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19 – 25 agosto. 1 Corintios 1–7: ‘Que estéis perfectamente unidos’


“19 – 25 agosto. 1 Corintios 1–7: ‘Que estéis perfectamente unidos’” Ven. Sígueme — Para uso individual y familiar: Nuevo Testamento 2019 (2019)

“19 – 25 agosto. 1 Corintios 1–7”, Ven, sígueme — Para uso individual y familiar 2019

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Corinto

Corinto, sur de Grecia, Foro y Centro Cívico, por Balage Balogh

19 – 25 agosto

1 Corintios 1–7

“Que estéis perfectamente unidos”

Anote sus impresiones mientras lee 1 Corintios 1–7. Esas impresiones pueden incluir sentimientos de estudiar una idea un poco más o compartir con los demás algo que aprenda o hacer algunos cambios en su vida.

Anote sus impresiones

Durante los meses que Pablo pasó en Corinto, “muchos de los corintios, al oír[le], creían y eran bautizados” (Hechos 18:8). Debe haber sido muy doloroso para Pablo escuchar unos años más tarde que había “disensiones” y “contiendas” entre los santos de Corinto, y que durante su ausencia, ellos comenzaron a prestar atención a la “sabiduría del mundo” (1 Corintios 1:10–11, 20). En respuesta, Pablo escribió la carta que ahora conocemos como 1 Corintios. Esta epístola está colmada de doctrina profunda, aunque al mismo tiempo, Pablo parece estar desilusionado de que los santos no estaban listos para recibir toda la doctrina que él deseaba impartirles. “Yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales —se lamentaba Pablo— porque todavía sois carnales” (1 Corintios 3:1–3). Al prepararnos para leer las palabras de Pablo, quizá resulte útil que examinemos nuestra disposición a recibir la verdad —incluso, nuestro deseo de escuchar y obedecer al Espíritu y esforzarnos por lograr la unidad en nuestra familia, con nuestros hermanos y con Dios.

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Ideas para el estudio personal de las Escrituras

1 Corintios 1:10–17; 3:1–11

Los miembros de la Iglesia de Cristo están unidos.

No conocemos todos los detalles acerca de la falta de unidad que había entre los santos de Corinto, pero conocemos la falta de unidad que hay en nuestras propias relaciones. Piense en una relación en su vida en la que usted se beneficiaría si hubiera más unidad; luego busque lo que enseñó Pablo en 1 Corintios 1:10–17; 3:1–11 acerca de la falta de unidad entre los santos de Corinto. ¿Qué aprende en cuanto a cómo desarrollar una mayor unidad con los demás?

Véanse también Mosíah 18:21; 4 Nefi 1:15–17; Doctrina y Convenios 38:23–27; 105:1–5; “Unidad”, Temas del Evangelio, topics.lds.org.

1 Corintios 1:17–312

Para llevar a cabo la obra de Dios, necesito la sabiduría de Dios.

Si bien es bueno y se nos alienta a que procuremos obtener sabiduría donde podamos hallarla (véanse 2 Nefi 9:29; D. y C. 88:118), Pablo dio unas advertencias en palabras muy severas acerca de la insensata sabiduría humana, que él llamó “la sabiduría del mundo”. A medida que lea 1 Corintios 1:17–25, medite en lo que puede significar esa frase. ¿Qué piensa que quiso decir Pablo con “la sabiduría de Dios”? ¿Por qué necesitamos la sabiduría de Dios para llevar a cabo la obra de Dios?

Al hacer el esfuerzo por cumplir con sus responsabilidades para llevar a cabo la obra de Dios, ¿alguna vez ha experimentado “mucho temor y temblor” como sintió Pablo cuando enseñaba a los santos de Corinto? (1 Corintios 2:3). ¿Qué encuentra en 1 Corintios 2:1–5 que le infunde valor? Considere cómo podría demostrar que confía más en el “poder de Dios” que en “la sabiduría de hombres”.

Véase también Doctrina y Convenios 1:17–28.

1 Corintios 2:9–16

Necesito al Espíritu Santo para entender las cosas de Dios.

Si deseara aprender más sobre algo como mecánica automotriz o arquitectura medieval, ¿qué haría? De acuerdo con 1 Corintios 2:9–16, ¿en qué sentido es diferente aprender “las cosas de Dios” que aprender “las cosas del hombre”? ¿Por qué necesitamos tener el Espíritu Santo para poder entender las cosas de Dios? Luego de leer esos versículos, ¿qué cree que debe hacer para entender las cosas espirituales más plenamente? ¿Cómo pueden ayudar las palabras de Pablo a alguien que está luchando con su testimonio?

1 Corintios 6:13–20

Mi cuerpo es sagrado.

La mayoría de las personas en Corinto pensaban que la inmoralidad sexual era aceptable y que nuestros cuerpos fueron hechos principalmente para sentir placer. En otras palabras, Corinto no era diferente del mundo actual. ¿Qué enseñó Pablo en 1 Corintios 6:13–20 que podría servirle para explicar a los demás por qué usted desea llevar una vida casta?

También le interesará ver la manera en que la hermana Wendy W. Nelson, al igual que Pablo, alentó a los santos a ser castos, en su discurso “El amor y el matrimonio” (Devocional mundial para Jóvenes Adultos, 8 de enero de 2017, broadcasts.lds.org). ¿En qué se diferencian las verdades acerca del amor y la intimidad descritas por la hermana Nelson de los mensajes del mundo?

Véanse también Romanos 1:24–27; “Castidad,” Temas del Evangelio, topics.lds.org.

1 Corintios 7:29–33

¿Enseñó Pablo que era mejor no estar casado que estar casado?

Varios versículos en 1 Corintios 7 parecen sugerir que aun cuando el matrimonio es aceptable, sería preferible permanecer soltero y abstenerse completamente de las relaciones sexuales. Sin embargo, la Traducción de José Smith, 1 Corintios 7:29–33 (véase el apéndice de la Biblia) nos ayuda a entender que Pablo se refería a los que habían sido llamados como misioneros de tiempo completo, observando que ellos podrían estar en mejor condición de servir a Dios si permanecían solteros durante sus misiones. El Señor ha enseñado por medio de Sus siervos, incluso Pablo, que el matrimonio forma parte de Su eterno plan y es necesario para la exaltación (véase 1 Corintios 11:11; D. y C. 131:1–4).

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Ideas para el estudio familiar de las Escrituras y la Noche de Hogar

Al leer las Escrituras con su familia, el Espíritu le ayudará a saber qué principios debe enfatizar y analizar a fin de cubrir las necesidades de su familia. A continuación, presentamos algunas sugerencias:

1 Corintios 1:10–17; 3:1–11

A medida que los integrantes de la familia lean estos versículos, pídales que busquen alguna enseñanza que les ayude a ser más unidos.

1 Corintios 3:1–2

Podrían leer estos versículos mientras toman un poco de leche y comen algo de carne; y así comparar la forma en que los bebés crecen hasta ser adultos y con la manera en que crecemos espiritualmente.

1 Corintios 3:4–9

Pablo comparó su labor misional con la de sembrar semillas. ¿Qué sugiere esa comparación en cuanto a cómo debemos abordar la tarea de compartir el Evangelio con los demás?

1 Corintios 6:19–20

Comparar nuestros cuerpos con los templos, tal como hizo Pablo, puede ser una manera eficaz de enseñar acerca de la santidad de nuestros cuerpos. Tal vez podría mostrar láminas de templos, tales como las que acompañan a esta lección. ¿Por qué son sagrados los templos? ¿De qué manera nuestro cuerpo es como un templo? ¿Qué podemos hacer para tratar a nuestros cuerpos como templos? (Véase también “La pureza sexual”, Para la Fortaleza de la Juventud, págs. 35–37.) De ser posible, vayan juntos al templo o visiten los predios del templo; esto podría enriquecer su análisis acerca de la santidad del templo y de nuestros cuerpos.

Para consultar más ideas para enseñar a los niños, vea la reseña de esta semana de Ven, sígueme—Para la Primaria.

Cómo mejorar el estudio personal

Sean pacientes con ustedes mismos. Pablo enseñó que la leche viene antes que la carne cuando aprendemos el Evangelio (véase 1 Corintios 3:1–2). Si nota que algunas doctrinas son difíciles de entender, sea paciente. Confíe en que llegarán las respuestas si tiene fe y estudia diligentemente.

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Cuatro templos

Pablo comparó nuestros cuerpos con la santidad del templo. En la parte superior izquierda, en el sentido de las agujas del reloj: Templo de Tijuana, México, Templo de Taipéi, Taiwán, Templo de Tegucigalpa, Honduras, Templo de Houston, Texas