El presidente Uchtdorf habla en cuanto a los atributos de los pioneros que podemos emular

Por Por Sarah Jane Weaver, editora auxiliar de Church News

  • 16 Julio 2014

En un devocional en honor a los pioneros que se llevó a cabo en Ogden, Utah, el 13 de julio, el presidente Dieter F. Uchtdorf habló sobre formas en que podemos honrar mejor a los pioneros.  Fotografía por Sarah Jane Weaver.

Puntos destacados del artículo

  • Tres atributos pioneros inspiran al presidente Uchtdorf: la compasión, el trabajo y el optimismo.
  • La felicidad no proviene de las circunstancias externas, sino de adentro, independientemente de lo que esté sucediendo a nuestro alrededor.

“De los pioneros podemos aprender a tener fe y a confiar en Dios; podemos aprender a ser compasivos con los demás; podemos aprender que el trabajo y el ser industriosos no sólo nos bendicen temporal, sino espiritualmente; y que es posible ser felices sin importar nuestras circunstancias”.
—Dieter F. Uchtdorf, de la Primera Presidencia

OGDEN, UTAH

La mejor manera de honrar a los pioneros va más allá de dar discursos, escucharlos, marchar en desfiles, o asistir a las celebraciones de fuegos artificiales, dijo el presidente Dieter F. Uchtdorf, el 13 de julio, al hablar durante el devocional anual de los Días de los pioneros, en Ogden, Utah.

“La mejor manera de demostrar nuestra gratitud es incorporar a nuestra vida la lealtad a los mandamientos de Dios, la compasión y el amor por nuestros semejantes, el trabajo, el optimismo y el gozo que los pioneros demostraron tan bien en su propia vida”, mencionó.

El presidente Uchtdorf dijo que ha pasado más de un siglo y medio desde que los primeros pioneros mormones hicieron el viaje de 2.100 kilómetros desde Nauvoo, Illinois, al Valle del Lago Salado.

“Lo que ellos y quienes vinieron después hicieron fue muy difícil y peligroso. Dudo que muchos de los que comenzaron el viaje realmente entendieran lo que les esperaba ni que estuvieran entusiasmados por realizar el esfuerzo diario que se requirió con el tiempo. Sabían que iba a ser difícil y que existía la posibilidad de que ellos o alguno de sus seres queridos no terminara el viaje. Sin embargo, aun así, vinieron”.

El presidente Dieter F. Uchtdorf saluda a los asistentes del devocional de los Días de los pioneros, en Ogden, Utah, el 13 de julio. Fotografía por Sarah Jane Weaver.

El presidente Dieter F. Uchtdorf y su esposa, la hermana Harriet Uchtdorf, sentados en el estrado en el devocional de los Días de los pioneros, en Ogden, Utah, el 13 de julio. Fotografía por Sarah Jane Weaver.

El presidente Dieter F. Uchtdorf y su esposa, Harriet, dan la bienvenida a su primera bisnieta, Eva Mae Evans, y a su nieto, Eric Evans, al devocional de los Días de los pioneros, en Ogden, Utah, el 13 de julio. Fotografía por Sarah Jane Weaver.

Asistentes al Devocional del instituto de Ogden sobre los Días de los pioneros, en Ogden, Utah, el 13 de julio. Fotografía por Sarah Jane Weaver.

El presidente Dieter F. Uchtdorf y su esposa, la hermana Harriet Uchtdorf, en el devocional de los Días de los pioneros, en Ogden, Utah, el 13 de julio. Fotografía por Sarah Jane Weaver.

“Como resultado”, dijo, “la Iglesia, la nación e incluso el mundo son más ricos a causa de los pioneros”.

Dijo que a pesar de que sus antepasados no estuvieron entre los que caminaron hasta el Valle del Lago Salado, “el ejemplo de ellos ha influido en mi vida para bien”.

“Valoro el fundamento que establecieron para el Evangelio restaurado. Honro lo que hicieron, lo que llegaron a ser y lo que nos dieron como resultado de su sacrificio”.

El presidente Uchtdorf habló de tres atributos pioneros que lo inspiran: la compasión, el trabajo y el optimismo.

La compasión

“Los pioneros cuidaron los unos de los otros”, dijo. “Velaron unos por otros independientemente de sus antecedentes sociales, económicos o políticos. Aun cuando retrasara su progreso, aun cuando causara molestias, y aunque significara sacrificio personal y trabajo, se ayudaron unos a otros”.

Los pioneros no sólo cuidaban de los de su compañía, sino que también tenían en consideración a los que venían detrás de ellos —“cultivaron la tierra para que las caravanas de carromatos que vinieran después cosecharan los cultivos, fueran quienes fueran los cosechadores”, explicó. “Incluyeron a gente de todas las clases sociales”.

“Hoy en día, abundan los ejemplos de egoísmo y autocomplacencia”, dijo. “Los pioneros sirven como un buen recordatorio de por qué debemos alejarnos de la tentación de aislarnos y, en su lugar, tender una mano para ayudarnos unos a otros. Debemos tener compasión y amor los unos por los otros”.

El trabajo

“Los pioneros conocían el valor del trabajo”, dijo el presidente Uchtdorf.

“Es difícil imaginar cuánto trabajaron estas grandes almas. Caminar fue una de las cosas más fáciles que hicieron. Todos ellos tenían que trabajar juntos para suministrar y proveer alimentos, reparar carromatos, atender a los animales, asistir al enfermo y al débil, buscar y recoger agua, y protegerse de los peligros inminentes de la naturaleza y los muchos peligros del desierto”.

“Pero los pioneros no sólo trabajaron porque tenían que hacerlo”, explicó. “En el proceso, sus labores engrandecieron su carácter y ampliaron su comprensión. El trabajo disminuyó sus tendencias naturales hacia el amor propio y magnificó la comprensión de su naturaleza divina; y aumentó su compasión por los demás. En las labores de cada día, descubrieron una fortaleza interior y profundidad espiritual profundas y las consolidaron”.

El optimismo

El presidente Uchtdorf llamó una gran ironía al hecho de que “somos bendecidos con muchas cosas, y aún así podemos estar muy tristes”.

“Las maravillas de la prosperidad y la tecnología nos abruman y nos ofrecen un sin fin de seguridad, diversión, gratificación instantánea y comodidad. Sin embargo, todo a nuestro alrededor vemos mucha tristeza…

“Los pioneros, esas almas maravillosas que sacrificaron tanto, pasaron gran escasez y estaban desesperados por incluso las cosas más básicas que se necesitan para sobrevivir. Los pioneros entendían algo con respecto a la felicidad. Comprendían que la felicidad no viene como resultado de la suerte ni por accidente; y que ciertamente no viene porque todos nuestros deseos se hagan realidad. La felicidad no proviene de las circunstancias externas; viene de adentro, independientemente de lo que esté sucediendo a nuestro alrededor”.

El presidente Uchtdorf dijo que los pioneros tenían sus tribulaciones, al igual que las personas hoy en día tienen pruebas.

“A veces, recordamos lo que los pioneros tuvieron que soportar y con un suspiro de alivio decimos: 'Menos mal que no viví en esa época; no hubiera sobrevivido’.

“Pero, si aquellos valientes pioneros hubieran podido vernos hoy en día… me pregunto si no hubieran expresado la misma preocupación. Por supuesto que los tiempos y las circunstancias son diferentes en la actualidad. Ellos tuvieron sus desafíos, nosotros tenemos los nuestros. Ellos tuvieron sus éxitos, nosotros tenemos los nuestros. Pero aunque las circunstancias hayan cambiado, los principios para vivir juntos con respeto y con éxito como una comunidad amorosa y próspera bajo Dios no han cambiado; siguen siendo los mismos”.

“Hay mucho que aprender de los pioneros”, dijo.

“De los pioneros podemos aprender a tener fe y a confiar en Dios; podemos aprender a ser compasivos con los demás; podemos aprender que el trabajo y el ser industriosos no sólo nos bendicen temporal, sino espiritualmente; y que es posible ser felices sin importar nuestras circunstancias”.