Los ejemplos de mujeres rectas hacen progresar la obra de salvación

Por Por la Mesa directiva general de la Sociedad de Socorro y Sarah Jane Weaver, asistente de editor de Church News

  • 18 Junio 2013

Melissa Stilson, del Barrio Council Bluffs, Estaca Council Bluffs, Iowa, junto a sus hijos, Derek, de 4 años; Chloe, de 2 años; y Emma, de cinco meses. Ella está ayudando a sus hijos a seguir el ejemplo del Salvador  Fotografía cortesía de Melissa Stilson.

Puntos destacados del artículo

  • A medida que los Santos de los Últimos Días viven el evangelio de Jesucristo, crecerán paulatinamente, llegando a ser más como el Salvador al amar y servir a los demás.
  • El contemplar y estudiar la vida del Salvador ayuda a las mujeres a cumplir con sus responsabilidades esenciales como ejemplos, madres y maestras.
  • Cuando las mujeres siguen el ejemplo del Salvador, son capaces de hacer mucho más para hacer avanzar la obra de salvación.

“No hay nada tan personal, tan enriquecedor ni tan decisivo para una vida como la influencia de una mujer recta”. —Élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles

Éste es el primer artículo de una serie constante de la Sociedad de Socorro para ayudar a las mujeres de la Iglesia a descubrir pequeñas y sencillas maneras de ser más como el Salvador al embarcarse en la obra de salvación en sus hogares, comunidades y la Iglesia.

Melissa Stilson, del Barrio Council Bluffs, Estaca Council Bluffs, Iowa, con frecuencia nota que sus hijos siguen su ejemplo.

Derek, de 4 años de edad, con amor sostiene a su hermanita en brazos mientras le canta suavemente “Yo trato de ser como Cristo”.

Chloe, de 2 años, va de compras con su madre, la sigue con su propio carrito de compras para niños mientras con alegría selecciona artículos para la cena familiar.

La hermana Stilson dijo que el contemplar y estudiar la vida del Salvador la ayuda a comprender la importancia de su función como madre. Al observar cómo sus hijos imitan sus acciones, se da cuenta de su función esencial en la enseñanza al señalar el camino para ellos al seguir el ejemplo del Salvador en su propia vida.

A medida que los Santos de los Últimos Días viven el evangelio de Jesucristo, crecerán paulatinamente, llegando a ser más como el Salvador al amar y servir a los demás. Al igual que la hermana Stilson, su ejemplo a sus familias y a los demás es muy importante.

En un esfuerzo por llegar a ser más como el Salvador, las mujeres Santos de los Últimos Días deben preguntarse:

• ¿A qué se asemeja el discipulado?

• ¿Cómo puedo ser más como el Salvador Jesucristo?

• ¿Cómo ayuda mi ejemplo a que los demás se conviertan en discípulos de Jesucristo?

• ¿Cómo ayuda la Sociedad de Socorro a las hermanas para que sigan el ejemplo de Jesucristo y se conviertan en mejores discípulas?

• ¿Doy un ejemplo de discipulado en mi hogar? Si no es así, ¿qué debo cambiar para hacerlo?

La hermana Emmeline B. Wells, quinta presidenta general de la Sociedad de Socorro de la Iglesia, instó a las hermanas a poner la caridad en acción, tal como el profeta José Smith había enseñado más de 70 años antes. Les instó a ser pacientes con los seres queridos y bondadosas con los vecinos, incluso con sus enemigos, y a dar servicio a los necesitados. “Las hermanas de la Sociedad de Socorro siguieron ese consejo; se esforzaron por recibir y compartir el amor puro de Cristo, porque sabían que éste nunca deja de ser. Ese amor las sostuvo durante las temporadas de guerra y de paz” (Hijas en Mi Reino: La historia y la obra de la Sociedad de Socorro, 2011, pág. 73).

Otro ejemplo de discipulado moderno es la hermana Susan R. Bednar, la esposa del élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles.

El élder Bednar dijo que antes de acudir a la reunión sacramental, la hermana Bednar suele pedir en oración tener ojos espirituales para ver al necesitado. “Con frecuencia, al observar a los hermanos, las hermanas y los niños en las congregaciones, siente la impresión espiritual de visitar o de llamar por teléfono a una persona determinada”, dijo el élder Bednar en un devocional en BYU. “Y cuando la hermana Bednar recibe un impresión así, no tarda en reaccionar y obedecer. Lo habitual es que apenas se dice el ‘amén’ de la última oración, está hablando con un joven o abrazando a una hermana; y ni bien llega a casa, toma el teléfono y hace una llamada. Desde que conozco a la hermana Bednar, las personas siempre se han maravillado por la capacidad que ella tiene para discernir y atender las necesidades de ellas. A menudo le preguntan: ‘¿Cómo lo sabía?’. El don espiritual de ser presto para observar le ha permitido ver y actuar con prontitud y ha sido una bendición en la vida de muchas personas” (“Prestos para observar”, Liahona, diciembre de 2006, pág. 15).

Seguir a Cristo al servir de forma personal

El profeta José Smith enseñó: “Nada tiene mayor efecto en una persona para inducirla a abandonar el pecado que llevarla de la mano y velar por ella con ternura” (en Hijas en Mi Reino, pág. 27).

“Una de las grandes evidencias que tenemos de que nuestro amado profeta, el presidente Thomas S. Monson, es el siervo escogido del Señor es que ha aprendido a seguir el ejemplo del Salvador: el de servir individualmente, uno por uno. Quienes hemos entrado en las aguas del bautismo hicimos convenio de hacer lo mismo. Acordamos “[recordar] siempre [al Salvador] y… guardar sus mandamientos” [D. y C. 20:77], y Él ha dicho: ‘Éste es mi mandamiento: Que os améis los unos a los otros, como yo os he amado’ [Juan 15:12]…

“Pero con práctica, todos podemos llegar a parecernos más al Salvador al servir a los hijos de Dios. Para ayudarnos a amarnos mejor unos a otros, sugiero que recordemos cuatro palabras: ‘Primero observa; luego sirve’” (Linda K. Burton, “Primero observa; luego sirve”, Conferencia General de octubre de 2012).

“En este mundo, no hay nada tan personal, tan enriquecedor ni tan decisivo para una vida como la influencia de una mujer recta… Toda mujer posee dentro de su naturaleza divina tanto el talento inherente como la mayordomía de ser madre” (M. Russell Ballard, en Hijas en Mi Reino, pág. 173).