Enseñanzas para madres: Conferencia General de octubre de 2010


Ser un ejemplo

  • “El profeta Brigham Young dijo: ‘Nunca debemos permitirnos hacer nada que no estemos dispuestos a ver hacer a nuestros hijos. Debiéramos darles el ejemplo que deseamos que imiten’. Cada uno de nosotros puede empezar hoy mismo a llegar a ser ese buen ejemplo” (Mary N. Cook, “Sé ejemplo de los creyentes”, Conferencia General de octubre de 2010).
  • “En el mundo actual, repleto de tentaciones, ‘mantenerse asidos’ puede resultar difícil, pues Satanás, con sus engaños, trata de alejarnos del camino de Dios. Si tenemos una mano en la barra de hierro y la otra en el mundo, ponemos a nuestros hijos y jóvenes en peligro de desviarse del sendero. Si nuestro ejemplo resulta confuso, sucede que, en las palabras de Jacob, perdemos ‘la confianza de [nuestros] hijos por causa de [nuestros] malos ejemplos’” (“Sé ejemplo de los creyentes”).
  • “La hipocresía es muy destructiva, no sólo para el hipócrita, sino para todo el que observa o conoce su conducta, en especial los niños. Destruye la fe, ya que la honradez es la buena tierra de la que la fe se enriquece” (D. Todd Christofferson, “Reflexiones sobre una vida consagrada”, Conferencia General de octubre de 2010).
  • “No tenemos que ser perfectos, sólo honrados y sinceros. Los niños desean sentirse uno con nosotros. Cuando un padre dice: ‘¡Podemos hacerlo! Podemos leer las Escrituras diariamente como familia’, ¡los hijos lo seguirán”. (Rosemary M. Wixom, “Mantengámonos en la senda”, Conferencia General de octubre de 2010).

Consejo a los padres

  • “Cada uno de nosotros puede tender la mano para que los niños se aferren a nosotros. Podemos detenernos, arrodillarnos, mirarlos a los ojos y sentir su deseo innato de seguir al Salvador. Tómenlos de la mano. Caminen con ellos. Es la oportunidad que tenemos para anclarlos en la senda de la fe” (Rosemary M. Wixom, “Mantengámonos en la senda”, Conferencia General de octubre de 2010).
  • “Padres, consigan un ejemplar de [Para la Fortaleza de la Juventud], léanlo a menudo y vivan sus normas ustedes mismos. Tengan conversaciones reflexivas del Evangelio con los jóvenes a fin de ayudarlos a desarrollar su propio deseo de vivir y descubrir por sí mismos el significado y el propósito de las normas” (Mary N. Cook, “Sé ejemplo de los creyentes”, Conferencia General de octubre de 2010).
  • “Padres de estos magníficos hombres y Mujeres Jóvenes, les encomendamos la sagrada responsabilidad de enseñar a sus hijos las doctrinas del santo sacerdocio. Sus hijos deben aprender a temprana edad en cuanto a la bendición de tener el sacerdocio eterno del Señor y lo que deben hacer en forma individual para ser merecedores de esas bendiciones” (L. Tom Perry, “El sacerdocio de Aarón”, Conferencia General de octubre de 2010).

Estudiar las Escrituras y orar en familia

  • “Al igual que [Lucy Mack Smith], debemos mostrar a nuestros hijos y nuestros jóvenes cómo fortalecer su fe y su testimonio de Jesucristo al fortalecer el nuestro a través del estudio de las Escrituras y de la oración, de manera individual y con ellos” (Mary N. Cook, “Sé ejemplo de los creyentes”, Conferencia General de octubre de 2010).
  • “Cuando nuestra intención es asirnos a la palabra de Dios, nuestra lectura de las Escrituras puede ser sólo un versículo a la vez. Nunca es demasiado tarde para comenzar. Pueden empezar ahora” (Rosemary M. Wixom, “Mantengámonos en la senda”, Conferencia General de octubre de 2010).

Noche de hogar para La Familia

  • “Establecemos relaciones familiares profundas y amorosas al hacer cosas sencillas juntos, como cenar en familia, la noche de hogar, y simplemente al divertirnos juntos. En las relaciones familiares, amor en realidad se deletrea t-i-e-m-p-o, tiempo. El tomar tiempo para estar juntos es la clave para la armonía en el hogar” (Dieter F. Uchtdorf, “De las cosas que más importan”, Conferencia General de octubre de 2010).

Guía para las normas

  • “Debemos seguir el modelo de lo que es virtuoso y bello de lo que elijamos de los medios de comunicación. Debemos tener cuidado de que los medios de comunicación que invitemos a nuestro hogar no adormezcan la sensibilidad al Espíritu, no dañen las relaciones con nuestra familia y amigos, ni revelen prioridades personales que sean contradictorias con los principios del Evangelio. Por medio del ejemplo podemos ayudar a nuestros hijos a entender que pasar largos períodos de tiempo en internet, las redes sociales, los celulares, los videojuegos o viendo televisión nos aleja de actividades productivas y de valiosas interacciones con los demás” (Mary N. Cook, “Sé ejemplo de los creyentes”, Conferencia General de octubre de 2010).
  • “También imitamos lo que es virtuoso y bello mediante nuestro modo de vestir y nuestra apariencia. Nosotros, el pueblo del convenio, tenemos la responsabilidad de cuidar, proteger y vestir debidamente nuestro cuerpo. Debemos ayudar a nuestros hijos y jóvenes a entender que consideramos el cuerpo como un templo y un don de Dios. Nosotros damos el ejemplo al negarnos a comprar o a vestir ropa inmodesta que sea demasiado ajustada, demasiado transparente o reveladora de algún modo” (“Sé ejemplo de los creyentes”).

Crianza de los hijos

  • “Es tan importante que los cónyuges estén unidos al tomar decisiones en la crianza de sus hijos. Si uno de ellos no se siente bien con respecto a alguna cosa, entonces no se les debería dar permiso. Si cualquiera de ustedes se siente incómodo con una película, un programa de televisión, un videojuego, una fiesta, un vestido, un traje de baño o una actividad de internet, tengan el valor de apoyarse mutuamente y decir ‘no’” (Larry R. Lawrence, “Criar a los hijos con valentía”, Conferencia General de octubre de 2010).
  • “Ser un padre o madre valiente no siempre implica decir ‘no’. Los padres también necesitan valor para decir ‘sí’ al consejo de los profetas modernos. Nuestros líderes de la Iglesia nos han aconsejado establecer hábitos rectos en nuestro hogar. Consideren cinco prácticas fundamentales que tienen el poder de fortalecer a nuestros jóvenes: la oración familiar, el estudio de las Escrituras como familia, la noche de hogar, el cenar juntos y las entrevistas individuales periódicas con cada uno de los hijos” (“Criar a los hijos con valentía”).
  • “Hace falta valor para interrumpir a los hijos de lo que estén haciendo y juntarlos para arrodillarse como familia. Hace falta valor para apagar el televisor y la computadora y guiar a la familia a través de las páginas de las Escrituras todos los días. Hace falta valor para rechazar invitaciones los lunes por la noche a fin de reservar ese momento para la familia. Hacen falta valor y fuerza de voluntad para evitar programar demasiadas actividades a fin de que la familia pueda estar en casa a la hora de la cena” (“Criar a los hijos con valentía”).
  • “Una de las maneras más eficaces por la que podemos influir en nuestros hijos o hijas es aconsejarlos en entrevistas privadas con ellos. Al escuchar atentamente, podemos descubrir los deseos de su corazón, ayudarlos a establecer metas justas y también compartir con ellos las impresiones espirituales que hemos recibido acerca de ellos. El aconsejar requiere valor” (“Criar a los hijos con valentía”).

Pornografía

  • “La pornografía siempre rechazará el Espíritu de Cristo e interrumpirá las comunicaciones entre nuestro Padre Celestial y Sus hijos, y deteriorará la tierna relación entre el esposo y la esposa” (Boyd K. Packer, “Limpiemos el vaso interior”, Conferencia General de octubre de 2010).
  • “Levantamos una voz de alarma y advertimos a los miembros de la Iglesia que despierten y se den cuenta de lo que está pasando. Padres, estén alerta, siempre vigilantes, no sea que esta maldad amenace su círculo familiar” (“Limpiemos el vaso interior”).

Proteger a la Familia

  • “Un peligro constante para la familia es la invasión de las fuerzas del mal que parecen provenir de todas direcciones. Mientras nuestro esfuerzo principal debe ser el buscar la luz y la verdad, seríamos prudentes si mantuviéramos nuestros hogares a oscuras para protegerlos de las bombas mortíferas que destruyen nuestro desarrollo y progreso espiritual. La pornografía, en particular, es un arma de destrucción moral masiva. Su impacto está al frente de la erosión de los valores morales. Igualmente letales son algunos programas de televisión y sitios de internet; esas fuerzas malignas despojan al mundo de la luz y la esperanza. El nivel de decadencia se va acelerando. Si no apagamos las luces de nuestro hogar y de nuestra vida para que no entre la maldad, entonces, que no nos sorprenda si devastadoras explosiones morales destruyen la paz que es la recompensa de un vivir recto. Nuestra responsabilidad es la de estar en el mundo pero no ser de él” (Quentin L. Cook, “¡Haya luz!”, Conferencia General de octubre de 2010).
  • “Además, debemos aumentar considerablemente la observancia religiosa en el hogar. La noche de hogar cada semana, la oración familiar y el estudio de las Escrituras diarios son elementos esenciales. Debemos llevar a nuestros hogares aquello que es ‘virtuoso, bello, de buena reputación o digno de alabanza’. Si hacemos de nuestros hogares lugares santos que nos resguarden de la maldad, seremos protegidos de las consecuencias adversas que se han predicho en las Escrituras”(“¡Haya luz!”).
  • “Los desafíos y las tentaciones arremeten contra nuestros adolescentes con la velocidad y la potencia de un tren de carga. Como se nos recuerda en la proclamación sobre la familia, los padres tienen la responsabilidad de proteger a sus hijos, y eso significa tanto espiritual como físicamente” (Larry R. Lawrence, “Criar a los hijos con valentía”, Conferencia General de octubre de 2010).
  • “Como Santos de los Últimos Días tenemos que hacer todo lo posible por preservar la luz y proteger a nuestras familias y comunidades de este ataque a la moral y a la libertad religiosa” (“¡Haya luz!”).

Simplificar

  • “Si la vida y su ritmo apresurado y las muchas tensiones han hecho que les sea difícil sentir gozo, entonces, quizás ahora sea un buen momento para volver a centrarse en lo que más importa… Es un buen consejo reducir un poco la velocidad, redefinir el curso y centrarse en lo básico al atravesar condiciones adversas” (Dieter F. Uchtdorf, “De las cosas que más importan”, Conferencia General de octubre de 2010).
  • “Debido a que ‘ningún otro éxito puede compensar el fracaso’ en este aspecto, debemos dar gran prioridad a nuestra familia. Establecemos relaciones familiares profundas y amorosas al hacer cosas sencillas juntos, como cenar en familia, la noche de hogar y simplemente al divertirnos juntos. En las relaciones familiares, amor en realidad se deletrea t-i-e-m-p-o, tiempo. El tomar tiempo para estar juntos es la clave para la armonía en el hogar. Hablamos el uno con el otro, en vez del uno sobre el otro. Aprendemos unos de otros y apreciamos nuestras diferencias así como nuestras cosas en común. Establecemos un vínculo divino los unos con los otros al acercarnos a Dios juntos mediante la oración familiar, el estudio del Evangelio y la adoración dominical” (“De las cosas que más importan”).

Enseñar a los niños

  • “Si nosotros no lo hacemos, el mundo enseñará a nuestros hijos, y los niños son capaces de aprender todo lo que el mundo les enseñe a muy temprana edad. Lo que deseamos que sepan de aquí a cinco años debe ser parte de la conversación que tengamos con ellos ahora” (Rosemary M. Wixom, “Mantengámonos en la senda”, Conferencia General de octubre de 2010).
  • “Enséñenles en toda circunstancia; que cada dilema, cada consecuencia, cada prueba que afronten les brinde una oportunidad de enseñarles cómo aferrarse a las verdades del Evangelio” (“Mantengámonos en la senda”).