El Templo del Centro de la Ciudad de Provo enseña una lección sobre la conversión

Por Por Heather Whittle Wrigley, Noticias y eventos de la Iglesia

  • 12 Abril 2012

En 1898 se finalizó la construcción del Tabernáculo de Provo (izquierda) y ahora se está convirtiendo en el Templo del Centro de la Ciudad de Provo (bosquejo de la derecha), el cual se anunció en la conferencia general de octubre de 2011.

Puntos destacados del artículo

  • 17 de abril de 1898: Se dedica el Tabernáculo de Provo, después de 15 años de construcción realizada por los pioneros mormones.
  • 17 de diciembre de 2010: Un incendio destruye el histórico edificio, dejando en pie sólo las cuatro paredes y las torres de las esquinas.
  • 1 de octubre de 2011: El presidente Thomas S. Monson anuncia que el tabernáculo será convertido en el Templo del Centro de la Ciudad de Provo.

“Cuando seamos renovados o convertidos, seremos lo mejor que jamás hayamos sido, incluso un poco mejor”. —Élder William R. Walker, de los Setenta, Director ejecutivo del Departamento de Templos

En el corazón de Provo, Utah, EE. UU., unos empleados con cascos de color naranja caminan alrededor de los soportes de acero y metal retorcido para limpiar los escombros que están entre las cuatro paredes carbonizadas.

Esas paredes son todo lo que queda del histórico Tabernáculo de Provo, símbolo del patrimonio de los pioneros de la ciudad de hace 114 años, después del incendio que destrozó el edificio a primeras horas de la mañana del 17 de diciembre de 2010 y que requirió la presencia de cuatro equipos de bomberos. Hoy, el tabernáculo ha sido sometido a una transformación a medida que los trabajadores fortifican los cimientos y lo convierten en algo con un propósito más exaltado, el Templo del Centro de la Ciudad de Provo.

Se trata del cuarto templo que ha sido creado a partir de un edificio ya existente. Los otros son el Templo de Copenhague, Dinamarca; el Templo de Manhattan, Nueva York; y el Templo de Vernal, Utah.

El proceso de conversión al que fue sometido cada uno de esos edificios y al que está sometido actualmente el Tabernáculo de Provo para ser un lugar que el Salvador pueda visitar, proporciona una perspectiva del proceso de conversión que cada persona debe experimentar para volver a morar con el Salvador.

La necesidad de la conversión

El élder William R. Walker, de los Setenta, director ejecutivo del Departamento de Templos, señaló la relación que existe entre la conversión de estos edificios en templos y el proceso de conversión mediante el cual cada persona debe pasar.

Los dos ya eran estructuras útiles, dedicadas a servir al Salvador. Sin embargo, un extenso proceso de renovación era necesario a fin de crear algo que cumpliera un propósito aún mayor. 

“El uso original era muy bueno y muy atractivo, pero el nuevo uso será aún más atractivo, más importante y más divino”, dijo el élder Walker. De igual manera, “cuando nos renovamos o convertimos por completo, somos mejor de lo que jamás habíamos sido, incluso un poco mejor”.

La conversión de cada persona empieza en un punto de partida diferente. Al igual que el Tabernáculo de Provo, el proceso de conversión de una persona puede incluir hechos difíciles y dolorosos.

“Nadie quería que el incendio ocurriera, pero a veces, esas crisis pueden causar que nos centremos en lo que es nuestro verdadero valor”, dijo Dean Davies, quien anteriormente había sido el director ejecutivo del Departamento de Proyectos Especiales de la Iglesia y que recientemente fue llamado como Segundo Consejero del Obispado Presidente. “A veces tenemos que atravesar un impacto emocional en nuestra vida para hacernos despertar a lo que puede ser nuestro verdadero potencial”.

Independientemente de las circunstancias de una persona, el proceso de conversión nunca es fácil; requiere fe y esfuerzo. Sin embargo, éste es un proceso por el que deben pasar todos los seguidores de Cristo si quieren alcanzar su potencial completo como hijos e hijas de Dios.

“Al incrementar nuestro nivel de conversión, nos volvemos más congruentes y más fieles con lo que sabemos”, ha dicho el élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles. “Una cosa es saber lo que es verdadero y otra el ser fieles a lo que sabemos. Los miembros de la Iglesia necesitan tener más que testimonios: Necesitan estar convertidos”.

Edificar sobre un fundamento seguro

Al describir la conversión del Tabernáculo de Provo a un templo, el obispo Davies usó la palabra preservación.

Preservar significa restablecer a su condición original de la mejor manera posible, pero que también permite mejoras, como una mayor solidez de la estructura”, dijo. “No se sacan [los cimientos originales], sino que se hace más fuertes a los mismos en lugar de quitarlos”.

Estos “refinamientos” son análogos a los cambios que las personas hacen al convertirse al Evangelio, el cual describe a Cristo como nuestro “fundamento” (véase Helamán 5:12).

La conversión personal no requiere que se empiece totalmente desde cero, ya que Dios toma lo que es bueno y lo convierte en mejor. Una vez que se fortalece nuestro cimiento, Él añade más de lo bueno. El presidente David O. McKay (1873–1970) dijo: “El propósito del Evangelio es… hacer buenos a los hombres malos y a los hombres buenos hacerlos mejores, y cambiar la naturaleza humana” (véase David O. McKay, en Conference Report, abril de 1954, pág. 26.) 

En muchos casos, una persona puede que ya esté siendo útil en el reino del Señor. Pero a causa de un más alto y exaltado propósito que Él tiene reservado para Sus hijos, Dios proporciona un extenso y, de muchas maneras, individualizado proceso de renovación para cada persona que acepta el llamamiento de seguir a Su Hijo.

Durante las semanas que siguieron al incendio, la Iglesia reunió a un equipo de expertos, tales como arquitectos, ingenieros, profesionales de la construcción, historiadores y otras personas, para que crearan un plan de preservación.

De acuerdo con David Hall, hijo, director de diseño del templo y miembro del equipo de preservación, convertir el tabernáculo en templo requeriría una cantidad importante de excavación por debajo del nivel existente del suelo para fortificar los cimientos, añadir instalaciones de apoyo y una cuidadosa planificación del diseño interior, sólo por mencionar algunos temas.

“Por supuesto, nuestro deseo es salvar todo aquello que pueda usarse”, dijo. “Si hay detalles que puedan recogerse del edificio existente y reutilizarse en el diseño, estamos muy interesados en hacerlo para que las características del edificio original [sea evidente en] el nuevo edificio”.

El Templo del Centro de la Ciudad de Provo incluirá cristal de artesanía, remates de pináculos y otros artículos de ferretería que se salvaron de los escombros del tabernáculo.

El maestro arquitecto William Harrison Folsom, diseñador original del Tabernáculo de Provo, también diseñó el Templo de Manti, Utah, y el Salón de Asambleas de la Manzana del Templo. Los preservadores estudiaron estos edificios para determinar qué tipo de decisión hubiera tomado el hermano Folsom para convertir el edificio en una instalación más sagrada.

De la misma manera, tenemos en las Escrituras las enseñanzas de Cristo que no sólo reflejan numerosos modelos de conversión, sino que también nos enseñan qué cualidades necesitamos desarrollar a fin de estar verdaderamente convertidos (véase Mateo 18:3).

Un cambio de corazón

Por cada uno de los edificios renovados, Copenhague, Manhattan, Provo y Vernal, la conversión de la estructura existente a un templo refleja el proceso de conversión personal. Aunque la apariencia estética permanezca muy parecida a la original, cada edificio pasó por un cambio interno significativo y se centró en un nuevo propósito.

Si bien el exterior de los templos convertidos pueda no parecer muy diferente al original, los cambios son evidentes de inmediato al ver el interior de los sagrados edificios.

Mientras que el tabernáculo se usó anteriormente para eventos que iban desde conferencias de estaca hasta presentaciones culturales, una vez que el edificio esté dedicado como templo, los Santos de los Últimos Días asistirán para hacer promesas y compromisos formales a Dios y participar de las ordenanzas más elevadas del Evangelio: el matrimonio eterno y el sellamiento de las familias por la eternidad. Los participantes también podrán efectuar bautismos por los muertos en el templo.

Al ir recibiendo ciertas ordenanzas en el templo, los participantes irán progresando de un salón a otro antes de pasar al salón celestial. Sólo unos cuantos templos emplean este estilo “progresivo”.

“Podríamos decir que cuando el edificio esté terminado, tendrá un corazón nuevo, habrá sido convertido, estará cambiado, será diferente, y cuando nosotros estemos verdaderamente convertidos, habremos cambiado, seremos diferentes”, hizo hincapié el élder Walker al citar Alma 5:26–28.

A medida que el Tabernáculo de Provo se convierte en el Templo del Centro de la Ciudad de Provo y las personas continúan haciendo de su conversión una forma de vida, cada uno se convierte en un mecanismo de conversión.

“Cuando las personas van al templo, se les recuerda su relación con el Señor; se les recuerda la creación; se les recuerdan las enseñanzas del Salvador; [ellas] se comprometen a vivir los mandamientos”, dijo el élder Walker. “En el verdadero sentido, la adoración activa en el templo… les ayuda en ese proceso de conversión para cimentar su fe y su testimonio”.

Más sobre el Templo del Centro de la Ciudad de Provo

Cuando el Templo del Centro de la Ciudad de Provo esté terminado, consistirá de un sótano y dos pisos. Aunque será más grande que el tabernáculo convertido en templo en Vernal, Utah, el Templo del Centro de la Ciudad de Provo representará sólo un tercio del tamaño del Templo de Provo, Utah, situado aproximadamente a 5 km de distancia (3 millas).

Un nuevo armazón en el techo permitirá a los ingenieros añadir la torre central una vez más, que proporcionará el lugar para colocar la estatua del ángel Moroni, dijo el hermano Hall. La torre central original del edificio se sacó en 1917 con el fin de aminorar el peso en el techo que ya había cedido.

El área al sur del nuevo templo contará con zonas de estacionamiento y áreas al estilo de parques para dar cabida a los participantes. Además, el obispo Davies dijo que habrá una instalación separada cerca del templo, parecida a la que se encuentra en el Templo de Salt Lake, donde los invitados podrán esperar durante las bodas y otras ceremonias.