Detrás de escena del set de rodaje de Jerusalén: Los actores aportan su experiencia y se llevan nuevas perspectivas

Por Heather Whittle Wrigley, Noticias y eventos de la Iglesia

  • 21 Octubre 2011
 

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Con su altura de metro y medio, Stella McComas, de 94 años, quizá no llame la atención a primera vista. Sin embargo, en el set de rodaje de Jerusalén que acaba de construir La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Stella, envuelta en un chal y con maquillaje que deja su rostro polvoriento, resplandece al representar al personaje principal de la parábola bíblica de la ofrenda de la viuda.

Stella, que vive en Kaysville, Utah, EE. UU., y desciende de ucranianos, dijo que el hecho de que puede identificarse con la mujer a la cual representa ayuda mucho al encontrarse frente a la cámara.

“Uno tiene que imaginarse que es ese personaje, y resulta fácil cuando uno, en cierto modo, lo es”, dijo. “Cuando se es viuda y se tiene más de noventa años, es fácil representar este papel”.

La hija de Stella, Carole Taylor, la llevó a las audiciones, ya que consideraba que era perfecta para el papel de Ana, la profetiza: “Cuando la llevé a la sala, uno de los directores de reparto la miró y dijo: ‘Vaya…’. Ella tiene un rostro especial… Se mete en el papel, y ha tenido tantas experiencias en sus 94 años de vida, que puede representar el papel”.

Durante los últimos dos meses, cientos de actores de todo el mundo —escogidos en parte por su apariencia mediterránea— han viajado hasta el set de rodaje, ubicado en Goshen, Utah, EE. UU., para representar personajes que van desde Jesucristo hasta una viuda, y desde fariseos hasta mendigos.

El esfuerzo de los actores, junto con la de los camarógrafos, directores, productores, maquilladores, iluminadores y muchos otros, ha dado como resultado 47 diferentes historias o viñetas de la vida de Cristo, tomadas directamente de la versión de la Biblia del Rey Santiago. Estas historias conforman el Proyecto de la Biblioteca de las Escrituras del Nuevo Testamento.

Están pensando en llevar a cabo una segunda etapa de filmación que cubriría otras escenas clave del Nuevo Testamento. Si se aprueba, las filmaciones comenzarían en la primavera de 2012. Las primeras viñetas probablemente ya podrán verse en diciembre de 2011, según dijo David Nielson, Director del Departamento de Servicios Multimedia.

Estos videos no son poca cosa, ya que proporcionarán material nuevo para el Sistema Educativo de la Iglesia, para los Mensajes Mormones, para películas para los misioneros, para transmisiones de conferencias, etc.

Pero según los actores, lo que también importa son las similitudes que encuentran entre sus personajes y ellos mismos, y lo que marca la diferencia es lo que se llevan después de representar el papel, sea éste grande o pequeño.

Similitudes

Shiloh Potter se encuentra de pie en una habitación estrecha, esperando lo imposible: que su “hija” no esté muerta. Cuando su “esposo” entra en la habitación, ella levanta la vista con expectación.

Mientras Shiloh sigue interpretando a su personaje, la esposa de Jairo, el actor que representa a Cristo entra y bendice a su “hija”, quien entonces se incorpora.

Aunque Shiloh no tiene hijas propias, dijo que el saber que algún día las tendrá la ayudó con su papel.

“Supe que debía recurrir a lo que siento por mi familia eterna cuando empecé esa escena”, dijo. “Y a decir verdad, la tragedia, el dolor y los más grandes estragos que se nos ocurran son universales. No importa en qué época haya ocurrido ni qué esté ocurriendo en la vida de uno. Los sentimientos son los mismos y todos podemos identificarnos con ellos”.

Shane Mozaffari, de South Jordan, Utah, EE. UU., es el actor que representa a Jairo, el “esposo” de Shiloh. Dado que tiene hijas propias, le resultó fácil identificarse con su personaje.

“[Me resulta familiar] ser un padre que necesita ayuda y que no tiene las aptitudes suficientes para arreglar algo, para solucionarlo”, dijo. “Uno toma esa [experiencia] e imagina que Cristo está bendiciéndolo a uno mismo y a su propia familia. Es un sentimiento y un agradecimiento que uno no puede devolver”.

Ali Fischer, de catorce años, quien interpreta a la hija de Jairo, dijo que ella simplemente trató de imaginar cómo reaccionaría en esa misma situación. “Cuando despierta, piensa: ‘¿Qué está ocurriendo?’”, dijo Ali. “Entonces, al ver al Salvador, pensé: ‘Si realmente estuviera viendo al Salvador en este preciso lugar, no importaría cuán confundida me sintiera: probablemente tendría una sensación de profunda paz y calma’… Y luego, mientras se estuvieran yendo, estaría meditando y asimilando todo lo que había ocurrido en aquellos 30 segundos”.

El actor que representa al apóstol Bartolomé, Adi Marriott, dijo que el encontrar similitudes entre él mismo y Bartolomé lo ayudó a meterse en el personaje. El hermano Marriott, que se crió en Israel, igual que Bartolomé, creció en la religión judía. A los 16 años, se unió a la Iglesia.

Conoce Jerusalén gracias a los viajes a la ciudad que hacía con su familia cuando era un joven.

“No había sentido eso en los últimos 15 años, hasta que entré en el set de rodaje”, dijo. “Fue maravilloso descubrir un pequeño destello de mi niñez una vez más”.

Charley Boon, que hace el papel de Felipe el apóstol, coincidió en que el set de rodaje hacía que fuera más real representar a los personajes.

“Cuando entramos por primera vez al set con nuestro vestuario, caminando como el Quórum de los Doce y relacionándonos con el Salvador —John Foss hace el papel de Jesús—, no parecía que estuviéramos actuando”, dijo. “Inmediatamente fuimos trasladados a otro mundo, a otra época”.

Dijo que también fue de ayuda el que los integrantes del reparto que representaban a los Doce Apóstoles se esforzaron por lograr un sentimiento de hermandad entre ellos, tanto fuera del set como dentro de él.

Lo que los actores reciben por medio de la actuación

Tanto la hermana Fischer como el hermano Mozaffari dijeron que, además de las similitudes que hallaron entre ellos mismos y los personajes que representaron, se llevaron importantes lecciones de las experiencias que tuvieron como actores en el set de rodaje de Jerusalén.

A veces puede parecer que las Escrituras están en otro idioma, dijo Ali, pero una vez que empezó a estudiarlas con más detenimiento, empezaron a tener más sentido. “En ellas hay grandes mensajes de los que todos podemos aprender”, dijo. “Ahora aprecio más y entiendo mejor las Escrituras, y a Cristo y Su obra”.

El hermano Mozaffari también empezó a valorar más los relatos de las Escrituras, dijo él.

“Las circunstancias y la situación [quizás hayan cambiado], pero todos somos parte de una familia eterna y aun así sufrimos por las pérdidas, sentimos remordimiento, y esperanza, y eso me hace valorar más lo que tengo”, dijo.

En cuanto al hermano Boon, la experiencia lo ayudó a fortalecer su testimonio del Salvador. “Ahora estoy empezando a comprender más profundamente cosas que he leído cientos de veces en las Escrituras”, dijo. “Todo lo que se hizo fue hecho con un propósito divino. El Salvador podría haberlo evitado en cualquier momento, pero Él se entregó a Sí mismo por nosotros. Espero que tanto los creyentes como los no creyentes, al mirar esta película, piensen por un momento en qué deben de haber sentido las personas que lo experimentaron y qué debe de haber significado para ellos”.

A fin de participar del proyecto de la película del Nuevo Testamento, Sheldon Strand manejó 965 km desde su ciudad natal de La Grande, Oregón, EE. UU., ¡dos veces!

“Mis talentos son escasos, pero me pareció que debía ponerlos a disposición de la obra del Señor”, dijo, refiriéndose a su trabajo como extra, un papel para el cual se necesitan muchas personas. Hizo un resumen de lo que cada persona que participó en los videos —con un papel grande o pequeño— debería haber sacado de la experiencia.

“No sé si alguna de las escenas en las que aparezco será suficientemente larga para que me vean, pero eso a decir verdad no es lo importante”, dijo. “Lo importante es dar todo lo que pueda dar. Esta tarde filmarán la ofrenda de la viuda, y de algún modo creo que nosotros los extras, a quienes amablemente llaman actores de fondo, hemos dado la ofrenda de la viuda, porque vinimos sin esperanzas ni expectativas de recibir ninguna otra recompensa más que lo que podamos llevarnos en nuestro interior, y eso influirá en mí por mucho, mucho tiempo, espero que por siempre”.