Trabajar en forma local es la mejor manera de responder ante un desastre

Por Declaración emitida por el Departamento de Servicios de Bienestar de la Iglesia

  • 25 Noviembre 2013

El Departamento de Servicios de Bienestar de la Iglesia ha comprobado que la mejor manera de responder ante los desastres es trabajar en forma local. Los miembros de la Iglesia en todo el mundo todavía pueden ayudar a las víctimas del tifón al orar por ellos y al proporcionar ofrendas de ayuno y donaciones de ayuda humanitaria.  Foto por Ravell Call, Deseret News.

Puntos destacados del artículo

  • Se insta a los miembros a orar por las personas de las Filipinas y pueden pensar en aumentar las ofrendas de ayuno o donar al fondo humanitario de la Iglesia.

Muchos miembros que han visto la devastación que causaron el terremoto y el tifón recientes en las Filipinas se han comunicado con la Iglesia deseando saber cómo pueden ayudar.

Algunos han preguntado si la Iglesia podría enviar artículos que ellos han recolectado o comprado. Otras personas desean viajar a las zonas afectadas y ofrecer sus servicios para ayudar a las personas afectadas. Pese a que esos deseos son encomiables y demuestren la disposición de las personas a sacrificarse por ayudar a los demás, la Iglesia ha aprendido por experiencia que la mejor manera de responder a los desastres es trabajar localmente, comprar los suministros necesarios en el país lo más cerca al desastre como sea posible.

Esto no sólo garantiza que los suministros sean los adecuados para la zona sino que también ayudan a fortalecer las economías locales afectadas. Al trabajar con las agencias de socorro confiables y al apoyarlas, la Iglesia puede formar puentes de comunicación, empezar amistades y establecer relaciones que pueden extenderse más allá de la crisis inmediata.

La Iglesia expresa gratitud sincera por los incontables actos de bondad y de sacrificio que los miembros de la Iglesia y otras personas han extendido a los necesitados. En particular, reconoce las generosas donaciones que tantas personas han hecho a las ofrendas de ayuno y al Fondo de ayuda humanitario SUD. Estos fondos hacen posible que la Iglesia tienda una mano a los necesitados de manera inmediata ya sea en este país o a nivel mundial.

Durante las épocas de calamidad, una avalancha de voluntarios de fuera pueden suponer una carga para los recursos locales y desviar los alimentos, agua y refugio necesarios que son escasos para los afectados por el desastre. La Iglesia tiene muchos voluntarios locales entre los miembros de las Filipinas, y ellos están participando ahora y lo seguirán haciendo en las obras fundamentales de rescate, limpieza y reconstrucción.

Los oficiales de Bienestar de la Iglesia instan a los miembros a orar por las personas afectadas por este desastre. Ellos también pueden considerar aumentar sus donativos de ofrendas de ayuno y donar al fondo humanitario de la Iglesia (give.ChurchofJesusChrist.org/lds-aid). Además, los miembros de la Iglesia podrían buscar y apoyar a otras agencias de buena reputación que participan activamente en ayudar a los que han sido profundamente afectados por este desastre.