El élder Oaks fue galardonado por ser un defensor de la libertad religiosa

Por Por Gerry Avant, editor de Church News

  • 23 Mayo 2013

El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, habla durante la cena por la Medalla Canterbury de Becket Fund for Religious Liberty, en la Ciudad de Nueva York el 16 de mayo de 2013. El élder Oaks recibió la Medalla Canterbury por su vida de servicio a promover la causa de la libertad religiosa © 2013 por Intellectual Reserve, Inc. Todos los derechos reservados.

“Para muchos estadounidenses, el libre ejercicio de la religión es una libertad civil fundamental debido a que la fe en Dios, Sus enseñanzas y la participación activa en la religión son una realidad fundamental de la vida”.—Élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles

CIUDAD DE NUEVA YORK

Como receptor del más alto honor con la Medalla Canterbury, de Becket Fund for Religious Liberty, el élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, habló el jueves 16 de mayo por la tarde, sobre la importancia de fortalecer el libre ejercicio de la religión.

Becket Fund for Religious Liberty es una firma de abogados sin fines de lucro de interés público que protege la libertad de expresión de todas las tradiciones religiosas. La misma reconoció al élder Oaks como “un aclamado abogado, jurista, autor, profesor, líder religioso y defensor público de la libertad religiosa”.

Su nombre proviene de la catedral en la cual Thomas A. Becket, Arzobispo de Canterbury, fue martirizado en 1170 por los caballeros de Inglaterra del rey Henry II por su defensa a la libertad religiosa, la medalla se otorga cada año a figuras líderes que llevan a cabo una gran función por sus ideas religiosas en el ámbito público.

En la ceremonia que se llevó a cabo en el Hotel Pierre en la Quinta Avenida de la ciudad de Nueva York, el élder Oaks dijo que las enseñanzas religiosas y las organizaciones religiosas son fundamentales para una sociedad libre y merecen protección legal especial.

Habló sobre la necesidad de ser cuidadosos con respecto a la definición de la palabra religión y señaló la necesidad de resistir dos tendencias opuestas. “No debemos definir la religión tan específicamente, que excluye a quienes no creen lo que nosotros creemos”, declaró.

La tendencia opuesta de definir la religión de manera muy general “es más tentadora y peligrosa”, dijo. “Ya vemos la tendencia a describir la libertad religiosa como ‘libertad de conciencia’, sea cual sea el origen de esa conciencia. Esa definición puede negar la protección de la garantía de la libertad religiosa de las iglesias y organizaciones mediante las cuales los creyentes ejercen su fe.

El élder Dallin H. Oaks (centro) habla con Francis Cardinal George, Arzobispo de Chicago, (derecha) y Robert P. George, profesor en la Universidad de Princeton (izquierda) en la cena por la Medalla Canterbury de Becket Fund for Religious Liberty en la ciudad de Nueva York el 16 de mayo. © 2013 por Intellectual Reserve, Inc. Todos los derechos reservados.

Ampliar la definición de religión a sistemas de creencias que no se basan en un ser divino representa el riesgo de debilitar las protecciones religiosas, dijo y señaló que “cuando la religión no tiene más derecho de libre ejercicio que cualquier otro grupo no religioso o filosofía secular, es probable que disminuya en importancia toda esta nueva categoría amplia de ‘religión’”.

El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, habla con invitados en una recepción antes de la cena por la Medalla Canterbury en Becket Fund for Religious Liberty en la ciudad de Nueva York el 16 de mayo de 2013. © 2013 por Intellectual Reserve, Inc. Todos los derechos reservados.

El élder Oaks hizo referencia al relato del Nuevo Testamento registrado en Marcos 12:14–17, en el cual Jesús utiliza una moneda para enseñar el principio de que las personas tienen obligaciones hacia los gobiernos civiles como así también a la autoridad divina.

“De manera similar, las dos caras de una moneda nos recuerda nuestros deberes con respecto a la verdad y la tolerancia. En nuestros esfuerzos para fortalecer la libertad religiosa, siempre debemos recordar que la verdad de nuestra causa no nos libra de nuestro deber de tolerancia hacia quienes difieren”.