La Iglesia celebra cincuenta años de crecimiento y servicio en Bolivia
Por Jason Swensen, redactor del periódico Church News
Puntos destacados del artículo
- La cena conmemorativa se llevó a cabo en La Paz, la capital de Bolivia, en celebración del cincuentenario de la Iglesia en Bolivia.
- A través de los años, la Iglesia ha crecido con más de 177.000 miembros, tres misiones y un templo.
- La Iglesia ha prestado servicio a innumerables personas durante su tiempo en Bolivia.
LA PAZ, BOLIVIA
La Iglesia acaba de celebrar su aniversario de oro en Bolivia.
El 22 de noviembre de 1964, 19 personas se reunieron en la ciudad de Cochabamba para la primera reunión oficial de la Iglesia en la nación. Los misioneros llegaron dos días más tarde.
Mucho ha cambiado en Bolivia en los últimos cincuenta años. Actualmente, tiene más de 177.000 miembros y hay misioneros de tiempo completo en tres misiones. Mientras tanto, el elegante Templo de Cochabamba, Bolivia, funciona en la misma ciudad donde esa pequeña rama se organizó hace cinco décadas.
Sin embargo, la historia de los Santos de los Últimos Días en Bolivia es mucho más que las estadísticas de los miembros y la cantidad de misiones. Durante los últimos 50 años, la Iglesia ha ayudado a miles de bolivianos, tanto miembros como no miembros.
Muchos proyectos humanitarios patrocinados por la Iglesia han bendecido a personas con el don de la movilidad, el sustento diario e incluso el don de la vida misma. Por ejemplo, los proyectos de sillas de ruedas han permitido que muchas personas disfruten de una independencia invaluable. Otras personas disfrutan de alimentos nutritivos gracias a los esfuerzos alimenticios y agrícolas de muchas familias de la Iglesia. Cada día, el equipo neonatal mantiene vivos a los bebés prematuros en la ciudad andina El Alto, dicho equipo se adquirió a través de la generosidad de los miembros de todo el mundo.
Durante ese tiempo, la Iglesia ha hecho muchos amigos en Bolivia. Esas relaciones se celebraron y se renovaron en el evento patrocinado por el Consejo de Asuntos Públicos de Bolivia.
La cena, que se llevó a cabo en la ciudad capital de La Paz, conmemoró el cincuentenario de la Iglesia en Bolivia y reconoció el compromiso continuo de la misma en ayudar a los bolivianos necesitados. Más de cien hombres y mujeres, en representación de las agencias gubernamentales y los medios de comunicación locales y nacionales, participaron en el evento. También asistió el élder Juan A. Uceda, de los Setenta, quien preside el Área Sudamérica Noroeste. También asistió el élder René Cabrera Balance, Setenta de Área, y oriundo de Bolivia.
El élder Uceda aceptó, en nombre de la Iglesia, una placa y la resolución del gobierno que reconoce a la Iglesia SUD y a sus miembros “por el apoyo a las personas con necesidades de salud, por las donaciones de sillas de ruedas y por otras actividades de servicio”, según el comunicado de prensa del Área Sudamérica Noroeste.
La directora del banco de sangre de la nación, Dra. María Del Carmen García Lima, también reconoció la participación y el apoyo de la Iglesia durante la donación de sangre en todo el país. El esfuerzo reciente produjo más de 2.000 unidades de sangre donada, según el comunicado.
La Dra. García Lima dijo que la donación de sangre es esencial para la preservación de vidas, y agregó que la recolección de donaciones “realizadas en conjunto por el banco de sangre y La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la de mayor éxito en el país”.
Mientras tanto, el periodista más conocido de televisión, Juan Carlos Arana, dijo que el esfuerzo continuo de la Iglesia en socorrer a los necesitados es un ejemplo para todas las instituciones bolivianas.
El verdadero amor de Cristo, agregó el senador David Sánchez, se demuestra en el compromiso de la Iglesia en cuidar a los demás.
Durante la cena, se presentó un corto video que explicó la doble misión de la Iglesia: compartir el mensaje de la restauración mientras presta servicio a los necesitados. El video resalta el propósito de las ofrendas de ayuno y cómo esas donaciones sagradas a menudo se utilizan para ofrecer ayuda en el período posterior a los desastres naturales.