Fondos que ayudarán a los miembros de todo el mundo a recibir las bendiciones del templo

Por Heather Whittle Wrigley, Noticias y eventos de la Iglesia

  • 4 Noviembre 2011

Riaz Gill, su esposa Farah y su hijo, Ammon Phinehas, pudieron ir al templo de Manila, Filipinas, y sellarse como familia en 2010 gracias al Fondo General de Ayuda para los Participantes del Templo de la Iglesia.

Puntos destacados del artículo

  • El Fondo General de Ayuda para los Participantes del Templo proporciona una sola visita al templo para los que de otra manera no podrían asistir.
  • Los presidentes de estaca y los presidentes de misión hacen las recomendaciones a su presidencia de área, que administra el fondo en base a las necesidades de cada país.
  • Durante 2009 y 2010, unos 4.000 miembros aproximadamente usaron el fondo para viajar al templo.

“Aquellos que comprenden las bendiciones eternas que se reciben mediante el templo saben que ningún sacrificio es demasiado grande, ningún precio demasiado caro ni ningún esfuerzo demasiado difícil para recibir esas bendiciones”. —Presidente Thomas S. Monson

Desde el momento en que él entró en el templo de Manila, Filipinas, en julio de 2001, justo antes de marcharse a su misión en Singapur, Riaz Gill de Karachi, Pakistán, supo quería volver al templo para tener una familia eterna.

En 2007, su esposa, Farah, se bautizó, pero su medios económicos eran escasos y no sabían cuando les sería posible ir de viaje al templo, que se encontraba a unas 3.500 millas (5.700 km). Después del nacimiento de su hijo, Ammon Phinehas, en 2009, su deseo de sellarse en el templo aumentó aún más, y a finales de 2010, con la ayuda del Fondo General de Ayuda para los Participantes del Templo, sus oraciones fueron contestadas.

“El ir al templo con mi familia me ha ayudado a fortalecer mi testimonio”, dijo el hermano Gill. “Después de ir al templo, me parece que tengo que darle más al Señor… La estadía en el templo fue tan buena y edificó tanto mi fe, que me es difícil expresarlo con palabras”.

Mientras estaba allí, al hermano Gill le fue posible también efectuar ordenanzas por su padre, abuelo y suegro, quienes ya habían fallecido. Se efectuó también la obra por su madre y fue sellado a sus padres.

“Fue un gran privilegio para mí y mi familia el ir el templo”, dijo. “Mediante mis muchas oraciones, quiero agradecer especialmente a los líderes que hicieron posible este viaje al templo”.

Desde 1992, el 100% del fondo generado por las contribuciones de los miembros ha sido una manera de proporcionar un único viaje al templo para los miembros que viven fuera de los Estados Unidos y Canadá, y que de otra forma no hubieran podido ir al templo. Aquellos miembros que deseen donar al fondo pueden simplemente escribir “Fondo para los Participantes del Templo” en la sección “Otro” del formulario de contribuciones. Cualquier persona también puede donar al fondo por medio de LDS Philanthropies.

Durante la conferencia general de octubre de 2011, el presidente Thomas S. Monson animó a los miembros a contribuir al Fondo General de Ayuda para los Participantes del Templo, al decir: “aún hay áreas en el mundo donde los templos están tan distantes de nuestros miembros que ellos no pueden afrontar los gastos de viaje que se requieren para ir al templo; por lo tanto, no pueden participar de las bendiciones sagradas y eternas que proporcionan los templos” (“Al reunirnos otra vez”, Liahona de noviembre de 2011, pág. 5).

“El propósito de este fondo era ayudar a los miembros en aquellas partes del mundo dónde el ir al templo representaría un gran desafío”, dijo el élder William R. Walker, director ejecutivo del Departamento del Templo. “El proporcionarle una visita al templo le brinda a la persona la oportunidad de recibir sus ordenanzas personales”.

“Algunas de las zonas con mayor demanda”, dijo el élder Walker, “son África, el Pacífico y Asia”. Los presidentes de estaca y los presidentes de misión hacen las recomendaciones a su presidencia de área, que administra el fondo en base a las necesidades de cada país.

Durante 2009 y 2010, unos 4.000 miembros usaron aproximadamente el fondo para viajar al templo por primera, y quizás, única vez.

A fin de bendecir el mayor número de vidas posible, el élder Walker dijo: “consideramos el viaje al templo teniendo en cuenta qué pasaje de avión resultará más económico. Eso significa que no siempre será el templo más cercano, o si hay un templo en la zona o no”.

Se espera que cada miembro que utilice el fondo aporte algún tipo de contribución o sacrificio.

“En algunos lugares el simple hecho de obtener un pasaporte sería caro y muy difícil”, dijo el élder Walker. “Además, en algunas áreas, donde los miembros tienen que salir de su país para ir al templo, ellos tienen que conseguir su pasaporte a fin de poder utilizar ese fondo. En algunos países, sólo es una cantidad fija de dinero. A algunas personas no les puede parecer que sea tanto, pero para ellos podría representar todo lo que podrían ahorrar en seis meses”.

El élder Walker dijo que aquellos que contribuyen para lograr su meta en general la aprecian más: “En casi cada caso los miembros han puesto lo mejor de su parte para contribuir y no lo tomaron como algo sin importancia”.

Además de hacer posible que las personas vayan al templo, los fondos también se utilizan para comprar siete juegos de gárments para cada persona, a fin de que puedan cumplir con sus convenios una vez que regresen a casa.

La declaración del presidente Monson durante la conferencia fue la primera vez que un profeta anunciaba desde el púlpito acerca de este fondo. Ese hecho, junto con una demanda creciente por el fondo, muy probablemente llevará a un aumento en las donaciones, dijo el élder Walker.

“Todavía hay personas que siguen uniéndose a la Iglesia, y casi no hemos ni cubierto las necesidades que hay en muchas áreas” dijo. Haciendo mención al consejo que dio el presidente Howard W. Hunter en 1994 de que todos los miembros dignos tuviesen una recomendación para el templo, continuó: “Hay muchos miembros fieles de la Iglesia que tienen una recomendación vigente del templo, y que todavía no han asistido al templo ni tienen la posibilidad inmediata de ir”.

Durante la conferencia general de abril de 2011, el presidente Monson dio un discurso titulado, “El Santo Templo: un faro para el mundo”, en el que resaltaba la importancia del templo.

“Aquellos que comprenden las bendiciones eternas que se reciben mediante el templo saben que ningún sacrificio es demasiado grande, ningún precio demasiado caro ni ningún esfuerzo demasiado difícil para recibir esas bendiciones”, dijo. “Entienden que las ordenanzas salvadoras que se reciben en el templo y que nos permiten regresar algún día a nuestro Padre Celestial en una relación familiar eterna, y ser investidos con bendiciones y poder de lo alto, merecen todo sacrificio y todo esfuerzo”.

Desde que fue nombrado Presidente de la Iglesia en 2008, el presidente Monson ha anunciado la construcción de más de dos docenas de templos.

El élder Walker dijo que el anuncio del presidente Monson en cuanto al fondo provenía de su amor por los templos y de su sensibilidad hacia aquellos santos que serán los principales beneficiarios del fondo.

“Cuando vas a los lugares más remotos, tienes una impresión realista de las personas que viven allí y de las dificultades que tienen”, dijo el élder Walker. “Este fondo servirá para bendecir a muchas personas”.