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1 – 7 julio. Hechos 1–5: ‘Me seréis testigos’


“1 – 7 julio. Hechos 1–5: ‘Me seréis testigos’” Ven, sígueme — Para uso individual y familiar Nuevo Testamento 2019 (2019)

“1 – 7 julio. Hechos 1–5”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar 2019

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Día de Pentecostés

Día de Pentecostés, por Sidney E. King

1 – 7 julio

Hechos 1–5

“Me seréis testigos”

A medida que lea Hechos 1–5, el Espíritu Santo le inspirará a encontrar verdades que tengan relevancia para su vida. Tome nota de los versículos que le hayan conmovido, y busque ocasiones de compartir lo que esté aprendiendo.

Anote sus impresiones

¿Se ha preguntado alguna vez lo que habrá estado pensando y sintiendo Pedro, junto con los demás Apóstoles, mientras tenían “los ojos puestos en el cielo” en tanto que Jesús ascendía hacia Su Padre? (Hechos 1:10). La Iglesia que había establecido el Hijo de Dios sería dirigida ahora por Jesús mediante Pedro, el profeta de Dios. La tarea de dirigir la obra para “[hacer] discípulos [en] todas las naciones” recaía ahora en Pedro (Mateo 28:19), si él se encontró inadecuado o temeroso, no hallamos ninguna evidencia de eso en el libro de Hechos. Lo que sí hallamos son ejemplos de su valiente testimonio y conversión, de sanaciones milagrosas, de manifestaciones espirituales y de un significativo crecimiento de la Iglesia. Habiendo recibido el don del Espíritu Santo, Pedro ya no era el pescador sin instrucción que halló Jesús en las costas del mar de Galilea. Ni era el hombre angustiado que unas pocas semanas antes había llorado amargamente por haber negado de que conocía a Jesús de Nazaret.

En el libro de Hechos, podrá leer poderosas declaraciones acerca de Jesucristo y de Su evangelio; y verá, además, cómo ese Evangelio puede transformar a las personas, incluso a usted, en los valientes discípulos que Dios sabe que pueden ser.

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Ideas para el estudio personal de las Escrituras

Hechos 1:1–8, 15–26; 2:1–42; 4:1–13, 31–33

Jesucristo dirige Su Iglesia por medio del Espíritu Santo.

El libro de Hechos registra los esfuerzos que hicieron los Apóstoles para establecer la Iglesia de Jesucristo después de la ascensión del Salvador. Aunque Jesucristo ya no estaba en la tierra, Él dirigía la Iglesia por revelación mediante el Espíritu Santo. A medida que revise los siguientes pasajes de las Escrituras, considere la manera en que el Espíritu Santo guiaba a los nuevos líderes de la Iglesia de Cristo: Hechos 1:1–8, 15–26; 2:1–42; 4:1–13, 31–33.

¿Cuáles son algunas de las asignaciones, responsabilidades o llamamientos que el Señor le ha dado? ¿Qué aprende de las experiencias de los primeros Apóstoles en cuanto a cómo confiar en el Espíritu Santo para que le guíe?

Véase también la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Espíritu Santo”.

Hechos 2:1–18

¿Cuál es el propósito del don de lenguas?

A veces se caracteriza el don de lenguas como el hecho de hablar en una lengua que nadie entiende. Sin embargo, el profeta José Smith se refirió a los acontecimientos descritos en Hechos 2 para aclarar que se da este don “con objeto de predicar [el Evangelio] entre aquellos cuyo idioma no se entiende, como en el día de Pentecostés… El objeto principal del don de lenguas es hablar a los extranjeros” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2008, pág. 407). La Fiesta de Pentecostés era una festividad judía importante que congregaba a judíos provenientes de muchas naciones en Jerusalén. El don de lenguas permitía a los visitantes entender las palabras de los Apóstoles en sus lenguas maternas.

Hechos 2:36–47; 3:13–21

Los primeros principios y ordenanzas del Evangelio me ayudan a venir a Cristo.

¿Alguna vez se ha sentido “[compungido] de corazón” tal como se sintieron los judíos en el día de Pentecostés? (Hechos 2:37.). Quizás, ha hecho algo de lo que se arrepiente, o tal vez simplemente desee cambiar su vida. ¿Qué debe hacer cuando tenga esos sentimientos? El consejo que Pedro dio a los judíos se halla en Hechos 2:38. Observe cómo los primeros principios y ordenanzas del Evangelio (que comprenden la fe, el arrepentimiento, el bautismo y el don del Espíritu Santo, y que en ocasiones se les llama la doctrina de Cristo) influyeron sobre esos conversos, tal como se registra en Hechos 2:37–47.

Tal vez usted ya haya sido bautizado y ha recibido el don del Espíritu Santo, así que ¿cómo puede seguir poniendo en práctica la doctrina de Cristo? Medite en las palabras del élder Dale G. Renlund: “Podemos ser perfeccionados al [confiar]… en la doctrina de Cristo de manera reiterada y continua: ejercitar fe en Él, arrepentirnos, participar de la Santa Cena para renovar los convenios y las bendiciones del bautismo, y reclamar al Espíritu Santo como compañero constante en mayor medida. Al hacerlo, llegamos a ser más como Cristo y somos capaces de perseverar hasta el fin, con todo lo que ello implica” (“Los Santos de los Últimos Días siguen intentándolo”, Liahona, mayo de 2015, pág. 56).

Véanse también 2 Nefi 31; 3 Nefi 11:31–4127, Brian K. Ashton, “La Doctrina de Cristo”, Liahona, noviembre de 2016, págs. 106–109.

Hechos 3:19–21

¿Qué son los “tiempos de refrigerio” y “los tiempos de la restauración de todas las cosas”?

“Tiempos de refrigerio” se refiere al Milenio, cuando Jesucristo volverá a la tierra. “Los tiempos de la restauración de todas las cosas” hace referencia a la Restauración del Evangelio.

Hechos 3; 4:1–31; 5:12–42.

Se otorga poder a los discípulos de Jesucristo para efectuar milagros en Su nombre.

El hombre que era cojo esperaba recibir dinero de las personas que venían al templo, pero los siervos del Señor le ofrecieron mucho más. A medida que lea Hechos 3; 4:1–31; y 5:12–42, considere cómo afectó ese milagro a las siguientes personas:

El hombre cojo

Pedro y Juan

Los testigos en el templo

Los sumos sacerdotes y los gobernantes

Otros santos

Véanse también los videos “Pedro y Juan sanan a un cojo de nacimiento”, “Pedro predica y es arrestado” (LDS.org).

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Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la Noche de Hogar

Al leer las Escrituras con su familia, el Espíritu le ayudará a saber qué principios debe enfatizar y analizar a fin de cubrir las necesidades de su familia. A continuación, presentamos algunas sugerencias:

Hechos 2:37

¿Cuándo nos hemos sentido “[compungidos] de corazón” cuando alguien estaba enseñando el Evangelio? ¿Qué significa ese sentimiento? ¿Por qué es importante decir: “¿Qué haremos?” cuando tengamos esos sentimientos?

Hechos 3:1–8

¿En qué sentido fue diferente la bendición que recibió el hombre en el templo de lo que esperaba? ¿Hemos recibido bendiciones del Padre Celestial de formas inesperadas?

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Pedro sana a un hombre

Mas lo que tengo te doy, por Walter Rane.

Hechos 3:12–26; 4:1–21; 5:12–42

¿Qué le llama la atención acerca de la fidelidad de Pedro y Juan? ¿Cómo podemos ser valiente en nuestro testimonio de Jesucristo?

Hechos 4:32–5:11

Quizás su familia quiera representar el relato de Ananías y Safira con sencillos vestuarios y algunas monedas. ¿Qué lecciones aprendemos de este relato? Dependiendo de las necesidades de su familia, podrían analizar el tema de la honestidad, o como apoyar a los líderes de la Iglesia o la consagración.

Para consultar más ideas para enseñar a los niños, vea la reseña de esta semana de Ven, sígueme—Para la Primaria.

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Elegir un tema. Deje que los integrantes de su familia se turnen para escoger un tema de Hechos 1–5 para estudiarlo juntos.

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La ascensión de Jesús

La ascensión del Señor, por William Henry Margetson