Reconstruyendo Filipinas mediante los programas de bienestar y autosuficiencia

Por Por Kaye Bay, Área Filipinas, y Sarah Jane Weaver, editora auxiliar de Church News.

  • 13 Febrero 2014

El élder Brent H. Nielson, a la izquierda, el obispo Gary E. Stevenson y Gary Porter visitan a las víctimas filipinas de la tormenta frente a las casas construidas por la Iglesia.

Puntos destacados del artículo

  • El tifón Haiyan azotó las Filipinas el 8 de noviembre, destruyendo más de 1,1 millones de hogares y dejando 6.200 muertos, 28.000 heridos y tres millones de personas sin hogar.
  • Los miembros están recibiendo capacitación profesional y aprendiendo técnicas de carpintería, electricidad o plomería para ayudar a construir refugios donde albergar a los que han perdido sus hogares.
  • Los líderes de la Iglesia esperan que la capacitación y la experiencia práctica de los miembros brinden oportunidades de empleo a medida que se reconstruye la infraestructura de la zona afectada.

“Una de las responsabilidades divinamente designadas por el Señor es ‘cuidar de los pobres y los necesitados’ al tiempo que se desarrolla la autosuficiencia. Esto es lo especial acerca de lo que está sucediendo en las Filipinas en este momento. La Iglesia está haciendo esto simultáneamente por las personas allí”. —Obispo Gary E. Stevenson

Casi tres meses después de que el tifón Haiyan azotara las Filipinas, el Obispo Presidente Gary E. Stevenson, presidente del Área Filipinas, Brent H. Nielson, de los Setenta, y otros líderes visitaron a los miembros de la Iglesia en Tacloban el 27 de enero para ver cómo los principios de bienestar y autosuficiencia están funcionando en la zona devastada por la tormenta.

En su opinión: “Excepcional”.

“Una de las responsabilidades divinamente designadas por el Señor es ‘cuidar de los pobres y necesitados’ al tiempo que se desarrolla la autosuficiencia”, dijo el obispo Stevenson. “Esto es lo especial acerca de lo que está sucediendo en las Filipinas en este momento. La Iglesia está haciendo esto simultáneamente por las personas allí”.

El tifón Haiyan sacudió las Filipinas el 8 de noviembre, destruyendo más de 1,1 millones de hogares. El tifón más destructivo que se recuerda en el país dejó más de 6.200 muertos, 28.000 heridos y 3 millones de personas sin hogar. Unas 1.785 personas permanecen desaparecidas.


 

Después del desastre, en el que murieron 42 Santos de los Últimos Días, la Iglesia envió artículos de primera necesidad y se unió a organizaciones de socorro nacionales e internacionales para ayudar con alimentos, refugio, purificación de agua, eliminación de escombros y proyectos para la restauración de los medios de subsistencia. Hasta la fecha, los miembros de la Iglesia han construido más de 250 refugios y cada día se completa la construcción de nuevas casas.

En colaboración con el centro nacional de autosuficiencia —una versión internacional de un centro de recursos de empleo— y con el Fondo Perpetuo para la Educación, los miembros están recibiendo capacitación profesional y aprendiendo técnicas de carpintería, electricidad o plomería. La Iglesia también les ayuda a obtener las herramientas básicas necesarias para construir refugios donde albergar a los que perdieron sus hogares durante el desastre.

Los líderes de la Iglesia esperan que la capacitación y la experiencia práctica de los miembros brinden oportunidades de empleo a medida que se reconstruye la infraestructura de la zona afectada.

“En estos momentos caben destacarse los principios en acción”, dijo el obispo Stevenson a Church News. “Estamos viendo en acción tanto el principio de bienestar, esto es cuidar de los pobres y los necesitados, como el principio de la autosuficiencia. Esto es asombroso y algo que tendrá un profundo impacto sobre los miembros de la Iglesia”.

El élder Nielson dijo que lo más destacado de la visita fue la oportunidad de ver los principios de bienestar y autosuficiencia unirse de un modo extraordinario.

“Se provee a cada familia de los materiales para construir un nuevo refugio y de herramientas para ayudarse”, explicó. “La familia construye su propia casa con la ayuda de un carpintero y otros tres miembros. Una vez construido el refugio, la familia ayuda a otras nueve familias en la construcción de su refugio. Al final de esa experiencia, se provee a la familia de las herramientas necesarias para el mantenimiento y se le expide un diploma que certifica que han aprendido las habilidades básicas de carpintería. A partir de ahí ellos pueden acceder a los muchos trabajos de construcción que ahora están disponibles en Tacloban. En el proceso, la Iglesia les ayuda a ayudarse a sí mismos. Ellos ayudan a otros miembros y, en el proceso, obtienen habilidades valiosas para el mercado laboral”.

El obispo E. Gary. Stevenson ayuda en la construcción de nuevas casas en Tacloban, Filipinas. En los próximos meses, la Iglesia construirá unas 3.000 viviendas para los miembros de la Iglesia y otras personas.

El élder Robert C. Gay, Coordinador del Fondo Perpetuo para la Educación de la Iglesia, expresó su apoyo a la iniciativa de la autosuficiencia. Según explicó: “La construcción de refugios en las Filipinas es un ejemplo de ayuda a los pobres y necesitados a la manera del Señor, ayuda para el bienestar acompañado de capacitación para ayudar a nuestros miembros a adquirir destrezas laborales a largo plazo que les ayuden a elevarse a sí mismos mientras trabajaban como unidos bajo la dirección del sacerdocio local”.

Al hablar de la visita del obispo Stevenson a Tacloban, el élder Nielson dijo: “Él fue capaz de conocer por sí mismo las necesidades de las personas y también de participar en la obra que se está llevando a cabo para ayudar”.

También dijo que el obispo Stevenson —quien prestaba servicio como Presidente del Área Asia Norte de la Iglesia cuando un tsunami sacudió Sendai, Japón, en 2011, y coordinó los recursos de la Iglesia para la ayuda y recuperación tras el desastre— fue capaz de brindar una perspectiva sumamente valiosa adquirida de su experiencia allí.

Daños en Tacloban, martes 19 de noviembre de 2013, tras un tifón en Filipinas.

“Los miembros y líderes en Tacloban se conmovieron por su visita”, dijo el élder Nielson. “Entendían su función como Obispo Presidente de la Iglesia de proveer para los necesitados y dirigir la obra en Tacloban”.

A pesar de perder tanto en el desastre, los miembros tienen una “sonrisa en sus rostros”, dijo el obispo Stevenson. “Tienen esperanza; tienen fe. Es un ejemplo para el mundo. Es un ejemplo para los miembros de la Iglesia en todo el mundo”.

El obispo Stevenson y el élder Nielson estuvieron acompañados por el élder Abenir Pajaro, Setenta de Área; Gary B. Porter, Secretario del Obispado Presidente; Todd Tapp, director de asuntos temporales del Área Filipinas; y Nate Leishman, director de respuesta ante emergencias del Departamento de Servicios de Bienestar.

Tras la visita, el obispo Stevenson, el élder Nielson y el élder Pajaro presidieron una reunión para líderes a fin de responder a preguntas sobre el programa de refugio de la Iglesia. Los líderes aseguraron a los miembros que el Padre Celestial ama y conoce a cada uno de ellos.

Los miembros de la Iglesia en las Filipinas construyen casas nuevas.

Citando a Alma 26:37, el obispo Stevenson dijo a los Santos de los Últimos Días que “Dios se acuerda de todo pueblo, sea cual fuere la tierra en que se hallaren; sí, él tiene contado a su pueblo, y sus entrañas de misericordia cubren toda la tierra”.

“Ahora nuestros miembros en las Filipinas tienen esperanza porque saben que tendrán un techo sobre su cabeza. Van a ayudar a construirlo ellos mismos. Tendrán un lugar para que sus hijos a duerman… Esto es lo que vimos y esto es lo que sentimos: que el Señor está al tanto de todas y cada una de sus circunstancias”.