2000–2009
El camino hacia la paz y el gozo
Octubre 2000


El camino hacia la paz y el gozo

”¿Estás aprovechando plenamente del poder redentor del arrepentimiento en tu vida, con el fin de tener mayor paz y gozo?”

Existe un aspecto esencial del plan de felicidad de nuestro Padre Celestial que con frecuencia se pasa por alto, aun cuando invariablemente otorga paz y gozo. El Salvador dio Su vida para que ese aspecto esencial se utilizara para bendecir a todos los hijos del Padre Celestial. Ese tema comúnmente se interpreta mal y a menudo se le teme. Algunos piensan que deben emplearlo sólo quienes han cometido graves transgresiones; sin embargo, el Señor desea que cada uno de Sus hijos lo utilice constantemente. Él ha mandado una y otra vez a Sus profetas y líderes a proclamarlo y a hablar casi exclusivamente de ello1. Me refiero a la bendición del arrepentimiento verdadero, sincero y continuo, que es el camino a la paz y el gozo. Es la senda que lleva al poder reformador del Señor y, cuando se comprende y se utiliza, es un amigo querido y preciado.

El arrepentimiento no es optativo. Un ángel mandó a Adán: ”…te arrepentirás e invocarás a Dios en el nombre del Hijo para siempre jamás”2. A cada uno de nosotros se nos ha mandado arrepentirnos e invocar a Dios en forma continua a lo largo de la vida. Esa pauta permite que cada día sea una página impecable en el libro de la vida, una nueva y flamante oportunidad. Se nos ha dado el privilegio renovador de superar los errores de comisión y de omisión, sean pequeños o sumamente graves. Un arrepentimiento completo da como resultado el perdón acompañado de una renovación espiritual. En cualquier momento de la vida, se puede sentir la limpieza, la pureza y la frescura que acompañan a un sincero arrepentimiento.

El Señor ha dejado muy en claro que es un requisito: ”…te mando que te arrepientas y guardes los mandamientos… no sea que te humille con mi omnipotencia…”3.

De igual forma, Jacob lo enseñó con diáfana claridad:

”[El Santo de Israel] viene al mundo para salvar a todos los hombres, si éstos escuchan su voz…

”Y él manda a todos los hombres que se arrepientan y se bauticen en su nombre, teniendo perfecta fe en el Santo de Israel, o no pueden ser salvos en el reino de Dios”4.

¿Por qué nos mandan arrepentirnos nuestro Padre y Su Hijo? Porque nos aman. Ellos saben que todos violaremos leyes eternas. Ya sea pequeña o grande, la justicia requiere que se satisfaga toda ley quebrantada para conservar la promesa de gozo en esta vida y el privilegio de regresar con nuestro Padre Celestial. Si no se satisface, en el Día del Juicio la justicia hará que seamos desterrados de la presencia de Dios y quedemos bajo el control de Satanás5.

Nuestro Maestro y Su acto redentor es lo que hace posible que podamos evitar esa condenación. Eso se realiza por medio de la fe en Jesucristo, la obediencia a Sus mandamientos y la perseverancia hasta el fin con rectitud.

¿Estás aprovechando plenamente del poder redentor del arrepentimiento en tu vida, con el fin de tener mayor paz y gozo? La confusión y el desaliento muchas veces son señales de la necesidad de arrepentirse. A su vez, la falta de dirección espiritual que buscas en la vida podría ser el resultado de leyes quebrantadas. Si hubiera la necesidad, un arrepentimiento total pondrá tu vida en orden y resolverá todos los complicados dolores espirituales que provienen de la transgresión. Pero en esta vida no se pueden remediar algunas de las consecuencias físicas que los pecados graves traen como resultado. Sé prudente y vive siempre dentro de los límites de la rectitud que ha fijado el Señor.

Hay varios pasos fundamentales para el arrepentimiento y cada uno de ellos es imprescindible para lograr que éste sea total. El presidente Joseph F. Smith precisó algunos de ellos así: ”El arrepentimiento verdadero no sólo es sentir pesar por los pecados y hacer humilde penitencia y contrición delante de Dios, sino que comprende la necesidad de apartarse del pecado, la suspensión de toda práctica… inicu[a], una reformación completa de vida, un cambio fundamental de lo malo a lo bueno… restituir hasta donde sea posible, por todo lo malo que hayamos hecho… Éste es el arrepentimiento verdadero, y se requiere el ejercicio de la voluntad y toda la fuerza del cuerpo y de la mente para llevar a cabo esta obra gloriosa del arrepentimiento”6.

A los pasos esenciales de reconocimiento, sentir pesar, apartarse, confesar, restituir hasta donde fuera posible, es también fundamental añadir el requisito de guardar diligentemente todos los mandamientos7. Porque el Señor ha declarado: ”…yo, el Señor, no puedo considerar el pecado con el más mínimo grado de tolerancia. No obstante, el que se arrepienta y cumpla los mandamientos del Señor será perdonado”8.

Cuando existe la determinación de guardar todos los mandamientos, se recibe una gran fortaleza y un poder vigorizante para lograrlo. El Señor espera que se dedique la vida entera a la obediencia al plan de felicidad, incluso, según fuese necesario, a un continuo arrepentimiento. Él dijo: ”…sólo se salva aquel que persevera hasta el fin”9.

Se han ideado métodos para ayudar a recordar algunas de las medidas necesarias para un arrepentimiento total. Pero aunque éstas puedan ser de ayuda, por lo general pasan por alto el aspecto más fundamental del arrepentimiento: que está centrado en Jesucristo y en Su expiación, que tiene validez porque él estuvo dispuesto a pagar el precio total por medio de Su sacrificio expiatorio en virtud del amor perfecto que siente hacia Su Padre y hacia cada uno de nosotros. Alma declaró:

”…durante tres días y tres noches me vi en el más amargo dolor y angustia de alma; y no fue sino hasta que imploré misericordia al Señor Jesucristo que recibí la remisión de mis pecados. Pero… clamé a él y hallé paz para mi alma.

”Y te he dicho esto… para que aprendas sabiduría, para que aprendas de mí que no hay otro modo o medio por el cual el hombre pueda ser salvo, sino en Cristo y por medio de él…”10.

La paz es el valioso fruto de una vida recta; es posible obtenerla gracias a la expiación del Salvador y se gana por medio del arrepentimiento total, que lleva al perdón renovador. El arrepentimiento abre las puertas del conocimiento y ayuda a la inspiración11. El arrepentimiento trae la salvación por medio del perdón12, pero ésta no llega automáticamente, sino que deben cumplirse cada uno de los pasos del arrepentimiento.

El sentir pesar y sentirse motivado a confesar es el comienzo correcto, pero no es suficiente. Cuando la confesión es voluntaria, las medidas necesarias para el arrepentimiento se simplifican en gran manera. No resulta beneficioso que una persona obstruya el desempeño de un juez en Israel a fin de instar al arrepentimiento, ya sea negando que se ha cometido una verdadera transgresión o siendo inflexible de otra manera. Lehi enseñó: ”…él se ofrece a sí mismo en sacrificio por el pecado, para satisfacer las demandas de la ley, por todos los de corazón quebrantado y de espíritu contrito; y por nadie más se pueden satisfacer las demandas de la ley”13. Deben existir humildad14 y pesar15.

Te sugiero que leas el inspirado libro del presidente Spencer W. Kimball, El Milagro del Perdón, que continúa ayudando al fiel a evitar los peligros de una transgresión seria. Además, es un manual excelente para todos los que hayan cometido errores graves y deseen encontrar el camino de regreso. Antes de leer cualquier otra cosa, lee primero los dos últimos capítulos a fin de apreciar el milagro del perdón en su totalidad.

Si te has arrepentido de transgresiones graves y erróneamente crees que serás siempre un ciudadano de segunda clase en el reino de Dios, debes entender que eso no es verdad. El Salvador dijo:

”He aquí, quien se ha arrepentido de sus pecados es perdonado; y yo, el Señor, no los recuerdo más.

”Por esto sabréis si un hombre se arrepiente de sus pecados: He aquí, los confesará y los abandonará”16.

Busca ánimo en la vida de Alma, hijo de Alma, y en la de los hijos de Mosíah. Ellos fueron trágicamente inicuos, pero su arrepentimiento pleno y su servicio hizo que se les considerara tan nobles y justos como el general Moroni17.

Si te has arrepentido sinceramente pero aún así continúas sintiendo el peso de la culpa, quiero que sepas que el seguir sufriendo por los pecados de los cuales ya te has arrepentido como se debe, y que han sido perdonados, lo suscita el maestro del engaño. Lucifer te alentará para que sigas reviviendo los pormenores de los errores pasados, porque sabe que esos pensamientos obstaculizan tu progreso. Por eso él trata de amarrar cordeles a la mente y al cuerpo para manipularte como un títere y así impedir tu logro personal.

Testifico que Jesucristo pagó el precio y satisfará las exigencias de la justicia por todos los que obedezcan Sus enseñanzas. Es por eso que se otorga un completo perdón y los efectos angustiosos del pecado no tienen por qué permanecer en tu vida. En realidad, no pueden permanecer si se comprende de verdad el significado de Su expiación. Alma superó los pensamientos de su pasado indigno al recordar la misericordia del Redentor. Dijo maravillado:

”He aquí, él no ejerció su justicia sobre nosotros, sino que en su gran misericordia nos ha [dado]… la salvación de nuestras almas”18.

Cuando los recuerdos de los errores pasados invadan tu mente, dirige tus pensamientos hacia el Redentor y hacia el milagro del perdón con la renovación que proviene por medio de él. Tu depresión y sufrimiento serán reemplazados por paz, gozo y gratitud debido a Su amor.

¡Qué difícil debe ser para Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor, ver que muchos sufren sin motivo debido a que hacen caso omiso de Su don del arrepentimiento! Debe sentir mucho dolor al ver la agonía sin sentido, tanto en esta vida como detrás del velo, que acompaña al pecador impenitente después de todo lo que él hizo para que no sufriéramos.

A muchos jóvenes se les ha hecho creer que la intimidad sexual ”no es tan mala” siempre y cuando se evite el acto que puede causar el embarazo. Eso no es cierto. Fuera del convenio del matrimonio, la intimidad sexual, en cualquiera de sus formas, es un grave pecado. El pecado grave se convierte en una adicción. Crea hábitos difíciles de quitar. Si has quebrantado esas leyes, busca a tu obispo o a tu presidente de estaca y pídele ayuda, ya que para dar el paso necesario para el perdón de esas transgresiones es preciso confesarlas tanto al Señor como a ese juez. Esta clase de pecados se puede evitar no permitiendo que nadie toque las partes privadas y sagradas de tu cuerpo ni haciéndolo tú con otra persona.

¿Te has alejado del sendero de la felicidad y te encuentras ahora donde no quisieras, con sentimientos que no deseas tener? ¿Ansías regresar a la paz y al gozo de una vida digna? Te invito con todo el amor de mi corazón a arrepentirte y a regresar. Decide hacerlo ahora. La jornada no es tan difícil como parece. Puedes poner a un lado la culpabilidad, superar la depresión, recibir la bendición de una mente tranquila y encontrar un gozo duradero. Ora pidiendo ayuda y guía, y la encontrarás. Ve a donde sabes que brilla la luz de la verdad. Busca a un amigo verdadero o a un amoroso obispo o presidente de estaca, o a un padre comprensivo. Por favor, regresa. Te amamos; te necesitamos. Emprende el camino hacia la paz y el gozo por medio del arrepentimiento total; y, a medida que sigas con sinceridad los pasos del arrepentimiento, el Salvador te ayudará a obtener el perdón. Él es el Redentor. Él te ama y quiere que tengas paz y gozo en la vida. Ahora testifico que él vive, que te ayudará. En el nombre de Jesucristo. Amén.

  1. Véase D. y C. 6:9.

  2. Moisés 5:8.

  3. D. y C. 19:13, 20.

  4. 2 Nefi 9:21, 23.

  5. Véase 2 Nefi 9:8:10; 2:5.

  6. Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Joseph F. Smith, págs. 63:64.

  7. Véase Enós 1:10.

  8. D. y C. 1:31:32.

  9. D. y C. 53:7.

  10. Alma 38:8:9.

  11. Véase Alma 26:22.

  12. Véase Alma 32:13.

  13. 2 Nefi 2:7; cursiva agregada.

  14. Véase D. y C. 61:2.

  15. Véase 2 Corintios 7:9:10.

  16. D. y C. 58:42:43.

  17. Véase Alma 48:17:18.

  18. Alma 26:20.