corazón de las personas. Vean cómo un simple acto de bondad une a personas de diferentes generaciones y cambió una vida.