Dar a otros el pan de cada día

Por Heather Wrigley, Noticias y eventos de la Iglesia

  • 27 Abril 2011

En la panadería Deseret, en la Manzana de Bienestar de Salt Lake City, los voluntarios producen miles de panes diarios, nutriendo a otros físicamente y a ellos mismos espiritualmente.

Puntos destacados del artículo

  • La panadería Deseret, en la Manzana de Bienestar, produce 4.000 panes a la semana.
  • Casi 500.000 panes cada año se distribuyen a personas necesitadas.
  • La primera panadería de bienestar se creó en 1940.

“No se trata ni de ti ni de mí, ni de nada salvo ser las manos del Señor y amar a los demás”. —Shawn Morgan, voluntaria en la panadería y madre de siete

El aroma del pan recién hecho, que hace que la boca se haga agua, impregna el aire alrededor de la panadería Deseret en Salt Lake City, Utah, EE. UU.

Pero en esta panadería, no hay clientes intentando comprar un pan recién hecho o una bolsa de bollos tiernos. En cambio, la panadería Deseret está llena de voluntarios que donan su tiempo para mezclar, hornear, cortar y embolsar unos 4.000 panes cada semana para distribuirse a los necesitados.

La panadería Deseret ha bendecido la vida de incontables personas desde su inicio, hace más de siete décadas.

Como dijo Spencer Fielding Jensen, voluntario de la panadería: “Nunca se hace demasiado con buena gente haciendo buenas cosas”.

En los años treinta, la Gran Depresión hizo que fuera muy difícil que los Santos de los Últimos Días tuvieran pan. Muchos obispos pidieron que el Almacén del Obispo proporcionara pan para ser distribuido entre los necesitados.

En 1940, una pequeña panadería fue donada a una estaca local, y se convirtió en un proyecto de bienestar de la Iglesia para producir el tan necesitado alimento.

La ubicación de la panadería Deseret ha cambiado dos o tres veces, y en la actualidad se encuentra en la Manzana de Bienestar, pero la amigable conversación entre las personas que donan su tiempo y talentos para bendecir a otros, ha permanecido igual. 

“Se le llena a uno el alma al saber que puede dar”, dijo Shawn Morgan, madre de siete, que trabaja como voluntaria en la panadería. “No se trata ni de ti ni de mí, ni de nada salvo ser las manos del Señor y amar a los demás”.

Desde mezclar ingredientes hasta embolsar los panes hechos, la calidad del pan se controla atentamente, para asegurar que sea el mejor pan que ofrece la Iglesia.

Después de que la hermana Morgan y los otros voluntarios regresan a sus hogares, los camiones reparten el pan a los almacenes del Obispo en el oeste de los Estados Unidos, donde los necesitados pueden acudir para obtener pan y otros artículos de primera necesidad.

A lo largo del año, la panadería producirá casi medio millón de panes blancos e integrales.

Y en el futuro cercano, los voluntarios regresarán a la panadería para tener la oportunidad de servir a otros, cuyas recompensas perduran más que el sabor del pan recién hecho.

Las visitas guiadas a la Manzana de Bienestar, incluyendo la panadería Deseret, están disponibles entre semana. Para más información, llame al (801) 240-4872.