LDS Charities [Organización benéfica SUD] sana, ayuda, desarrolla el carácter, dice su directora

Por Sarah Jane Weaver, editora adjunta de Church News

  • 20 Mayo 2015

Hay “pioneros en toda tierra”, cuyas obras caritativas contribuyen en gran manera a “desarrollar la caridad y el potencial en las personas”, dijo Sharon Eubank, directora de LDS Charities, durante una conferencia el 14 de mayo de 2015.  Fotografía por Sarah Jane Weaver.

Puntos destacados del artículo

  • La caridad es algo más que ayudar a los necesitados. El resultado verdadero, a largo plazo de LDS Charities, es desarrollar el carácter.
  • Desde 1985, la Iglesia ha enviado 1,2 mil millones de dólares en asistencia a las personas necesitadas.
  • Los actos humanitarios “motivados por un deseo de escuchar, sanar, cooperar, respetar” son herramientas potentes para crear un cambio.

“Se trata de ahorro, no de desperdicio; se trata de trabajo, no de pasividad; y se trata de servicio, no de congraciarse con alguien”. —Sharon Eubank, directora de LDS Charities

Después de la segunda guerra mundial, Santos de los Últimos Días holandeses se comprometieron en un acto generoso que “sanaría el corazón de los enemigos resentidos”, dijo Sharon Eubank el 14 de mayo.

Esa historia asombrosa y su legado sigue vigente, casi 70 años más tarde, como un ejemplo del por qué la Iglesia proporciona ayuda humanitaria, dijo la hermana Eubank, directora de LDS Charities y anterior miembro de la mesa directiva general de la Sociedad de Socorro.

La hermana Eubank habló en una conferencia sobre pioneros en toda tierra, que acogió la biblioteca de historia de la Iglesia y tituló “Para que no padezcan”.

El discurso que se llevó a cabo en el salón de asambleas de la Manzana del Templo, presenta la labor de LDS Charities durante el año que la organización celebra su aniversario número treinta.

Al principio de sus comentarios, la hermana Eubank hizo referencia a una historia de los Santos de los Últimos Días holandeses, quienes cultivaron papas (patatas) después de la Segunda Guerra Mundial. Ella dijo que el verdadero horror de la Segunda Guerra Mundial comenzó en Holanda, a finales de 1940, cuando las tropas nazi invadieron el país en cinco días dejando 40.000 civiles muertos y destruyendo 400.000 hogares.

A pesar de esto, los miembros holandeses de la Iglesia —que cultivaron papas (patatas) en 1947— decidieron dar a los Santos de los Últimos Días alemanes, su cosecha entera de 63.50 toneladas métricas.

Cuando David. O. McKay, entonces presidente de la Iglesia, se enteró de lo que había hecho el pueblo holandés, lo llamó “uno de los mayores actos de verdadera conducta cristiana que jamás haya conocido”, dijo la hermana Eubank.

“Una cosa es hablar de hermandad”, explicó ella. “Pero es completamente diferente actuar en hermandad”.
 

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La hermana Eubank dijo que hoy en día hay “pioneros en toda tierra”, cuya obra caritativa —como la obra de los holandeses que compartieron su cosecha— contribuye en gran manera a “desarrollar la caridad y el potencial en las personas”.

El resultado verdadero, a largo plazo de LDS Charities es desarrollar el carácter, dijo ella.

También dijo que cree que “toda persona puede dar algo de valor y toda persona puede recibir algo de valor”.

Los proyectos humanitarios patrocinados por LDS Charities tratan, fundamentalmente, de rescatar la semilla “de lo más bello en lo profundo de cada persona, ofreciéndole una oportunidad de crecer y florecer”, dijo ella.

Durante sus comentarios, la hermana Eubank hizo referencia a una invitación del año 1985, del entonces presidente de la Iglesia, Spencer W Kimball, donde invitaba a todos los miembros de la Iglesia a ayunar para las víctimas de la hambruna en Etiopía. El ayuno marcó el inicio de lo que llegaría a ser LDS Charities.

La hermana Eubank dijo que la carta del presidente Kimball invitando a los miembros a ayunar, contenía un mandato profético de ayudar a los pobres y a los necesitados: “Ahora sentimos que a nuestra gente le gustaría participar más ampliamente en el gran esfuerzo humanitario de socorrer”, escribió el presidente Kimball.

Esa carta y el ayuno después pusieron en marcha el esfuerzo de la Iglesia de “usar nuestra doctrina de seguir a Jesucristo para tender una mano a los pobres y afrontar los problemas de la pobreza sobre la tierra”.

En los 30 años transcurridos desde el ayuno del 27 de enero de 1985, la Iglesia ha enviado 1,2 mil millones de dólares en asistencia a personas con necesidades. LDS Charities ha proporcionado también ayuda a largo plazo por medio de iniciativas como sillas de ruedas, agua limpia, cuidado de la visión, capacitación en reanimación neonatal, vacunas, proyectos de huerto familiar y ayuda para catástrofes, dijo la hermana Eubank.

“Se realiza con el corazón del pueblo”, dijo ella.

Dijo que hay tres “elementos fundamentales” en el programa de LDS Charities.

1.  No hay nada en la tierra tan potente para crear un cambio como los actos humanitarios “motivados por un deseo de escuchar, sanar, cooperar y respetar”.

2.  “La caridad es algo más que ayudar a los necesitados”, agregó la hermana Eubank, mencionando que la verdadera caridad hace hincapié en la dignidad, el valor humano, la cooperación, la unidad, el sacrificio y la seguridad de que nadie es demasiado pobre o demasiado marginado para aportar algo de valor.

3.  Los actos humanitarios que crean un verdadero cambio implican una relación significativa, dijo ella. “Todo es local… Nuestros actos más poderosos están en el lugar donde vivimos”.

El programa de bienestar de la Iglesia ayuda a los pobres de la Iglesia y los servicios humanitarios representan el compromiso de la Iglesia hacia quienes no son de la Iglesia. Pero los principios básicos de los dos programas son iguales: “desarrollo personal, no donativos”.

“Se trata de ahorro, no de desperdicio, se trata de trabajo, no de pasividad y se trata de servicio, no de congraciarse con alguien”, dijo ella.

Por medio del trabajo, el desarrollo personal, el ahorro y el servicio, toda persona crece en responsabilidad y confianza. “Un carácter firme es la mayor desarrollo sostenible”, agregó. “Descubrir y proteger la riqueza interior del alma de cada persona es nuestra razón de ser”.

Hay algo que toda persona puede hacer para ayudar a otra, dijo ella. “Si desafías las fronteras de tu propio amor… serás un pionero”, dijo la hermana Eubank. “Este mundo necesita pioneros”.