Sigan a Jesucristo para obtener recompensas espirituales, dice el élder Cook

Por Por Sarah Jane Weaver, editora adjunta del periódico Church News

  • 7 Mayo 2014

Élder

Puntos destacados del artículo

  • A medida que las mujeres sigan fielmente a Jesucristo, obtendrán recompensas de rectitud tanto en espiritualidad como en familias rectas, felicidad, progreso en la tierra y paz.

PROVO, UTAH

A medida que las mujeres Santos de los Últimos Días sigan fielmente a Jesucristo, obtendrán recompensas de rectitud tanto en espiritualidad como en familias rectas, felicidad, progreso en la tierra y paz, dijo el élder Quentin L. Cook, del Quórum de los Doce Apóstoles.

“El Señor Dios es en verdad un sol y un escudo, que dará gracia y gloria”, dijo él durante el final de su discurso en la Conferencia de la Mujer de BYU, cuando hizo referencia al tema de la conferencia de Salmos 84:11: “No quitará el bien a los que en integridad andan”.

Más de 11.000 mujeres de todo el mundo asistieron a la conferencia de dos días, celebrada el 1 y 2 de mayo, patrocinada por la Universidad Brigham Young y la Sociedad de Socorro.

El élder Cook asistió acompañado de su esposa, la hermana Mary G. Cook, quien también ofreció algunas palabras.

“Siento una gran responsabilidad al dirigirme a ustedes, mujeres maravillosas”, dijo el élder Cook. “Tienen mi amor y admiración por lo que son y lo que van lograr en este mundo tan difícil”.

Él pidió a las mujeres que no “subestimen el poder y el impacto de su influencia idónea, amorosa y sensible” hacia los demás.

El élder Quentin L. Cook habla durante la Conferencia de la Mujer de la Universidad Brigham Young, en el Centro Marriott de BYU, el viernes 2 de mayo de 2014, en Provo. Fotografía por Hugh Carey, Deseret News.

“Parece ser parte de su naturaleza especial el sentir que no importa cuán arduo trabajen o lo que hagan, nunca es suficiente”, dijo. “A veces, a pesar del hecho de que todos los demás sientan que ustedes han sido espectaculares, se sienten inadecuadas e ineficaces. Sin embargo, el excelente trabajo que hacen, la bondad que demuestran y el amor que ponen de manifiesto son bendiciones incalculables para quienes tienen el privilegio de conocerlas; y eso, es suficiente”.

El élder Cook explicó que el tema para la conferencia de la mujer abarca la promesa de la Escritura que dice: “No quitará el bien a los que integridad andan”. Mi propósito hoy es determinar algunas de las recompensas de la rectitud y señalar algunas maneras en que somos y podemos ser bendecidos en estos tiempos turbulentos”, explicó.

Las personas que asistieron a la Conferencia de la Mujer de BYU caminan en el campus de la Universidad Brigham Young el 2 de mayo de 2014, en Provo. Fotografía por Hugh Carey, Deseret News.

Sin embargo, primero habló de un mundo “literalmente en conmoción”.

“Muchos de los desafíos se encuentran en el ámbito espiritual”, dijo. “Son temas sociales que nosotros como individuos no podemos realmente resolver; sin embargo nos conciernen a todos”.

A pesar de esos problemas, dijo que hay recompensas prácticas que las personas pueden lograr, incluso en un momento en el que la rectitud en el mundo está en declive.

“La batalla entre el bien y el mal no es nueva”, explicó. “Pero hoy en día, hay un porcentaje mucho más alto de personas que erróneamente llegan a la conclusión de que no hay valores morales ni honradez a los cuales todas las personas deban observar”.

Luego de haber dicho eso, el élder Cook explicó que la Iglesia nunca ha tenido miembros más fieles. “Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días junto con otras personas que poseen valores morales similares, representan una isla de fe en un mar de duda e incredulidad”.

Personas que asistieron a la Conferencia de la Mujer en BYU en el Centro Marriott en el campus el 2 de mayo de 2014, en Provo. Fotografía por Hugh Carey, Deseret News.

El élder Cook habló sobre ideas para ayudar a las personas y a las familias a entender y alcanzar las recompensas de la rectitud.

La recompensa de la espiritualidad

“Somos parte de este mundo”, explicó el élder Cook. “Los aspectos materiales de la vida cotidiana son un desafío específico. La sociedad tiende a mirar todo a través del lente de las recompensas mundanas”.

Citando al presidente Spencer W. Kimball, el élder Cook enseñó que los ídolos pueden incluir las calificaciones, los títulos profesionales, las propiedades, las casas, el mobiliario y muchos otros objetos materiales.

“A veces el lente del mundo nos hace centrarnos en asuntos no tan espectaculares, como el aspirar a una gran riqueza, sin embargo nos aleja de un compromiso espiritual profundo”, dijo.

El punto de partida para revisar nuestra vida y el compromiso con el evangelio de Jesucristo, es el bautismo, dijo.

La hermana Mary G. Cook habla durante la Conferencia de la mujer de la Universidad Brigham Young en el Centro Marriott de BYU el viernes 2 de mayo de 2014, en Provo.

“El gran debate en la mayor parte del mundo es acerca de las cuestiones económicas cotidianas temporales”, señaló. “Todavía se habla muy poco acerca de regresar a los principios semejantes a los de Cristo con el fin de concentrarse en prepararnos para enfrentar a Dios y a la condición de nuestros espíritus. Debemos centrar nuestra vida y concentrarnos más en los asuntos espirituales”.

La recompensa de las familias rectas

“Téngase en cuenta que actualmente no hay comunidad inmune al mal, la contención y las tentaciones inicuas”, dijo el élder Cook.

También dijo que hace años el élder Harold B. Lee, en ese entonces miembro del Quórum de los Doce Apóstoles, dio consejos específicos a los miembros de la Iglesia preocupados en cuanto a las tentaciones en sus comunidades.

Al hacer mención a ese consejo “sencillo y profundo”, el élder Cook dijo que el élder Lee pidió a los miembros que “primero crearan Sión en el corazón y en el hogar. Segundo, que fueran una luz entre los que vivían a su alrededor. Y tercero, que se concentraran en las ordenanzas y en los principios que se enseñan en el templo”.

Las personas que asistieron a la Conferencia de la Mujer de BYU caminan en el campus de la Universidad Brigham Young el 2 de mayo de 2014, en Provo. Fotografía por Hugh Carey, Deseret News.

El élder Cook dijo que al edificar Sión en su corazón y en su hogar, las personas debían hacer hincapié en la observancia religiosa al orar diariamente como familia, al estudiar las Escrituras y al hacer la noche de hogar semanal. “En ese contexto podemos enseñar y capacitar a nuestros hijos. Hacemos eso con amor y bondad, evitando la crítica inapropiada tanto en lo que se refiere a nuestros hijos como a nuestros cónyuges”.

Sin embargo, sin importar donde la gente viva, e incluso si hacen todo lo correcto, algunos hijos pueden tomar decisiones imprudentes que los conduzcan a senderos prohibidos.

“Así mismo, es importante ayudar a los jóvenes para que decidan de antemano qué van a decir o hacer cuando les propongan comportarse de manera inapropiada o inmoral”.

El élder Cook dijo que él y su esposa hablaban a sus hijos sobre la rendición de cuentas al Señor. “Les hicimos notar que seguimos el ejemplo de Cristo al vestir con modestia, al utilizar un lenguaje limpio y apropiado, al evitar la pornografía; algo que por cierto, ahora se debe enseñar incluso a los niños en edad de la Primaria para que ellos puedan tener vidas puras”.

El élder Quentin L. Cook habla durante la Conferencia de la Mujer de la Universidad Brigham Young, en el Centro Marriott de BYU, el viernes 2 de mayo de 2014, en Provo. Fotografía por Hugh Carey, Deseret News.

El élder Cook dijo que considera que los Santos de los Últimos Días pueden criar a hijos rectos en casi cualquier parte del mundo, si tienen una base firme en Jesucristo y Su Evangelio.

“Mi consejo es que debemos concentrar nuestra energía en el fortalecimiento de nuestra familia al hablar, regocijarnos, predicar y profetizar de Cristo, para que podamos disfrutar de la recompensa de una familia recta que logre llegar a ser eterna”.

La recompensa de la felicidad

“Lucifer ha creado la falsedad o la ilusión de que la felicidad es incompatible con la rectitud y que nos engañará si no estamos atentos”, dijo el élder Cook.

Muchos de los problemas en todo el mundo se producen debido a que el mundo secular persigue una definición incorrecta de la felicidad, dijo.

El élder Cook citó un estudio sobre el éxito y la felicidad que se ha llevado a cabo durante los últimos 70 años.

“En el estudio se indica que ni el puntaje para ingresar a la universidad ni el promedio de calificaciones predecían el éxito o la felicidad en los años siguientes”, dijo. “Es interesante que sí había una gran relación con respecto a la felicidad familiar durante la niñez”.

Lo que le resultó interesante, pero no le sorprendió, fue que el estudio coincide totalmente con lo que las Escrituras y la Iglesia han enseñado acerca de la familia. “Las actividades en las que la Iglesia ha hecho hincapié, como la noche de hogar, la oración familiar, las expresiones de amor, la unión familiar y las tradiciones familiares, son las que el estudio indicó que llevarían a un adulto a ser feliz y a tener éxito”.

El amor, dijo, es el ingrediente clave de la felicidad.

La recompensa de la prosperidad en la tierra

“Permítanme decirles que la prosperidad en la tierra no se define por la cantidad de dinero que se tenga en la cuenta bancaria”, dijo el élder Cook. “Tiene un significado mucho más profundo”.

Las Escrituras son claras cuando estipulan que vivir los mandamientos “nos permite prosperar en la tierra”, dijo.

“Prosperar y ser rico no son necesariamente sinónimos. Una mejor definición del Evangelio sobre la prosperidad en la tierra es tener suficiente para nuestras necesidades, mientras se tiene la bendición abundante del Espíritu en nuestra vida. Cuando proveemos para nuestra familia, y amamos y servimos al Salvador, disfrutamos de la recompensa de tener el Espíritu y prosperar en la tierra”.

La recompensa de la paz

Treinta y cinco años atrás, el presidente Spencer W. Kimball enseñó que el mayor crecimiento que tendría lugar en la Iglesia sería debido a que muchas mujeres buenas se sentirían atraídas a ella en grandes cantidades, dijo el élder Cook. “Él declaró: ‘Pero eso sólo puede suceder si las mujeres de la Iglesia viven en forma justa y prudente, hasta el punto tal de que se las considere diferentes —en forma positiva— de las demás mujeres del mundo’. Esto en realidad ya ha sucedido y continuará sucediendo en el futuro”.

La hermana Cook dijo que con su conocimiento del Evangelio, los Santos de los Últimos Días deberían ser las personas más felices del mundo. “No podemos dejar que los dolores y las tribulaciones de la vida terrenal nos desvíen de la promesa de una vida eterna mejor, gloriosa y magnífica”, dijo.

La hermana Cook se crió en la Iglesia, asistió a la Primaria y a las demás reuniones de la Iglesia, leyó las Escrituras, oró y cantó canciones del Evangelio. Ella sabía que la Iglesia era verdadera y nunca tuvo dudas al respecto.

Sin embargo, “poco después de mi bautismo, mis padres iniciaron su divorcio. Parte de ello fue debido a desacuerdos sobre el compromiso hacia la Iglesia y el llevar una conducta incompatible con el Evangelio”, dijo. “Mi madre, mi hermana, mi hermano y yo fuimos a vivir con la abuela, la madre de mamá. Ella era viuda y no me puedo imaginar cómo hizo para encargarse de tres niños activos durante dos años”.

La hermana Cook asistió a tercer y cuarto grado escolar mientras vivía con su abuela. “Cuando pienso en esos años, recuerdo sentirme un poco insegura sobre mi situación familiar, y también recuerdo una experiencia que tuve mientras caminaba un día a casa de la Primaria, la cual se realizaba entre semana”.

Ella dijo que de pronto sintió un poderoso sentimiento de amor. “Ese sentimiento simplemente me envolvió, sentí que el Señor me conocía y que yo era importante para Él. Fue la primera vez que reconocí el poder del Espíritu Santo en mi vida.

“Me di cuenta de que somos nosotros los que hacemos nuestra propia felicidad sin importar qué pruebas, tribulaciones o dolores afrontamos en la vida. Hacemos la elección basándonos en nuestra fe en el Señor Jesucristo de ser de buen ánimo”.

La hermana Cook dijo que de esa experiencia aprendió tres principios básicos:

“En primer lugar, la bendición de tener al Espíritu Santo como compañero constante y el consuelo que proporciona cuando lo necesitamos.

“En segundo lugar, el vivir los mandamientos proporciona felicidad y gozo.

“En tercer lugar, yo sabía que quería tener una vida familiar feliz”.

Sus padres resolvieron la mayoría de sus diferencias después de dos años de separación, y su familia volvió a unirse. “Las cosas no siempre estaban perfectamente bien, pero años más tarde, cuando me convertí en esposa y madre, mis padres se sellaron en el templo, y tuve la oportunidad ser sellados a ellos”.

La hermana Cook dijo que tener un corazón feliz y tener el deseo de ser felices pueden convertir un día difícil en uno tolerable.

“Más de una vez me he dicho: ‘Esto también pasará’. Y así sucede”, dijo.

Ella terminó diciendo a las mujeres que fueran de buen ánimo.

“A medida que tengamos dolores y alegrías en la vida terrenal, mantengamos nuestros ojos centrados en la recompensa”, explicó. “Sean de buen ánimo, pues sabemos el resultado, sabemos la verdad; sabemos que el Salvador y Su expiación infinita se realizó para nuestro beneficio. Sabemos el plan de felicidad del Padre”.