Lucas 12–17; Juan 11

Entregue a un niño una moneda, a otro niño una imagen de una oveja, y a otro una imagen del hijo pródigo (LDS.org). Relate las tres parábolas que se encuentran en Lucas 15 e invite a los niños a sostener en alto la moneda o imagen cuando la mencione. Podría invitar a los niños a volver a contar las parábolas entre ellos con sus propias palabras.

Pida a los niños que compartan alguna ocasión en la que hayan perdido algo. Explique que las personas se pueden perder espiritualmente cuando no sienten el amor de Dios o cuando se apartan de Él. Testifique que esas parábolas enseñan que Dios desea que ayudemos a las personas que estén perdidas a regresar a Él.

Invite a los niños a pensar en otros niños que no asistan a la Primaria. Ayúdeles a escribir notas invitando a esos niños a asistir a la Primaria o a una actividad de la Primaria. ¿De qué otra manera podemos ayudar a esos niños a sentir el amor que el Padre Celestial tiene por ellos?

Cuente el relato de los diez leprosos que fueron sanados por Jesús. Muestre la lámina que se encuentra en la reseña de esta semana de Ven, sígueme — Para uso individual y familiar e invite a los niños a contar hasta diez con los dedos. Luego pídales que bajen nueve dedos para mostrar al único leproso que agradeció a Jesús. ¿En qué ocasiones han expresado los niños su gratitud a un amigo o ser querido?

Invite a cada niño a hacer una dramatización de algo que estén agradecidos y pida al resto que adivinen qué es. Pida a los niños que compartan formas en que podamos demostrar al Padre Celestial que estamos agradecidos por nuestras bendiciones.

Resuma el relato de cuando Jesús levantó a Lázaro de entre los muertos (véase también “Capítulo 43: Jesús devuelve la vida a Lázaro”, Relatos del Nuevo Testamento, págs. 107–109, o el video correspondiente en LDS.org) y muestre una rama de una planta muerta y una planta viva. Testifique que gracias al poder de Jesucristo, las personas que hayan fallecido resucitarán y vivirán para siempre.

Ayude a los niños a memorizar la frase que Jesús le dijo a Marta: “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25). Explique que gracias a la resurrección del Salvador, veremos de nuevo a nuestros seres queridos que han fallecido.

Asigne a cada niño que lea en silencio la parábola de la Oveja perdida o la de la Moneda perdida que se encuentran en Lucas 15:1–10, y que compartan lo que aprendieron.

Escriba estos nombres en la pizarra: padre, hijo mayor e hijo menor. Muestre el video “El hijo pródigo” (LDS.org) y deténgalo de vez en cuando para que los niños puedan escribir en la pizarra algunos de los sentimientos de las personas indicadas en la pizarra.

Pida a uno de los niños que salga del salón mientras que los otros niños esconden una moneda o una oveja de papel. Pida al niño que regrese y que busque la moneda o la oveja. Recuerde a los niños que las personas se pueden perder las bendiciones del Evangelio. Invítelos a sugerir formas en que puedan acercarse a esas personas. Cante junto con los niños “Ama el Pastor las ovejas”, Himnos nro. 139, y testifique del gozo que se siente cuando las personas regresan a Dios.

Explique que Jesús se valió de la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo para representar a las personas que están “perdidas” porque no tienen las bendiciones del Evangelio. Invite a los niños a pensar en personas que conozcan que no asisten a la Iglesia. ¿Qué pueden hacer para ayudar a esas personas a sentir el amor que el Padre Celestial siente hacia ellos?

Lean juntos el relato de los diez leprosos. ¿En qué forma fue bendecido por su gratitud el leproso que dio gracias? ¿Por qué es importante dar gracias a Dios por nuestras bendiciones?

Invite a los niños a indicar cosas por las que estén agradecidos que comiencen con cada letra de su nombre.

Pida a los niños que escriban notas de agradecimiento al Padre Celestial por las bendiciones que les da. Podrían colgar las notas junto a su cama para recordarles que expresen gratitud cuando oren.

Anote en la pizarra algunas declaraciones que hicieron las personas en Juan 11. Invite a los niños a adivinar quién dijo cada declaración y pídales que busquen en Juan 11 para verificar lo que adivinaron. ¿Cómo se sentirían si fueran Jesús, Marta, María o Lázaro? ¿En qué forma nos puede ayudar el creer en Jesús cuando estamos tristes o atemorizados?

Lea el testimonio de Marta, que se encuentra en Juan 11:20–27. Pida a los niños que busquen palabras o frases que demuestren que Marta tenía fe. ¿Qué podemos hacer para tener fe cuando es difícil?

Ayude a los niños a memorizar Juan 11:25. Explique que todos resucitaremos, pero que solo los justos recibirán la vida eterna y vivirán con el Padre Celestial y Jesucristo de nuevo.