2000–2009
La bendición de santificar el día de reposo
Octubre 2000


La bendición de santificar el día de reposo

”De entre todas las personas de la tierra, los Santos de los Últimos Días deben ser los primeros en santificar este día señalado de la semana”.

A todos ustedes bellos y fieles santos este domingo por la tarde, les felicito por el respeto que demuestran por el díade reposo al asistir esta tarde a la conferencia, dondequiera que se encuentren.

Hemos sido instruidos, edificados y fortalecidos espiritualmente a través de las cinco sesiones de esta magnífica conferencia general de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Se nos ha enseñado ”cómo obrar de conformidad con los puntos de [la] ley y [los] mandamientos [del Señor]”1, y hemos sido ”santificados por lo que [hemos] recibido”2.

Ahora es el tiempo de ”[obligarnos] a obrar con toda santidad ante [el Señor]”3. En otras palabras, basándonos en esta conferencia, es preciso que determinemos cuál medida específica tomaremos a fin de llevar a cabo los cambios necesarios en nuestra vida. Esta medida es la fe, y el cambio es el arrepentimiento. A esos dos principios siempre les siguen las bendiciones. Si no actuamos rápidamente, entonces lo que precisamente podría habernos santificado se torna para nuestra condenación.

Hoy es el día de reposo; no termina al salir de esta sesión; no termina si alguien llama por teléfono o golpea nuestra puerta para invitarnos a salir a jugar, a ir a un paseo, a un juego de pelota o a ir de compras; no termina porque estemos de vacaciones o alguien nos esté visitando, ya sea una persona miembro o no miembro de la Iglesia.

El Señor mandó: ”…salid de entre los inicuos. Salvaos. Sed limpios, los que lleváis los vasos del Señor”4. Un elemento crítico en la observancia de este mandamiento es ”[acordarnos] del día de reposo para santificarlo”5.

¡El día de reposo dura todo el día! En una revelación que se aplica ”en forma especial a los santos de la Iglesia que se encuentran en Sión”6, el Señor declara que el día de reposo se dio para que nos conserváramos ”sin mancha del mundo”7. Es un día para participar de la Santa Cena, un día ”para rendir [nuestras] devociones al Altísimo”8, un día para ”ayunar y orar”9, un día para ofrecer nuestro tiempo, talentos y medios en el servicio a Dios y nuestros semejantes10, un día para [confesar nuestros] pecados a [nuestros] hermanos, y ante el Señor”11. Es también un día apropiado para pagar nuestros diezmos y ofrendas, un día que se destaque por el sincero sacrificio de las actividades y los placeres del mundo; es un día para guardar el convenio del día de reposo12, un día para ”regocijarse y orar13, un día de ”corazones felices y semblantes alegres”14.

Isaías prometió: ”Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia… y lo venerares, no andando en tus propios caminos… entonces te deleitarás en Jehová”15.

Obviamente, concentraremos nuestra atención en hacer la voluntad del Señor y no seguiremos trabajando ni satisfaciendo nuestros apetitos carnales para divertirnos y holgazanear.

El profeta Spencer W. Kimball aconsejó: ”El día de reposo es un día santo en el cual hay que hacer cosas dignas y santas. Abstenerse del trabajo y del recreo es importante, pero no suficiente. El día de reposo exige pensamientos y hechos constructivos, y si uno solamente está ocioso sin hacer nada, está violando el día de reposo.

”A fin de observarlo, uno estará de rodillas orando, preparando lecciones, estudiando el evangelio, meditando, visitando a los enfermos y afligidos, durmiendo, leyendo cosas sanas y asistiendo a todas las reuniones en las que debe estar ese día. El dejar de hacer estas cosas pertinentes constituye una transgresión del lado de la omisión” (El milagro del perdón, págs. 94:95)16.

Nuestro amado profeta Gordon B. Hinckley ha prometido: ”Si tienen alguna duda en cuanto a la sabiduría, la divinidad de la observancia del día de reposo… quédense en casa y reúnan a su familia a su alrededor, enséñenles el Evangelio, disfruten de estar juntos en el día de reposo, vayan a sus reuniones y participen en ellas. Se darán cuenta de que el principio del día de reposo es un principio verdadero que conlleva grandes bendiciones”17.

Jesús enseñó: ”El día de reposo fue hecho por causa del hombre”18. ¿Qué significa eso? Quiere decir que para que un hombre reciba el gozo y la felicidad que el Evangelio promete, en ese día él debe sacrificar las cosas del mundo, dejar a un lado su empleo, donde sea posible, y guardar el eterno convenio del día de reposo. El Señor mandó: ”Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel (que incluye a todos los Santos de los Últimos Días)… por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel”19.

De entre todas las personas de la tierra, los Santos de los Últimos Días deben ser los primeros en santificar este día señalado de la semana. El Señor dijo: ”Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”20.

El Élder Bruce R. McConkie observó que, hasta el día de hoy, ”el asunto de la observancia del día de reposo sigue siendo una de las grandes tareas que divide a los justos de los mundanos y los inicuos”21.

Las promesas que el Señor hace a los que santifican el día de reposo se exponen de manera tan clara en las Escrituras que nos hacen pensar: ”¿Por qué querría alguien privarse de esas bendiciones por los placeres vulgares y pasajeros del mundo? Escuchemos de nuevo las palabras de Jehová que descienden del monte Sinaí: ”Guardad mis días de reposo, y tened con reverencia mi santuario. Yo Jehová.

”Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos…

”y comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra. Y yo daré paz en la tierra…

”y la espada no pasará por vuestro país…

”Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer… y afirmaré mi pacto con vosotros…

”Y pondré mi morada [el templo] en medio de vosotros…

”y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo”22.

¡Amo el día de reposo! Ha sido una bendición para mi familia de innumerables maneras. Doy testimonio, basado en la experiencia personal, de que los mandamientos del Señor son ”verdaderos y fieles”23.

Sé que serán más felices, que disfrutarán más paz y sus vidas serán más alegres al presenciar los milagros que recibe cada persona y cada familia que hace el sacrificio de guardar este convenio eterno.

Amo a nuestro Señor y Salvador. Sé que él vive y que ésta es Su iglesia y reino sobre la tierra. Sé que él es al mismo tiempo un Dios justo y misericordioso que ama a Sus hijos con toda la ternura de un padre bondadoso y amoroso. Que en cambio le ofrezcamos ”un sacrificio al Señor [nuestro] Dios en rectitud, sí, el de un corazón quebrantado y un espíritu contrito”24. Lo ruego, en el nombre de Jesucristo. Amén.

  1. D. y C. 43:8.

  2. D. y C. 43:9.

  3. D. y C. 43:9.

  4. D. y C. 38:42.

  5. Éxodo 20:8.

  6. D. y C. 59; encabezamiento.

  7. D. y C. 59:9.

  8. D. y C. 59:10.

  9. D. y C. 59:14.

  10. D. y C. 59:12 dice: ”ofrecerás tus ofrendas”, que significa ofrecer nuestro tiempo, talentos y recursos.

  11. D. y C. 59:12.

  12. D. y C. 59:12.

  13. D. y C. 59:14.

  14. D. y C. 59:15.

  15. Isaías 58:13:14.

  16. Spencer W. Kimball, El milagro del perdón, págs. 94:95.

  17. Gordon B. Hinckley, Teachings, 1997, pág. 559.

  18. Marcos 2:27.

  19. Éxodo 31:16:17.

  20. Mateo 5: 20.

  21. Bruce R. McConkie, Mormon Doctrine, 1966, pág. 658.

  22. Levítico 26:2:12.

  23. D. y C. 71:11.

  24. D. y C. 59:8.