El programa de las maestras visitantes de 2015 se centra en los atributos de Cristo

Por Hermana Linda K. Burton, Presidenta General de la Sociedad de Socorro

  • 14 Enero 2015

El estudiar sobre el Salvador ofrece oportunidades de llegar a ser como Él.

“Al considerar a Jesús como nuestro Ejemplo y al seguir Sus pasos, podremos regresar a salvo a nuestro Padre Celestial para vivir con Él para siempre”. —Presidente Thomas S. Monson

Cada nuevo año es una oportunidad para reflexionar sobre el pasado y mirar hacia el futuro. Durante 2014, las maestras visitantes de la Sociedad de Socorro han compartido mensajes de la misión divina de Jesucristo como nuestro Ejemplo, Buen Pastor, Luz del Mundo, Salvador y Redentor, quien nos ministra y nuestro Intercesor.

Tenemos confianza de que los mensajes más importantes se recibieron a medida que las hermanas se esforzaron por enseñar como Él enseñó, ministrar como Él ministró y amar como Él amó.

En el 2015, el programa de mensajes de las maestras visitantes seguirá centrándose en el Salvador, haciendo hincapié este año en algunos de Sus atributos divinos que le ayudaron a cumplir Su misión aquí en la vida terrenal. Mientras las maestras visitantes buscan adquirir los atributos de Cristo en sus propias vidas, sabemos que serán capaces de velar, cuidar y ministrar a las hermanas que visitan, como lo haría el Salvador si estuviera aquí.

Así como los misioneros de tiempo completo son un recurso para ayudar a los hijos de nuestro Padre a venir a Cristo, lo mismo ocurre con las maestras visitantes. Hace un par de años, el élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles, extendió una invitación a los miembros y no miembros de la Iglesia, al hablar de los misioneros cuando dijo: “¡Pregúntenles a los misioneros; ellos pueden ayudarlos!” (Conferencia General de octubre de 2012). Del mismo modo, les decimos: “¡Pregúntenles a sus maestras visitantes; ellas pueden ayudar!”.

Comenzamos el año centrándonos en el atributo cristiano de la obediencia. Al igual que en todas las cosas, el Salvador abrió el camino a través de Su obediencia. El apóstol Pablo proclamó: “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia” (Hebreos 5:8).

Un poderoso principio que se enseña en Predicad Mi Evangelio se aplica no sólo a los misioneros, sino también a todos los que buscan seguir al Salvador al ser obedientes. En Predicad Mi Evangelio aprendemos que “la obediencia es la primera ley de los cielos. Es un acto de fe”. Por otra parte, se nos recuerda en este mismo recurso inspirado que “a veces, quizás se le pida que haga algo que usted no entienda por completo. Al obedecer, aumentarán su fe, su conocimiento, su prudencia, su testimonio y tendrá más protección y libertad” (Predicad Mi Evangelio, pág. 129).

Como hermanas de la Sociedad de Socorro, nuestro propósito es ayudar a las mujeres a prepararse para las bendiciones de la vida eterna. Una forma de hacerlo es mediante el aumento de nuestra fe en Jesucristo. Aprendemos en Predicad Mi Evangelio que la obediencia es la clave para aumentar nuestra fe. Como líderes, maestras visitantes e hijas del convenio de nuestro amoroso Padre Celestial, al igual que los misioneros, quizá tengamos que hacer cosas que no entendamos por completo. Eso sucederá más a menudo al arrodillarnos en oración y buscar diligentemente la revelación personal del Señor para saber lo que Él desea que hagamos para bendecir a Sus hijos. La promesa es que nuestra fe aumentará conforme actuemos con fe para ser obedientes a lo que el Señor nos revele.

El presidente Thomas S. Monson enseñó: “Recibimos un conocimiento de la verdad y la respuesta a nuestros más grandes interrogantes cuando somos obedientes a los mandamientos de Dios” (“La obediencia trae bendiciones”, Conferencia General de abril de 2013). Esto refleja la enseñanza del Salvador que se encuentra en Juan 7:17: “El que quiera hacer la voluntad de él conocerá… la doctrina”.

Mientras las maestras visitantes buscan adquirir los atributos de Cristo en sus propias vidas, sabemos que serán capaces de velar, cuidar y ministrar a las hermanas que visitan, como lo haría el Salvador si estuviera aquí.

Cuando me reuní con un grupo de jóvenes misioneros de tiempo completo hace poco, una hermana me dijo que estaba tratando de adquirir el atributo cristiano de la paciencia de nuestro Padre Celestial para ayudarle a lograr su cometido de ser mejor misionera. En su búsqueda de la paciencia, ella fue descubriendo que el Señor le dio experiencias de profundo examen de conciencia para probar e incrementar ese atributo dentro de ella. Cada uno de nosotros puede esperar algunas experiencias de crecimiento en cualquier atributo que estemos tratando de vivir con más empeño.

Al aprender juntas acerca de los atributos cristianos de este año, que cada una de nosotras nos esforcemos para dar un paso más cerca para llegar a ser más semejantes a Él, de quién estamos enseñando. Y tal vez descubramos que pasamos todo el año trabajando en sólo uno de esos atributos. Individual y colectivamente, nuestro esfuerzo de llegar a ser más como Él puede tener efectos de largo alcance en nuestro hogar, en la Iglesia y en nuestras comunidades. ¿Por dónde comenzamos?

Un modelo útil para ayudarnos en nuestra búsqueda puede encontrarse en Predicad Mi Evangelio:

• Determine cuál es el atributo que desea desarrollar.

• Escriba una definición y una descripción de ese atributo.

• Anote preguntas para responder a medida que estudie.

• Haga una lista de los pasajes de las Escrituras que enseñen acerca de ese atributo y estúdielos atentamente.

• Anote sus sentimientos e impresiones al respecto.

• Póngase metas y haga planes para aplicar ese atributo en su vida diaria.

• Ore para que el Señor le ayude a desarrollar el atributo.

• Evalúe periódicamente su progreso en el desarrollo de cada atributo.

(Véase Predicad Mi Evangelio, págs. 129-130.)

Las palabras del presidente Thomas S. Monson nos pueden inspirar al comenzar en donde estamos y luego movernos paso a paso para llegar a ser más como nuestro Salvador.

Él dijo durante su discurso en la conferencia general de octubre de 2014: “Al considerar a Jesús como nuestro Ejemplo y al seguir Sus pasos, podremos regresar a salvo a nuestro Padre Celestial para vivir con Él para siempre”.

Estamos aquí para ayudarnos unas a otras en la Sociedad de Socorro para hacer exactamente eso, al prepararnos para las bendiciones de la vida eterna. Hermanas, “¡preguntemos a nuestras [maestras visitantes]. Ellas pueden ayudarnos” a llegar a ser más como Cristo!