La Iglesia pide leyes que protejan la libertad religiosa

Por Sarah Jane Weaver, editora adjunta de Church News

  • 27 Enero 2015

El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, habla en una conferencia de prensa el martes 27 de enero de 2015, en el Centro de Conferencias en Salt Lake City, donde los líderes SUD recalcan el apoyo a las leyes contra la discriminación a la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) que protejan la libertad religiosa.  Fotografía por Scott G. Winterton, Deseret News

“Necesitamos con urgencia leyes que protejan a las comunidades de fe y a las personas contra la discriminación y represalias por reclamar los derechos fundamentales de la libertad de expresión y práctica religiosa que se encuentran en el corazón de nuestra identidad como nación y nuestro legado como ciudadanos”. —Élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce

Los líderes de la Iglesia comparten sus inquietudes acerca del “aumento de las tensiones y la polarización” entre los defensores de la libertad religiosa y los defensores de los derechos de los homosexuales durante una conferencia de prensa el 27 de enero.

Mira la conferencia de prensa completa (en inglés).

“Debemos encontrar maneras de demostrar respeto por otras personas cuyas conductas, valores y creencias son diferentes a las nuestras, sin nunca ser obligados a negar o abandonar nuestras propias creencias, valores y conductas en el proceso”, dijo el élder Jeffrey R. Holland. “Los derechos de todos los ciudadanos son mejor resguardados o cubiertos cuando cada persona y grupo resguarda a otras personas cuyos derechos desearían resguardar para sí mismos”.

El élder Holland y el élder Dallin H. Oaks, ambos del Quórum de los Doce Apóstoles, y la hermana Neill Marriott, de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes, hablaron acerca de la libertad religiosa durante la conferencia de prensa, que se llevó a cabo en el Centro de Conferencias en el centro de Salt Lake City. El élder D. Todd Christofferson, también del Quórum de los Doce Apóstoles, dirigió el evento en las redes sociales.

Aunque los líderes de la Iglesia se dirigieron al público estadounidense, también se dirigieron a los 15 millones miembros de la Iglesia en todo el mundo, muchos de los cuales luchan “con los mismos problemas que enfrentamos aquí en los Estados Unidos”.

El élder Todd Christofferson, del Quórum de los Doce Apóstoles, habla en una conferencia de prensa el martes 27 de enero de 2015, en el Centro de Conferencias en Salt Lake City, donde los líderes SUD recalcan el apoyo a las leyes contra la discriminación a la comunidad LGBT que protejan la libertad religiosa. Fotografía por Scott G. Winterton, Deseret News

La hermana Neill F. Marriott, de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes de la Iglesia, habla en una conferencia de prensa el martes 27 de enero de 2015, en el Centro de Conferencias en Salt Lake City, donde los líderes SUD recalcan el apoyo a las leyes contra la discriminación a la comunidad LGBT que protejan la libertad religiosa. Fotografía por Scott G. Winterton, Deseret News

El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, habla en una conferencia de prensa el martes 27 de enero de 2015, en el Centro de Conferencias en Salt Lake City, donde los líderes SUD recalcan el apoyo a las leyes contra la discriminación a la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) que protejan la libertad religiosa. Fotografía por Scott G. Winterton, Deseret News

El élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, habla en una conferencia de prensa el martes 27 de enero de 2015, en el Centro de Conferencias en Salt Lake City, donde los líderes SUD recalcan el apoyo a las leyes contra la discriminación a la comunidad LGBT que protejan la libertad religiosa. Fotografía por Scott G. Winterton, Deseret News

El élder Jeffrey R. Holland y el élder Dallin H. Oaks estrechan la mano en el Centro de Conferencias en Salt Lake City después de una conferencia de prensa el martes 27 de enero de 2015, donde los líderes SUD recalcan el apoyo a las leyes contra la discriminación a la comunidad LGBT que protejan la libertad religiosa. Fotografía por Scott G. Winterton, Deseret News

“A quienes siguen a la Iglesia muy de cerca y están familiarizados con sus enseñanzas y posturas sobre diversos asuntos sociales, les resultará evidente que hoy no estamos anunciando cambio alguno en la doctrina ni en las enseñanzas de la Iglesia”, dijo el élder D. Todd Christofferson, del Quórum de los Doce Apóstoles. “Antes bien, proponemos un camino para que las personas con puntos de vista diferentes en cuanto a estos asuntos complejos busquen juntas soluciones que sean justas para todos”.

El élder Christofferson dijo que aun cuando la Iglesia interactúa a diario con muchos medios de comunicación, los líderes de la Iglesia no realizan conferencias de prensa muy a menudo: “Tal vez cada uno o dos años, cuando tenemos que hacer un anuncio importante o si tenemos algo significativo que decir. Y hoy, tenemos algo que decir”.

Hablando en primer lugar, la hermana Marriott dijo que la nación está inmersa en un gran debate sobre el matrimonio, la familia, la conciencia individual, los derechos colectivos y el lugar que ocupa la libertad religiosa en la sociedad. “El resultado final de este debate influirá en gran medida en que si millones de personas con orígenes, puntos de vista y valores distintos podrán convivir en relativa armonía en el futuro previsible”, dijo ella.

En cualquier sociedad democrática, las diferencias suelen generar tensiones, agregó la hermana Marriott. “No hay que sentir temor por tales tensiones, a menos que lleguen a ser tan extremas que amenacen con destruir el tejido social. …

“El debate al que nos referimos es acerca de cómo afirmar los derechos de algunos sin menoscabar los de los demás. En un lado del debate están los defensores de los derechos de la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales). Este movimiento surgió tras siglos de ridículo, de persecución e incluso violencia contra los homosexuales. Al final, la mayoría de la sociedad reconoció que ese trato era totalmente erróneo y que derechos básicos como conseguir un empleo o tener donde vivir no deben depender de la orientación sexual de la persona”.

Ella dijo que la Iglesia cree que cualquier otro tipo de relación sexual, con excepción de la que mantienen un hombre y una mujer casados, es contraria a las leyes de Dios. “Este mandamiento y su doctrina provienen de las sagradas Escrituras, y no tenemos la libertad de modificarlos. Pero Dios es amoroso y misericordioso; Su corazón se allega a todos Sus hijos por igual y espera que nos tratemos los unos a los otros con amor y justicia”.

Ésa es la razón por la que la Iglesia ha favorecido públicamente aquellas leyes y ordenanzas que protegen a las personas LGBT contra la discriminación laboral y de la vivienda, ella dijo.

Mientras tanto, dijo élder Oaks, aquellos que procuran la protección de la expresión y la conciencia religiosa y el libre ejercicio de su religión observan alarmados la constante erosión de las preciadas libertades que se garantizan en la Constitución de los Estados Unidos.

“Acusar a las personas de intolerantes simplemente porque les motiva su fe religiosa y su conciencia tiene un efecto escalofriante sobre la libertad de expresión y el debate público”, dijo el élder Oaks. “Nuestra democracia es derrotada cuando a las personas religiosas se las intimida públicamente, se toma represalias contra ellas, se las despide de sus empleos o padecen pérdidas personales porque se han expresado en público, porque han defendido una causa o porque han participado en una votación”.

Estas tácticas son tan erróneas como el negarle a alguien el acceso al empleo, a la vivienda o a los servicios públicos debido a su raza o sexo, dijo él.

“Hoy se está pidiendo a las legislaturas estatales de todo el país que refuercen las leyes relacionadas con asuntos de la comunidad LGBT para garantizar un acceso justo a la vivienda y al empleo”, dijo él. “Los líderes de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días están oficialmente a favor de tales medidas. Al mismo tiempo, necesitamos con urgencia leyes que protejan a las comunidades y a las personas de fe contra la discriminación y las represalias por reclamar los derechos esenciales de la libertad de expresión y la práctica religiosa que constituyen el corazón de nuestra identidad como nación y nuestro legado como ciudadanos”.

El élder Oaks dijo que la Iglesia hace valer los siguientes principios basados en las enseñanzas de Jesucristo y en la justicia para todos, incluso para las personas de fe:

1. “Reclamamos para todas las personas el derecho divino y constitucional de que cada cual viva su fe de acuerdo con los dictados de su propia conciencia, sin perjudicar la salud ni la seguridad de los demás”.

2. “Reconocemos que la misma libertad de conciencia debe aplicarse a todo hombre y mujer para que opten por la fe religiosa de su elección, o por ninguna en absoluto, si así lo decidieran”.

3. “Creemos que las leyes deben encuadrarse a fin de lograr un equilibrio entre proteger las libertades de todas las personas y respetar a aquellos que tienen valores diferentes”.

4. “Rechazamos la persecución y las represalias de cualquier tipo, incluso la persecución basada en la raza, el origen étnico, las creencias religiosas, las circunstancias económicas o las diferencias de género u orientación sexual”.
 

La hermana Neill F. Marriott, de la presidencia general de las Mujeres Jóvenes de la Iglesia, habla en una conferencia de prensa el martes 27 de enero de 2015, en el Centro de Conferencias en Salt Lake City, donde los líderes SUD recalcan el apoyo a las leyes contra la discriminación a la comunidad LGBT que protejan la libertad religiosa. Fotografía por Scott G. Winterton, Deseret News

El élder Oaks concluyó: “Hacemos un llamado a los gobiernos locales, estatales y federal para que sirvan a todos sus ciudadanos al aprobar leyes que protejan las libertades religiosas esenciales de las personas, las familias, las iglesias y otros grupos religiosos, y a la vez que se protejan los derechos de nuestros ciudadanos LGBT en asuntos tales como la vivienda, el empleo y el uso público de hoteles, restaurantes y medios de transporte, los cuales no están disponibles en muchas partes del país”.

El élder Holland afirmó que acomodar los derechos de todas las personas —incluso los derechos religiosos— requiere sabiduría y juicio, compasión y justicia. “Éstas son cuestiones serias que requieren mentes serias embarcadas en un discurso cortés y considerado”.

El élder Holland dijo que para empezar, nos referimos al derecho garantizado “constitucionalmente que permite a las comunidades religiosas obrar de acuerdo con los dictados de su fe”, esto incluye el derecho a enseñar sus creencias desde el púlpito y en los salones de clase de las iglesias, a compartir sus puntos de vista abierta y públicamente, a seleccionar a sus propios líderes y a ministrar libremente a sus miembros. Se incluye el derecho de utilizar las propiedades de las iglesias de acuerdo con sus creencias. Los derechos religiosos deben incluir el derecho de una familia a adorar y llevar a cabo actividades religiosas en el hogar, dijo él.

Además de las protecciones institucionales, las personas de fe deben mantener su derecho constitucional, añadió. “Con buena voluntad y comprensión, incluso el ceder en algunos aspectos, ninguno de estos derechos garantizan que las personas de fe interferirán en los derechos de los hombres y las mujeres homosexuales que desean regir su vida de acuerdo con sus propios derechos y principios”.

El élder Holland concluyó haciendo referencia a la declaración de 1835 de la Iglesia, que actualmente se encuentran en Doctrina y Convenios 134.

“El texto de ese pasaje de las Escrituras reafirma ambos elementos de la postura que adoptamos hoy día”, dijo el élder Holland. “Primero, que todos somos responsables ante Dios por el ejercicio responsable de nuestras creencias religiosas, y pedimos a todos los Santos de los Últimos Días que sean responsables en el ejercicio de su libertad religiosa. Segundo, dicho pasaje establece la verdadera función del gobierno en la protección del interés público sin interferir en el libre ejercicio de lo que denomina ‘la libertad del alma’.

“Unos 180 años más tarde, la determinación de los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días sigue siendo la de ser ciudadanos responsables a la vez que la defensa de la libertad religiosa permanece inalterada”.