El élder Hales dice a los nuevos presidentes de misión: “El Señor apoya a Sus hijos”

Por Sarah Jane Weaver, redactora de Church News

  • 15 Julio 2015

La hermana Mary Hales, sentada a la izquierda, y el élder Robert D. Hales, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dieron un discurso durante el Seminario 2015 para nuevos presidentes de misión, el 26 de junio en Provo, Utah.

Puntos destacados del artículo

  • Un escudo de fe y obediencia protegerá a los misioneros.
  • La obra misional requiere una total dedicación; no existe una manera de hacerla a medias.
  • Es importante que todos los misioneros compartan su testimonio.

“Les prometo que Él estará presente para ustedes”. —Élder Robert D. Hales

PROVO, UTAH

El Señor sustenta y apoya a Sus hijos en el servicio misional, dijo el élder Robert D. Hales, del Cuórum de los Doce Apóstoles, el 26 de junio durante el Seminario 2015 para nuevos presidentes de misión.

“Las primeras semanas [como nuevos presidentes de misión], dormirán con un pie en el suelo y con una mano en el teléfono”, dijo el élder Hales, que junto a su esposa, la hermana Mary Hales, hablaron acerca del servicio misional.

El élder Hales dio a los 126 nuevos presidentes de misión, quienes iniciaron su servicio en julio, un aviso. “El adversario no se complacerá hasta que uno de nosotros caiga”, dijo. “También se aplica a sus misioneros. El adversario se encuentra a la puerta… Un error y él estará allí. Los misioneros tienen que comprender eso. Un escudo de fe y obediencia los protege”.

El adversario va a poner a prueba “a ustedes y a sus misioneros”, dijo el élder Hales a los presidentes de misión. “Eso es lo que es la vida terrenal: una prueba”.

Él llamó al servicio misional una aventura espiritual y una época de crecimiento en la que los misioneros aprenderán humildad, diligencia y el deseo de perseverar hasta el fin.

Quienes se comprometieron a la obra misional se entregarán al Señor con todo su “corazón, alma, mente y fuerza”, dijo. “No existe una manera de hacerla a medias, simplemente no funciona así”.

Él pidió a los presidentes de misión que alienten a los misioneros a acudir al Señor para encontrar fortaleza.

El élder Hales dijo que cuando él prestaba servicio como presidente de misión, literalmente desgastó sus pantalones de tanto arrodillarse en su oficina para orar “a medida que se presentaban las pruebas”.

“Les prometo que Él estará presente para ustedes”, añadió.

Él dijo que es una bendición para cada presidente de misión servir junto a su esposa. A medida que lo hagan, encontrarán gran gozo.

“Estudiarán las Escrituras juntos, enseñarán juntos, testificarán juntos como compañeros de misión y expresarán su amor de diferente manera”.

La pareja estará “unida en un llamamiento y un propósito como nunca antes lo ha estado y como nunca lo estará otra vez”, acotó. “Ésta es una época extraordinaria”.

Pidió a las parejas que compartan su testimonio cada vez que hablen.

“Enseñen a sus misioneros a perseverar hasta el fin y a regresar con honor”, dijo. “Asegúrense de que cada élder y hermana misionera entienda que el Señor les ayudará”.

Durante su discurso, la hermana Hales instó a los matrimonios a recordar que los misioneros no son niños. “Ellos son adultos y diríjanse a ellos como los adultos que son”. Cuando los misioneros tienen problemas, ella agregó: “Aliéntenlos y denles la confianza de que pueden seguir adelante, de que pueden superar las pruebas. No los mimen, sino ayúdenles a ser adultos”.

Ella dijo que el objetivo de un presidente de misión y su esposa es ver el progreso de los misioneros desde el lugar donde se encuentran hasta el lugar donde pueden llegar.

Es importante que todos los misioneros compartan su testimonio, explicó la hermana Hales.

Ella compartió la historia de su hermana, a quien a sus siete años en la escuela le pidieron escribir acerca de la religión de sus padres. Su hermana escribió que su padre era mormón y colocó un signo de interrogación en la línea que se designaba la afiliación religiosa de su madre.

“Cuando mi hermana llegó a casa de la escuela, mi madre, quien nunca levantó la voz, se sentó junto a ella. Entonces, mi mamá le preguntó: ‘¿En qué estabas pensando? Tenemos la noche de hogar familiar, voy a la Iglesia, llevo a cabo la oración familiar y enseño en la Primaria. ¿En qué estábamos pensando?’. Mi hermana le contestó: ‘Papá siempre comparte su testimonio en la noche de hogar. Él lo hace y tú no. Por lo que pensé que tal vez aún no tienes uno’”.

La hermana Hales dijo a los presidentes de misión y a sus esposas: “Ustedes no desean que uno de sus misioneros piense que no tienen un testimonio. Deben compartirlo”.

Ella pidió a las esposas de los presidentes de misión que deben hacer todo lo posible para que la casa de la misión sea un lugar de “bienestar, hospitalidad y felicidad. Ustedes tendrán que decidir lo que sea más conveniente para ustedes y sus circunstancias”.

También añadió que la esposa del presidente de misión debe mantener las cosas sencillas para que puedan físicamente y con energía pasar tiempo con su familia y los misioneros.

“La misión es una experiencia maravillosa, pero estresante. No es algo que hayan hecho antes; incluso un campamento con los Boy Scouts no los prepara para esta responsabilidad. Necesitarán ayuda; deben pedir específicamente la ayuda que necesiten”.

Además, animó a las esposas a expresar su amor hacia sus esposos.

“Los esposos deben sentir su amor, su confianza en ellos… ellos necesitan escuchar cuánto los valoran”.

La hermana Mary Hales, sentada a la izquierda, y el élder Robert D. Hales, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dieron un discurso durante el Seminario 2015 para nuevos presidentes de misión, el 26 de junio en Provo, Utah. Fotografía por Matthew Reier.

La hermana Mary Hales, sentada a la izquierda, y el élder Robert D. Hales, del Cuórum de los Doce Apóstoles, dieron un discurso durante el Seminario 2015 para nuevos presidentes de misión, el 26 de junio en Provo, Utah. Fotografía por Matthew Reier.