Al rescate a través de las maestras visitantes

Por Por Sarah Jane Weaver y la Mesa Directiva General de la Sociedad de Socorro

  • 22 Octubre 2013

Puntos destacados del artículo

  • Durante años, Lorraine Barlow iba a la casa de Melissa Campagnoni todos los meses, entregando notas, golosinas y compasión que a menudo fueron ignorados.
  • El amor sincero y constante de la hermana Barlow con el tiempo enterneció el corazón de la hermana Campagnoni, y ella aceptó la invitación de asistir a la Iglesia.
  • La hermana Campagnoni todavía aprecia el amor incondicional de la hermana Barlow y espera tener ese tipo de impacto en los demás.

“Sabemos que nuestra función es velar, cuidar y proporcionar ayuda a las hermanas. A menudo, es fácil dejar a las hermanas solas [que] están menos activas; sin embargo, ellas son las que a menudo nos necesitan más”. —Lorraine Barlow, maestra visitante

Melissa Campagnoni y su maestra visitante, Lorraine Barlow, son muy buenas amigas, pero no siempre fue así. Establecer esa relación requiere tiempo y sacrificio de parte de ambas; y el compromiso y cuidado de una maestra visitante diligente.

La hermana Barlow había conocido a la hermana Campagnoni por muchos años. Durante gran parte de ese tiempo, la hermana Campagnoni asistía con regularidad a la Iglesia, y sus dos hijos mayores se bautizaron. Luego, ella se mudó. Varios años más tarde, la familia Barlow se mudó y de nuevo estaban en el mismo barrio. En ese momento, la hermana Campagnoni ya se había vuelto menos activa. Le asignaron maestras visitantes, pero no obtuvieron ningún resultado, y luego se le pidió a la hermana Barlow que sea su maestra visitante. Al creer que su llamamiento era ser sólo amiga, la hermana Barlow decidió que ayudaría a la hermana Campagnoni a saber que no se la había olvidado y que nuestro Padre Celestial la amaba. Ella ministraría a la hermana Campagnoni y a su familia.

Durante un período de varios años, la hermana Barlow fielmente iba a su casa todos los meses. Por lo general alguien venía a la puerta, pero la mayoría de las veces la persona que atendía gentilmente decía que la hermana Campagnoni no estaba en casa. De a poco, los miembros de la familia llegaron a ser amigables con la hermana Barlow a medida que venía todos los meses; sin embargo, las visitas con la hermana Campagnoni fueron poco frecuentes.

Entonces, hace dos años las cosas cambiaron. La hermana Campagnoni aceptó la invitación de asistir a la Iglesia. Al principio venía pocas veces y se sentaba con la familia Barlow, y durante este tiempo conocieron más acerca de su situación.

“Yo era una de esas hermanas que creció en la Iglesia, pero durante muchos años estuve menos activa”, explicó la hermana Campagnoni. “Me casé con mi esposo cuando estuve menos activa (hemos estado juntos durante 23 años). Había regresado a la Iglesia cuando mis tres hijos eran pequeños, ya que quería que tuvieran una crianza religiosa. Con el tiempo esto creó tensión…

“Un año más tarde, mi maestra visitante, Lorraine, vino a verme. [Ella] era decidida. Nunca se dio por vencida, incluso cuando me negué a atenderla, no aceptaba sus llamadas telefónicas ni [para] darle las gracias por lo que me daba. Venía todos los meses, dejaba notas, dulces y a veces hablaba con mi familia cuando atendían la puerta… Lorraine se preocupaba sinceramente por mí y por mi familia. Ella no era falsa de ninguna manera, siempre mostraba interés en mi familia y recordaba todo acerca de ellos.

“Hasta el día de hoy, nunca he olvidado su naturaleza bondadosa y amorosa. Me siento junto con su familia y [participamos] del estudio de las Escrituras juntos. Me trata como a una de sus hijas y por eso le estoy eternamente agradecida y la amo entrañablemente… Espiritual y emocionalmente, ella siempre está dispuesta a ayudarme, de manera incondicional.

Después de años de estar menos activa, Melissa Campagnoni, izquierda, regresó a la Iglesia con la ayuda de su maestra visitante, Lorraine Barlow.

“Es por el amor de ella que he llegado al lugar en donde estoy hoy en día. Ella siempre tendrá un lugar especial en mi corazón… Nunca pensé que mi maestra visitante desempeñaría una función tan importante en mi regreso a la Iglesia y mi progreso espiritual. Tengo la esperanza de que algún día pueda influir a alguien de la misma manera”.

“La función de una maestra visitante es más importante de lo que a veces pensamos”, compartió la hermana Campagnoni. “Sabemos que nuestra función es velar, cuidar y proporcionar ayuda a las hermanas. A menudo, es fácil dejar a las hermanas solas [que] están menos activas; sin embargo, ellas son las que a menudo nos necesitan más”.

La hermana Barlow expresó gratitud por las bendiciones que ha recibido. “Melissa ha obtenido una mayor comprensión del plan divino de felicidad. Su testimonio y conversión se [han] fortalecido. Ahora es un miembro activo y ha ido al templo… Su meta es ser un buen ejemplo para su familia [y] guardar los convenios [para que] algún día se unan con ella en la fe. Nuestro Padre Celestial y Su Hijo, Jesucristo, aman a todas las personas, y como miembros de la Iglesia podemos ayudar al ser maestras visitantes fieles para compartir ese amor y el mensaje del evangelio de Jesucristo”.