Los discípulos de Cristo defienden el matrimonio, dice el élder Nelson

Por Marianne Holman Prescott, redactora de Church News

  • 27 Agosto 2014

Una pareja de novios posa frente al Templo de Kiev, Ucrania. El élder Russell M. Nelson enseñó hace poco que los discípulos de Cristo tienen que defender la verdad en cuanto a la naturaleza sagrada del matrimonio.

“La religión no es sólo ir a la Iglesia el día domingo. Se trata de aparecer como verdadero discípulo desde el domingo a la mañana hasta el sábado a la noche, 24 horas al día todos los días de la semana. No hay tal cosa como discípulo de tiempo parcial del Señor Jesucristo”. —Élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles

Los discípulos de Jesucristo son defensores del matrimonio, dijo el élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles.

“Dondequiera que vayamos, ustedes y yo, como discípulos del Señor compartimos la solemne responsabilidad de proclamar la voluntad de Dios a todas las personas”, dijo. “Y una de las oportunidades más exigentes de nuestro tiempo es la de defender la verdad en cuanto a la naturaleza sagrada del matrimonio”.

Ya han pasado los días de ser cristianos silenciosos y cómodos, dijo el élder Nelson durante la práctica de la ceremonia de graduación que se llevó a cabo el 14 de agosto, en el Centro Marriott, en la Universidad Brigham Young.

“La religión no es sólo ir a la Iglesia el día domingo”, dijo. “Se trata de aparecer como verdadero discípulo desde el domingo a la mañana hasta el sábado a la noche, 24 horas al día todos los días de la semana. No hay tal cosa como discípulo de tiempo parcial del Señor Jesucristo”.

Se necesita tener un carácter firme para el discipulado, porque los discípulos serán probados, dijo.

“A toda hora del día, tenemos el privilegio de escoger entre el bien y el mal”, dijo. “Se trata de una larga batalla que comenzó en el mundo premortal y esa batalla es cada vez más intensa todos los días. La fortaleza individual de carácter se necesita ahora más que nunca”.

El élder Russell M. Nelson dijo: “Los verdaderos compañeros pueden lograr más que actuando por sí solos. Con compañeros verdaderos, uno más uno es mucho más que dos”.

Debido a ello, los verdaderos discípulos, quienes son capaces de defender lo que es correcto, son necesarios, especialmente aquellos que son defensores del matrimonio, dijo.

Al hablar de la unión divina de un esposo y una esposa, el élder Nelson dijo que las uniones maravillosas dependen del desarrollo individual de cada uno de sus atributos personales de carácter.

“Hay gran poder en una unión fuerte”, dijo. “Los verdaderos compañeros pueden lograr más que actuando por sí solos. Con compañeros verdaderos, uno más uno es mucho más que dos”.

El esposo y la esposa pueden convertir la unión más significativa de todas: una familia eterna.

“Varón y hembra se crearon para lo que pueden hacer y llegar a ser juntos”, dijo el élder Nelson. “Se requieren un hombre y una mujer para traer a un hijo al mundo. Las madres y los padres no son intercambiables. Los hombres y las mujeres son diferentes y se complementan. Los hijos merecen la oportunidad de crecer con una madre y un padre”.

Es probable que entre los miembros surjan discusiones sobre la definición del matrimonio, dijo el élder Nelson.

 

“Muchos de sus vecinos, colegas y amigos nunca oirán verdades lógicas e inspiradas acerca de la importancia del matrimonio tal como Dios mismo la definió. La eficacia del ejemplo de ustedes, tanto individual como en familia, brindará muchas oportunidades de fortalecer la comprensión de la postura del Señor con respecto a este tema”.

Haciendo referencia al apóstol Pablo al prever la circunstancia actual, el élder Nelson habló de los “tiempos peligrosos [que] vendrán” en los postreros días.

“Después de su profecía extraordinaria de nuestro tiempo, Pablo añadió esta advertencia: ‘Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución’ (2 Timoteo 3:12)”, dijo. “¡Medítenlo! Significa que en estos tiempos peligrosos, la vida no será cómoda para los verdaderos discípulos del Señor Jesucristo. Sin embargo, tendremos Su aprobación. Nos dio esta promesa: ‘Bienaventurados son todos los que son perseguidos por causa de mi nombre, porque de ellos es el reino de los cielos’ (3 Nefi 12:10)”.

 

Las presiones sociales y políticas para cambiar las leyes resultan en prácticas contrarias a la voluntad de Dios en cuanto a la naturaleza eterna y el propósito del matrimonio, dijo.

“No podemos ceder”, dijo. “La historia no es nuestro juez. Tampoco la sociedad secular. ¡Dios es nuestro juez! Para cada uno de nosotros, el día del juicio se efectuará en el tiempo y a la manera de Dios… El hombre simplemente no puede declarar moral lo que Dios ha declarado ser algo inmoral. El pecado, aunque legalizado por el hombre, sigue siendo pecado ante los ojos de Dios”.

El futuro del matrimonio y de la infinidad de vidas humanas serán determinados por la voluntad de los creyentes que comparten su solemne testimonio del Señor y viven de acuerdo con el evangelio de Jesucristo, enseñó. Esa doctrina se encuentra en la Biblia, cuando Dios creó el cielo y la tierra y el hombre a Su propia imagen, a imagen de Dios.

“Dios es el Padre de todos los hombres y las mujeres”, enseñó el élder Nelson. “Son Sus hijos. Él fue quien decretó el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer. El matrimonio no fue creado por los legisladores o los jueces humanos. No fue creado por grupos filosóficos de personas, votos populares, blogueros o expertos. Ni fue creado por grupos de presión. El matrimonio fue creado por Dios”.

 

Los Diez Mandamientos —junto con la revelación en el Nuevo Testamento, el Libro de Mormón y la revelación moderna— prohibió el adulterio y la codicia y mandó a los esposos a “[amar] a [sus] esposas con todo [su] corazón y… [allegarse] a ella y a ninguna otra” (D. y C. 42:22).

El élder Nelson también habló de la verdadera intimidad, como estaba previsto por el Creador, que se experimentará solamente dentro de la unión sagrada del esposo y la esposa.

“El matrimonio se enriquece por la verdad y se ennoblece por el cumplimiento de los convenios que marido y mujer hacen entre ellos y con Dios. Es esencial tener en cuenta que la plena fidelidad a esos convenios prohíbe la pornografía, la lujuria o el abuso en cualquier forma”.

El élder Nelson dijo que es importante amar a los demás “sin odio hacia nadie, con caridad por todos”, ya que “como hijos de Dios son nuestros hermanos y hermanas. Valoramos sus derechos y sentimientos. Sin embargo, no podemos consentir los esfuerzos para cambiar la doctrina divina. El hombre no puede cambiarla”.

 

Dios ama a sus hijos, y si lo aman, le mostrarán ese amor al guardar Sus mandamientos, incluso la castidad antes del matrimonio y la total fidelidad dentro del matrimonio, enseñó el Apóstol. A pesar de que la “carga del discipulado es pesada”, el élder Nelson dijo que los discípulos del Señor tendrán ayuda y protección a medida que se encuentren como defensores del matrimonio.

“El anhelo más noble del corazón humano es para un matrimonio que perdure más allá de la muerte”, dijo. “La completa fidelidad a los convenios efectuados en los santos templos permitirá que marido y mujer se sellen juntos a lo largo de toda la eternidad”.