1990–1999
Las Compras En El Día De Reposo
Abril 1996


Las Compras En El Día De Reposo

“Santificar el día de reposo es una indicación de nuestra profunda conversión y de nuestra disposición a guardar los convenios sagrados.”

Buenos días hermanos y hermanas. El tema de mi discurso es el día. de reposo, especialmente en lo que se relaciona con hacer compras el domingo.

Desde el principio, Dios dio instrucciones a los profetas de que enseñaran al pueblo del convenio a honrar el día de reposo. El descansó de las obras de la Creación al séptimo día (1); y ese día se bendijo y santificó como un día sagrado.

El cuarto mandamiento que se le dio a Moisés fue: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (2).

El elder Bruce R. McConkie enseñó que la observancia del día de reposo fue una señal entre el Israel antiguo y su Dios por medio de la cual seria reconocido el pueblo elegido (3).

Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días observan el día de reposo el domingo en conmemoración del hecho de que Jesucristo se levantó de la tumba un domingo y que desde ese entonces los Apóstoles comenzaron a reunirse el primer día de la semana [que desde el punto de vista religioso era el domingo] (4).

El domingo 7 de agosto de 1831, el Señor le reveló lo siguiente al profeta José Smith:

“Y para que mas íntegramente te conserves sin mancha del mundo, iras a la casa de oración y ofrecerás tus sacramentos en mi día santo; “porque, en verdad, este es un día que se te ha señalado para descansar de tus obras y rendir tus devociones al Altísimo; “sin embargo, tus votos se ofrecerán en rectitud todos los días y a todo tiempo; “pero recuerda que en este, el día del Señor, ofrecerás tus ofrendas y tus sacramentos al Altísimo, confesando tus pecados a tus hermanos, y ante el Señor.

“Y en este día no harás ninguna otra cosa sino preparar tus alimentos con sencillez de corazón, a fin de que tus ayunos sean perfectos, o en otras palabras, que tu gozo sea cabal” (5).

No hace mucho, en una reunión regional de capacitación para los líderes del sacerdocio, el presidente Gordon B. Hinckley expresó su preocupación acerca de la tendencia que tienen los miembros de la Iglesia de adoptar la forma de vivir del mundo. Dijo lo siguiente:

“No las adoptamos inmediatamente, pero lamentablemente las vamos integrando poco a poco a nuestra forma de vida. Ojalá tuviera el poder de convencer a toda la Iglesia de observar el día de reposo. Se que el Señor bendeciría mucho mas a nuestra gente, si fuera siempre fiel en la observancia del día de reposo”(6).

Un aspecto muy importante de santificar en forma debida el día de reposo se relaciona con las compras que se hacen los domingos. Lamentablemente, muchos negocios y establecimientos comerciales abren ese día; el mundo no piensa que esta mal hacer compras ese día. pero a nosotros, los miembros de la Iglesia, los profetas nos han aconsejado y enseñado que nos mantengamos “sin mancha del mundo”(7). Nosotros no debemos hacer compras el domingo.

El presidente Hinckley continuó dando las siguientes instrucciones a los lideres del sacerdocio:

“No hay nadie en esta Iglesia que tenga por que comprar muebles el día domingo; no hay necesidad. No hay nadie en esta Iglesia que tenga que comprar un automóvil el domingo, )no es verdad? No hay nadie en esta Iglesia que, con un poco de organización, tenga que ir a comprar comestibles los domingos. No … No hay por que comprar helados los domingos … No hay motivo para convertir el domingo en un día de comercio … No creo que debamos patrocinar los negocios en el día de reposo. ¿Por que abren ese día? Para obtener clientes. Y, ¿quienes son esos clientes? Bueno, no son únicamente aquellos que no son miembros de la Iglesia. Ustedes saben que es así y yo también lo se”(8).

En el libro de Nehemías, en el Antiguo Testamento, leemos que se enseñó al pueblo a santificar el día de reposo, dándoles las siguientes instrucciones:

“… si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercaderías y comestibles en día de reposo, nada tomaríamos de ellos en ese día ni en otro día santificado …”(9).

El elder Dallin H. Oaks, del Consejo de los Doce, enseñó esto:

“Los profetas contemporáneos nos han exhortado a no comprar en domingo. Los que compren en el día. de reposo no podrán eludir la responsabilidad de haber contribuido a que los negocios permanezcan abiertos en ese día. Claro esta que hay servicios esenciales que deben proporcionarse, pero la mayoría de las transacciones comerciales que se hacen en domingo podrían evitarse si comerciantes y clientes resolvieran evitar hacer negocios en el día del Señor”(10).

Hermanos y hermanas, no hagamos compras los domingos. Una forma de evitarlo es organizándose de antemano. [Si utilizan un auto] compren la gasolina el sábado; y ese mismo día adquieran los comestibles que vayan a necesitar durante el fin de semana. No sean la causa de que alguien trabaje el domingo porque ustedes patrocinen ese establecimiento. Claro esta, todos sabemos que hay servicios esenciales que deben funcionar los domingos; por ejemplo, los servicios de emergencia, los médicos, el transporte y otros similares, como la policía y los bomberos. Nos sentimos sumamente agradecidos hacia esas personas que están empleadas en imprescindibles servicios públicos y nos brindan protección y bienestar.

En muchos países del mundo y en muchos estados de los Estados Unidos, no se hacen compras los domingos o esta prohibido por la ley. Nosotros, los miembros de la Iglesia, debemos utilizar en forma positiva nuestra influencia para que los demás desistan de salir a comprar cosas los domingos; es preciso que comencemos por hacerlo nosotros. Si la gente no hace compras los domingos, los negocios que abren ese día no tendrán una razón económica para hacerlo; es así de sencillo.

Los domingos por la tarde, al regresar a casa de las asignaciones de las conferencias de estaca, paso muy seguido por pequeñas comunidades rurales del estado de Utah y observo que casi siempre los tractores permanecen parados en medio de los campos desiertos, y agradezco a Dios la fe de esos humildes campesinos. Cuando entro a las ciudades, veo los estacionamientos de muchas tiendas repletos de autos y me da mucha tristeza pensar que la ley del Señor ha sido quebrantada. La justificación y las razones que por lo general citan los dueños y empleados de esos negocios son estar a la par de los competidores, seguir las normas de las corporaciones, etc.

Recuerdo muy bien una entrevista que el presidente Spencer W. Kimball tuvo una vez con un fiel miembro de la Iglesia. Pasó algo así:

“¿En que trabaja?, a lo que el hombre me respondió: Soy encargado de una estación de servicio. Entonces le pregunte: ¿Abre los domingos?; y el me contestó: No, no abro. ¿Cómo puede mantener el negocio? La mayoría de los encargados de las estaciones de servicio piensan que deben abrir los domingos. Me va bien en el negocio, me dijo; el Señor ha sido bueno conmigo. ¿No tiene mucha competencia de otros negocios?, le pregunte. Bueno, si, me contestó. Enfrente hay un hombre que abre los domingos. ¿Y usted nunca abre? No señor, estoy muy agradecido porque el Señor es bondadoso conmigo y tengo suficiente para cubrir mis necesidades.’’(11)

Los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días son un pueblo que ha hecho convenio. Sabemos que vivimos en el mundo, pero se nos ha enseñado que no debemos ser del mundo. Al igual que el antiguo Israel, que era también un pueblo de convenio, debemos promover la observancia apropiada del día de reposo no haciendo compras el domingo. Hagamos que eso se convierta en una señal con nuestro Dios por medio de la cual se nos reconozca.

Este es nuestro patrimonio. Eso es lo que se nos ha enseñado, desde la época de nuestros antepasados pioneros. En un discurso que el presidente Hinckley dio hace varios años, dijo:

“Por un momento me gustaría transportaros 142 años atrás, cuando no había ni Tabernáculo ni templo ni Manzana del Templo. El 24 de julio de 1847 llegó a este valle la primera compañía pionera. Un grupo de avanzada había llegado uno o dos días antes. Brigham Young llegó un día sábado, y al día siguiente tuvieron las reuniones dominicales, la de la mañana y la de la tarde. No había edificios de ninguna clase donde reunirse, y me imagino que, en medio del abrasador calor de aquel verano, se habrán sentado en las lanzas de los carros y recostado contra las ruedas para escuchar a sus lideres.

“Promediaba ya el verano y los pioneros se vieron enfrentados con una tremenda y urgente tarea: Debían sembrar inmediatamente los campos a fin de poder levantar la cosecha antes del invierno. Pero Brigham Young les suplicó que no violaran el día de reposo, ni ese día ni en el futuro”(12).

¿Es posible imaginar lo tentador que habrá sido para esos pioneros quebrantar el día de reposo? Su supervivencia dependía de los alimentos que pudieran plantar y cosechar. Sin embargo, sus lideres les aconsejaron que ejercieran fe en las promesas del Señor y respetaran el día de reposo.

¿Cuales son las promesas y las bendiciones del Señor para quienes honren el día de reposo no haciendo compras el domingo? La sección 59 de Doctrina y Convenios y, en el Antiguo Testamento, el capitulo 26 de Levítico, nos hacen promesas similares: la abundancia de la tierra será nuestra, la lluvia bendecirá la tierra y esta rendirá sus productos, habrá paz en la tierra y Dios magnificara a su pueblo fiel, se volverá a el y afirmara su pacto con el (13).

Pienso en otra bendición y advertencia, el consejo del presidente George Albert Smith, cuando dijo:

“Gran parte de las aflicciones y del dolor que afligen … a la humanidad se debe al hecho de que no ha prestado oído a la admonición de su Dios de guardar santo el día de reposo”(14).

Para terminar, y como pensamiento apropiado para esta época de la Pascua de Resurrección: el santificar el día de reposo es una indicación de nuestra profunda conversión y de nuestra disposición a guardar los convenios sagrados. El elder Mark E. Peterson dijo lo siguiente:

“El que santifiquemos o no el día de reposo es una medida infalible para saber cual es en realidad nuestra actitud hacia el Señor y hacia Su sufrimiento en Getsemaní, Su muerte en la cruz y Su resurrección de los muertos. Es una señal de si somos verdaderos cristianos o si, por el contrario, nuestra conversión es tan débil que la conmemoración de Su sacrificio expiatorio significa poco o nada para nosotros”(15).

Expreso mi humilde testimonio de la santidad del día de reposo y de la necesidad que tenemos de tomar la determinación de no hacer compras ese día. Esa es una señal entre nuestro Dios y Su pueblo elegido. Es una ley verdadera y un mandamiento de Dios. En el nombre de Jesucristo. Amén.

  1. Véase Moisés 3:3; Génesis 2:23.

  2. Exodo 20:8.

  3. Véase Doctrina Mormona, Buenos Aires: Deseret Sudamérica, 1993, pág. 195; véase también Nehemías 13:1522; Isaías 56:18; Jeremías 17:19-27; Ezequiel 46:17; Exodo 31:1217.

  4. Juan 20:6; Lucas 24:1; Marcos 16:1; Mateo 28:1; Hechos 20:7.

  5. D. y C. 59:913.

  6. Reunión de los líderes del sacerdocio durante la conferencia regional de Heber City y Springville, Utah, 13 de mayo de 1995.

  7. D.yC.59:9.

  8. Reunión de los lideres del sacerdocio durante la conferencia regional de Heber City y Springville, Utah, 13 de mayo de 1995.

  9. Nehemías 10:31.

  10. “El guarda de nuestro hermano’’, Liahona, enero de 1987, pág. 20.

  11. The Teachings of Spencer W. Kimball, ed. por Edward L. Kimball, 1982, pág. 227.

  12. “Un pendón a las naciones”, Liahona, enero de 1990, pág. 52.

  13. Véase D. y C. 59: 16-19; Levítico 26:26, 9.

  14. “Conference Report”, octubre de 1935, pág. 120; citado por el presidente Ezra Taft Benson, Ensign, mayo de 1971, pág. 7.

  15. “Conference Report”, abril de 1975, pág 72; Ensign, mayo de 1975, pág. 49.