Los líderes generales de los jóvenes presentan el lema de la Mutual 2016

  • 28 Octubre 2015

El lema de la Mutual 2016 insta a los jóvenes a “seguir adelante con firmeza en Cristo”.

Por el hermano M. Joseph Brough, de la Presidencia General de los Hombres Jóvenes

¡Tenemos un lema maravilloso este próximo año! Proviene de 2 Nefi 31:20: “Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo”.

Nunca antes en la historia del mundo ha sido más importante para los jóvenes el seguir adelante con firmeza en Cristo. Dios espera que nosotros sigamos adelante tanto si se nos asigna dirigir como si se nos pide seguir. Ahora es el momento de aprender a trabajar juntos con otras personas y estar preparados para valernos por nosotros mismos. Seguir adelante significa ayudar a quienes están fatigados y fortalecer nuestro propio testimonio al mismo tiempo.

A medida que sigamos adelante con firmeza tendremos “un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres” (véase 2 Nefi 31:20). La esperanza es un atributo maravilloso. Predicad Mi Evangelio declara que la esperanza “se manifiesta a través de la tranquilidad, el optimismo, el entusiasmo y una perseverancia paciente. Es creer y esperar que algo bueno va a ocurrir. Si usted tiene esperanza, sigue adelante a través de pruebas y dificultades con la confianza y la tranquilidad de que todas las cosas obrarán juntamente para su bien. La esperanza le ayuda a vencer el desánimo” (Predicad Mi Evangelio: Una guía para el servicio misional, 2004, pág. 123).

La esperanza es algo que todos necesitamos. El desánimo es real, debemos aprender a conquistar éste y otros desafíos, mediante la esperanza, confianza en uno mismo y optimismo. Podemos aprender a aligerar la carga de todos y edificar a los demás en vez de ser una carga para ellos.

Cuando tenía unos catorce años de edad, mi padre fue llamado a servir como presidente de misión en Minneapolis, Minnesota, EE. UU. No estaba feliz de abandonar mi hogar en Wyoming, EE. UU. y todo lo que amaba para vivir en una ciudad grande durante tres años. Ésta fue la primera vez en mi vida que comencé a deleitarme en las palabras de Cristo en el Libro de Mormón. Tomé la determinación que en vez de ser una carga para mi padre y mi madre, sería una bendición para ellos durante su servicio.

Aprendí que el leer las Escrituras y orar me ayuda a seguir adelante con firmeza en Cristo y a mantener un fulgor de esperanza y amor hacia Dios y todos los hombres.

Sé que Dios les ama y testifico que Él les ayudará a enfrentar cualquier prueba o desafío siempre y cuando sigan adelante, mostrando su amor por Él al obedecer Sus mandamientos.


Por la hermana Neill F. Marriott, de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes

El lema de la Mutual 2016 se da para ayudarnos a aumentar nuestra fe en Jesucristo y nuestra confianza en Su gracia infalible para llevarnos al gozo puro de la presencia del Padre Celestial.

Cuando el lema de la Mutual 2016 ofrece la promesa de la vida eterna, ¿sabemos lo que realmente implica? 1 Corintios 2:9 nos dice que “cosas” divinas y gloriosas nos esperan si hacemos nuestro mejor esfuerzo para seguir adelante, nos deleitamos en las palabras de Cristo y permanecemos fieles hasta el fin.

2 Nefi 31:20 nos da el modelo para recibir esa vida con nuestro Padre Celestial. La lista de acciones terrenales en el camino hacia Dios puede parecer en un principio ¡agotadora! Nuestra experiencia terrenal es intimidante, pero no estamos abandonados en pos de nuestros propios planes; tenemos la guía divina a lo largo del camino si obedecemos los mandamientos, hacemos y guardamos los convenios sagrados y permanecemos firmemente fieles a nuestro Salvador.

Es imposible para nosotros regresar a la gloria celestial y a la vida eterna sin nuestro Redentor Jesucristo. Debemos esforzarnos y seguir adelante a través de los desafíos de la vida, permaneciendo fieles al Evangelio de Jesucristo y a Su Iglesia restaurada.

La belleza de Su plan es que desarrollamos fortaleza, valor y fe en Jesucristo aquí en la tierra a través de nuestras pruebas. Por lo tanto, aprendemos de Cristo, Su poder y amor. Él promete llevarnos de regreso al Padre Celestial, a nuestro hogar celestial, si tenemos suficiente confianza en Él para mantenernos firmes a Su Evangelio (véase 2 Nefi 31:14–21).

Se espera que seamos constantemente fieles a nuestros convenios bautismales y del templo. Cuando lo hacemos, sentimos Su amor y bondad en nuestra vida y crecemos en lealtad hacia Él y Sus enseñanzas; llegamos a ser firmes en el Evangelio y nos regocijamos en el poder y el perdón en Su Expiación.

Al reconocer el poder del sacerdocio dado a Su Iglesia, podemos “seguir adelante con… un fulgor perfecto de esperanza” —sabiendo que con Él podemos realizar nuestra obra en la tierra, que con Él podemos mantener el rumbo y que con Su gracia podemos algún día encontrarnos en los brazos de nuestro amoroso Padre Eterno y en nuestro hogar.