¿Qué harás con las palabras de los profetas?

Por Hermana Neill F. Marriott, de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes

  • 29 Octubre 2014

Estudia y pon en práctica las palabras de los profetas y apóstoles que se encuentran en el ejemplar de noviembre de la revista Liahona.

Puntos destacados del artículo

  • Comienza el estudio de los discursos preguntándote: “¿Qué me piden que haga?”.
  • Haz una lista de consejos específicos.
  • Con espíritu de oración determina qué cosas específicas pondrás en práctica.

“Donde estén dos o tres congregados en mi nombre, respecto de una cosa, he aquí, allí estaré yo en medio de ellos” (D. y C. 6:32).

Hace algunas semanas los Santos de los Últimos Días nos reunimos en el Centro de Conferencias, en los centros de estaca o en nuestros hogares para escuchar lo que el Señor desea que aprendamos y hagamos en los próximos seis meses y más. Tal reunión se lleva a cabo con la promesa y bendición: “Allí estaré yo entre [ustedes]”.

El hecho de que el Espíritu del Señor esté entre nosotros durante la conferencia general es significativo. Son Sus palabras y la presencia de Su Espíritu los que influyen en nuestros sentimientos, capacidad, decisiones y crecimiento.

Cuando la Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles —los siervos del Señor— hablan en la conferencia están expresando las palabras que el Señor desea que hablen. Cristo nos dijo en Doctrina y Convenios 1:38: “Sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo”. ¿Qué dijo el Señor a tu corazón y a tu mente cuando los profetas, videntes y reveladores hablaron?

Palabras adaptadas a nuestras necesidades

Al estudiar los discursos de la conferencia, aprendemos de la revelación adaptada específicamente a nuestras necesidades personales, verdades que quizá no habríamos conocido, y una mayor esperanza y fe en Cristo.

Cuando actuemos según las palabras del presidente Thomas S. Monson y los Doce Apóstoles, nuestra vida cambiará para bien.

Incluso más que el estudio diligente de las palabras de los profetas, debemos actuar de acuerdo a sus palabras.

Con la influencia del Espíritu, a medida que escuchemos o estudiemos los discursos después de la conferencia, aprendemos de la revelación adaptada específicamente a nuestras necesidades personales, verdades que quizá no habríamos conocido, y una mayor esperanza y fe en Cristo.

¿Qué vamos a hacer con estas verdades, revelaciones y esperanzas?

La revista Liahona de noviembre de 2014 es nuestra guía de estudio para aplicar lo que se enseña en la conferencia de octubre; para abril de 2015 esta revista debe mostrar signos de desgaste o uso, gracias a las lecturas frecuentes, marcaciones, notas y partes resaltadas.

Pero incluso más que el estudio diligente de las palabras de los profetas, debemos actuar de acuerdo a sus palabras. Después de que todos los discursos inspiradores hayan fluido a través de nuestra alma, ¿cómo “iré y haré”?, como dijo Nefi. O quizás en nuestro caso, ¿cómo vamos a recordar y actuar? Cuando actuamos sobre algo, esto llega a ser importante en nuestra vida. Cuando actuemos según las palabras del presidente Thomas S. Monson y los Doce Apóstoles, nuestra vida cambiará para bien.

Un cambio de corazón y de acción

Cuando éramos recién casados, mi esposo y yo leímos un discurso del presidente Joseph Fielding Smith acerca de santificar el día de reposo y no ir de compras en día domingo. ¡Nos dimos cuenta de que teníamos que arrepentirnos! Teníamos la costumbre de detenernos en una tienda de camino a casa de la Escuela Dominical para comprar un helado. En el momento me pareció algo insignificante. Sin embargo, un profeta de Dios había hablado con claridad y específicamente, y esa fue una respuesta suficiente para nosotros. Decidimos dejar de comprar en domingo inmediatamente.

Bendiciones por generaciones

Pronto comenzamos a sentir una clara y valiosa diferencia entre el domingo y el resto de la semana. Sentimos la influencia del Espíritu Santo el domingo al tratar de separarnos del mundo en toda forma posible. Nuestros hijos se criaron sabiendo que era un día para la adoración, para fortalecer los vínculos familiares y prestar atención al Evangelio. ¡Cuán agradecidos estamos por la advertencia de un profeta! ¿Dónde estaríamos hoy, nosotros y nuestros hijos, si hubiéramos continuado nuestra actitud irreverente hacia el día de reposo? Siento que nuestra decisión de obedecer rápidamente a las palabras de un profeta cambiaron el curso del crecimiento espiritual de nuestra familia.

Cómo aplicar las enseñanzas de la conferencia

Aquí tienes una breve lista de ideas que pueden ayudarte a aplicar las enseñanzas de la conferencia: podrías comenzar un estudio de los discursos de la Primera Presidencia y del Quórum de los Doce Apóstoles al preguntarte, “¿Qué me piden que haga?”. Entonces, podrías ver desde un punto de vista personal lo que las Autoridades Generales dijeron y hacer una lista de consejos específicos. Con espíritu de oración determina qué cosas específicas pondrás en práctica. En verdad tendremos la guía del Señor a nuestro alcance cuando llegue el ejemplar de la revista Liahona de noviembre.