Hermana Marriott: Los campamentos de las jóvenes fortalecen la fe y las amistades

Por Hermana Neill F. Marriott, Segunda Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes

  • 22 Julio 2014

Los campamentos de las Mujeres Jóvenes parecen ser diferentes en todo el mundo, pero con las actividades y los devocionales, todas las jóvenes crecen en amistad y fe, y regresen a sus hogares fortalecidas por la unidad que sintieron.

“El campamento puede ofrecer a las jóvenes un lugar tranquilo, una nueva ubicación, una perspectiva diferente y una comprensión más profunda de los sentimientos de otras personas, a medida que el Espíritu abre su corazón”. —Hermana Neill F. Marriott, de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes

Este verano, miles de jóvenes SUD salen a campamentos o a excursiones, dejando atrás teléfonos celulares, computadoras y toda otra conexión digital. Ellas están descubriendo que desconectarse del mundo y volver a conectarse con la naturaleza nos acerca al Creador mismo.

El campamento de las Mujeres Jóvenes, que por lo general dura tres o cuatro días cada año, cumple una parte importante al permitir que las jóvenes sientan la belleza de las creaciones del Señor y Sus verdades del Evangelio. Se comparten testimonios alrededor de fogatas, durante la tira de carros de mano y al practicar senderismo.

Una Laurel de Colorado, Melaine S., dice: “Siento una paz abundante cuando estoy en el campamento de las jóvenes, tal vez porque estoy lejos de las distracciones de mi vida diaria normal y mi teléfono celular. Empecé a sentir la verdad de que el Señor creó este hermoso mundo para nosotros. Es más fácil sentirse cerca de Él y recibir impresiones espirituales cuando estoy rodeada de Sus creaciones perfectas. Recuerdo mirar los árboles más detenidamente, por ejemplo, y en verdad verlos en relación a mí, pensando en el plan del Señor y del Padre Celestial sobre cómo crecemos nosotros. Me ayudó a escribir lo que siento en mi diario y a estar más agradecida por Él”.

Esos sentimientos de unidad con el Salvador pueden llegar cuando las jovencitas dejan atrás las voces mundanas que constantemente nos llaman, entran en la quietud de la naturaleza y permiten que el Espíritu Santo dé oído a sus corazones. Lo mismo puede ser verdad para todas las edades, si hacemos el esfuerzo de encontrar un lugar tranquilo que permita que nuestros pensamientos se centren en Jesucristo y en Su mensaje para nosotros. El campamento puede ofrecer a las jóvenes un lugar tranquilo, una nueva ubicación, una perspectiva diferente y una comprensión más profunda de los sentimientos de otras personas, a medida que el Espíritu abre su corazón.

Hermana Neill F. Marriott, Segunda Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes.

Los campamentos de las Mujeres Jóvenes parecen ser diferentes en todo el mundo. En Perú, las jóvenes pueden plantar sus tiendas en un campo abierto. Con las actividades y los devocionales, crecen en amistad y fe y regresan a sus hogares fortalecidas por la unidad que sintieron.

En Anchorage, Alaska, en junio de este año, 900 jóvenes de todo el estado se reunieron en un “campamento” en un recinto del estado. A más de 1.500 kilómetros de distancia, las líderes se “reunieron” a lo largo del año mediante llamadas de conferencia y crearon 21 comités en todo el estado, tal vez el campamento de jóvenes más grande que se haya registrado. Con el lema de “Llegar a ser uno”, las líderes y las jovencitas planearon decenas de estaciones para las 900 campistas, para que aprendieran y vivieran las verdades espirituales, así como proyectos de servicio, desafíos de cocina al aire libre y manualidades. Durante el año, las mujeres jóvenes de Alaska se prepararon espiritualmente para su campamento al completar la lectura del Libro de Mormón y memorizar “El Cristo Viviente: El Testimonio de los Apóstoles”. La fortaleza, la unidad y la fe fluyeron a lo largo de un gran salón a medida que se pusieron de pie y recitaron este inspirado documento de memoria.

Un campamento en Utah fue interrumpido por una fuerte nevada durante la noche. Las tiendas de campaña cedieron y se cayeron, las temperaturas descendieron hasta bajo cero, y las líderes tuvieron que llevar a las jóvenes a sus respectivas casas. Aunque no estaban rodeadas de las bellezas de la naturaleza, las jóvenes y las líderes se reunieron a la mañana siguiente y continuaron su “campamento” en el centro de estaca. Después de una caminata en un cañón, fueron en autos a unas cabañas cercanas por una noche y luego finalmente de regreso a su campamento original. Las jóvenes llamaron a esta experiencia “campamento de circo viajante”, y todavía ellas testifican de esta experiencia como el mejor campamento que hayan tenido. Hablaron de su comprensión sobre cuánto necesitaban confiar las unas en las otras, y en el consejo de las líderes. Aprendieron que al trabajar juntas, podrían superar grandes adversidades. Estas jovencitas compartieron la carga de trabajo, fueron flexibles, se rieron y llegaron a saber que el Espíritu Santo puede enseñar y edificar, aun cuando suceden cambios a los mejores planes.

En el himno “Grande eres Tú”, cantamos sobre las maravillas de las creaciones de Dios y terminamos con la declaración: “Dios, ¡grande eres Tú!”. Un campamento para las Mujeres Jóvenes de la Iglesia puede ser creado en casi cualquier lugar y en todos los grados de simplicidad o complejidad; lo más importante es la naturaleza espiritual del evento.

Mientras que estar en un lugar tranquilo e inmaculado, separado del mundo, puede parecer ideal, el Señor puede caminar junto a las jovencitas, y lo hará, en cada situación posible de campamento. Las jovencitas de todo el mundo sienten esa bendición aun cuando no estén disponibles los “montes y los valles”.