2010–2019
¡Mirad! Reales huestes
Abril de 2018


¡Mirad! Reales huestes

Qué gozo será que todos los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec tengan la bendición de enseñar, aprender y prestar servicio hombro a hombro.

Mis queridos hermanos del sacerdocio, me presento ante ustedes con gran humildad en esta histórica ocasión, por asignación de nuestro amado profeta y presidente, Russell M. Nelson. ¡Cuánto quiero y sostengo a este magnífico hombre de Dios y a nuestra nueva Primera Presidencia! Añado mi testimonio al del élder D. Todd Christofferson y al de mis otros hermanos del Cuórum de los Doce Apóstoles de que los cambios que se han anunciado esta tarde son la voluntad del Señor.

Como ha dicho el presidente Nelson, este es un asunto que los apóstoles de mayor antigüedad de la Iglesia han tratado y considerado con espíritu de oración durante mucho tiempo. El deseo era procurar la voluntad del Señor y fortalecer los cuórums del Sacerdocio de Melquisedec. Se recibió inspiración, y esta tarde nuestro profeta dio a conocer la voluntad del Señor. ¡“Porque no hará nada Jehová el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”!1. ¡Cuán bendecidos somos por tener un profeta viviente hoy en día!

A lo largo de nuestra vida, la hermana Rasband y yo hemos viajado por el mundo en diversas asignaciones eclesiásticas y profesionales. He visto casi todo tipo de configuración de unidades de la Iglesia: una pequeña rama en Rusia en la que el número de poseedores del Sacerdocio de Melquisedec se contaba con los dedos de una mano; un barrio nuevo en crecimiento en África en que los sumos sacerdotes y los élderes se reunían en conjunto porque la cantidad total de poseedores del Sacerdocio de Melquisedec era baja; y barrios bien establecidos, en los que el número de élderes requería que el cuórum se dividiera en dos.

Dondequiera que hayamos ido, hemos visto cómo la mano del Señor iba delante de Sus siervos, preparando a las personas y el camino por delante para que todos Sus hijos fueran bendecidos de acuerdo con todas sus necesidades. ¿No ha prometido Él que “[irá] delante de [nuestra] faz” y que [estará] a [nuestra] diestra y a [nuestra siniestra]”, y que Su “Espíritu estará en [nuestro] corazón, y [Sus] ángeles alrededor de [nosotros]”?2.

Al pensar en todos ustedes, recuerdo el himno “¡Mirad! Reales huestes”.

¡Mirad! Reales huestes

ya entran a luchar

con armas y banderas,

el mal a conquistar.

Sus filas ya rebosan

con hombres de valor

que siguen al Caudillo

y cantan con vigor3.

El élder Christofferson ha contestado varias preguntas que ciertamente surgirán por el anuncio de que se combinarán los grupos de sumos sacerdotes y los cuórums de élderes —a nivel de barrio— para formar un ejército unificado y poderoso de hermanos del Sacerdocio de Melquisedec.

Esos cambios contribuirán a que los cuórums de élderes y las Sociedades de Socorro armonicen su labor; también simplificarán la coordinación del cuórum con el obispado y el consejo de barrio; permitirán que el obispo delegue más responsabilidades al presidente del cuórum de élderes y la presidenta de la Sociedad de Socorro, de modo que el obispo y sus consejeros puedan centrarse en sus deberes primordiales; en particular, presidir las Mujeres Jóvenes y los Hombres Jóvenes que poseen el Sacerdocio Aarónico.

Los cambios en las organizaciones y en las funciones de la Iglesia no son poco comunes. En 1883, el Señor dijo al presidente John Taylor: “[En lo concerniente] a la administración y organización de Mi Iglesia y Sacerdocio… os revelaré, de cuando en cuando, por los medios que he señalado, todo lo que será menester para el futuro progreso y perfección de Mi Iglesia, para la adecuación y el avance de Mi reino”4.

Dirijo ahora algunas palabras a ustedes, hermanos, que son sumos sacerdotes: sepan que los amamos. ¡Nuestro Padre Celestial los ama! Ustedes son una gran parte de este ejército real del sacerdocio y no podemos llevar adelante esta obra sin su bondad, servicio, experiencia y rectitud. Alma enseñó que se llama a los hombres a ser sumos sacerdotes por causa de su fe excepcional y buenas obras, para enseñar y ministrar a los demás5. Dicha experiencia se necesita ahora quizás más que nunca.

En muchos barrios, tal vez tengamos sumos sacerdotes que ahora tendrán la oportunidad de que un élder los presida como presidente de cuórum. Tenemos un antecedente de élderes que presiden a los sumos sacerdotes: élderes que sirven como presidentes de rama en algunas regiones del mundo donde residen sumos sacerdotes en la rama; y existen ramas en las que solo está organizado el cuórum de élderes y hay sumos sacerdotes presentes.

Qué gozo será que todos los poseedores del Sacerdocio de Melquisedec tengan la bendición de enseñar, aprender y prestar servicio hombro a hombro con todos los miembros del barrio. Dondequiera que estén y cualesquiera que sean sus circunstancias, los invitamos a aceptar con espíritu de oración, fidelidad y gozo las nuevas oportunidades de dirigir o ser dirigidos, y de servir de manera unida como grupo de hermanos del sacerdocio.

Ahora trataré otros asuntos que quizás necesiten aclaraciones al avanzar para implementar la voluntad del Señor sobre la organización de Sus cuórums del Santo Sacerdocio.

¿Cuáles son los ajustes para el cuórum de sumos sacerdotes de la estaca? Los cuórums de sumos sacerdotes de la estaca continuarán funcionando. Las presidencias de estaca continuarán sirviendo como presidencia del cuórum de sumos sacerdotes de la estaca. Sin embargo, tal como lo mencionó el élder Christofferson, los miembros del cuórum de sumos sacerdotes de la estaca ahora serán los sumos sacerdotes que actualmente presten servicio en la presidencia de estaca, como miembros de un obispado de barrio, miembros del sumo consejo de la estaca, y el patriarca en funciones. Los secretarios y secretarios ejecutivos de barrio y de estaca no son miembros del cuórum de sumos sacerdotes de la estaca. Cuando alguien que preste servicio activamente como sumo sacerdote, patriarca, Setenta o Apóstol visite algún barrio y desee asistir a la reunión del sacerdocio, se reunirá con el cuórum de élderes.

Conforme se releve a su debido tiempo a los hermanos en esos llamamientos, volverán a su unidad de origen como miembros del cuórum de élderes.

¿Cuál es la función del cuórum de sumos sacerdotes de la estaca? La presidencia de estaca se reúne con los miembros del cuórum de sumos sacerdotes para deliberar en consejo, testificar y brindar capacitación. Las reuniones de estaca, tal como se explica en nuestros manuales, continuarán con dos ajustes:

Uno: Los barrios y las estacas ya no tendrán reuniones de comité ejecutivo del sacerdocio. Si surgiera algún problema especial en el barrio, tal como algún asunto delicado sobre alguna familia o alguna dificultad inusual tocante a bienestar, podría tratarse en una reunión de obispado ampliada. Otros asuntos menos confidenciales pueden tratarse en el consejo de barrio. Lo que se ha conocido como la reunión de comité ejecutivo del sacerdocio de la estaca ahora se llamará la “reunión del sumo consejo”.

Dos: Ya no se realizará la reunión anual de todos los sumos sacerdotes ordenados en la estaca. No obstante, la presidencia de estaca continuará efectuando una reunión anual para el cuórum de sumos sacerdotes de la estaca como se ha anunciado hoy.

¿Puede el barrio tener más de un cuórum de élderes? La respuesta es sí. En consonancia con el versículo 89 de la sección 107 de Doctrina y Convenios, cuando un barrio tenga un número inusualmente grande de poseedores del Sacerdocio de Melquisedec activos, los líderes pueden organizar más de un cuórum de élderes. En tales casos, cada cuórum debe guardar un equilibrio razonable con el otro en cuanto a edades, experiencia, y oficios y fortaleza del sacerdocio.

Testifico que conforme avancemos con esta inspirada reestructuración de cuórums en nuestros barrios y estacas, veremos una multitud de bendiciones. Permítanme citarles algunos ejemplos.

Bajo la dirección del obispo, habrá más recursos del sacerdocio que podrán contribuir a la obra de salvación. Esto incluye el recogimiento de Israel mediante la obra del templo e historia familiar, trabajar con personas y familias que pasan necesidades, y ayudar a los misioneros a traer almas a Jesucristo.

Cuando los líderes que antes presidían regresen para compartir su experiencia con el cuórum de élderes, el resultado será miembros de cuórum más fuertes.

Habrá una mayor diversidad de dones y capacidades dentro del cuórum.

Habrá más flexibilidad y disponibilidad para satisfacer las necesidades actuales y urgentes dentro del barrio y del cuórum, y para cumplir con nuestras diversas asignaciones de ministrar.

Habrá más orientación y unidad conforme el nuevo élder y el experimentado sumo sacerdote compartan experiencias, lado a lado, en las reuniones y asignaciones del cuórum.

Esperamos que los obispos y presidentes de rama estén más libres para magnificar su llamamiento de apacentar su redil y ministrar a los necesitados.

Entendemos que cada barrio y estaca es diferente. Aunque entendemos dichas diferencias, esperamos que pongan en práctica estos cambios sin demora tras la conferencia general. ¡Hemos recibidos instrucciones de un profeta de Dios! ¡Qué tremenda bendición y responsabilidad! ¡Cumplámosla con toda rectitud y diligencia!

Les recuerdo: la autoridad del sacerdocio viene mediante el apartamiento y la ordenación; pero el poder del sacerdocio real, el poder de actuar en el nombre del Señor Jesucristo, solo puede venir al vivir de manera recta.

El Señor declaró al profeta José Smith, el profeta de la Restauración:

“He aquí, yo me encargaré de vuestros rebaños, y levantaré élderes y los enviaré a ellos.

“He aquí, apresuraré mi obra en su tiempo”6.

Ciertamente, esta es una época en la que el Señor apresura Su obra.

Ruego que cada uno de nosotros use esta oportunidad para reflexionar y mejorar nuestra vida a fin de adherirse mejor a Su voluntad, para que merezcamos las muchas bendiciones que Él ha prometido a los leales y fieles.

Hermanos, gracias por todo lo que hacen para ser parte de esta magnífica obra. Ruego que avancemos en esta causa grande y honorable.

Y cuando se acabe

tan larga lucha cruel,

y todos ya descansen

con su Caudillo fiel,

a Cristo Rey eterno,

las huestes con amor

le alzarán victorias,

cantando con vigor:

¡A vencer, a vencer

por Él que nos salva!

¡A vencer, a vencer

por Cristo Rey Jesús!

¡A vencer, a vencer, a vencer

por Cristo Rey Jesús!7.

Hoy todos somos testigos de cómo el Señor revela Su voluntad por medio de Su Profeta, el presidente Russell M. Nelson. Testifico que él es el profeta de Dios aquí en la tierra. Doy mi testimonio del Señor Jesucristo, quien es nuestro gran Redentor y Salvador; esta es Su obra y esta es Su voluntad. De ello doy solemne testimonio; en el nombre de Jesucristo. Amén.