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19 – 25 agosto. 1 Corintios 1–7: ‘Que estéis perfectamente unidos’


“19 – 25 agosto. 1 Corintios 1–7: ‘Que estéis perfectamente unidos’” Ven, sígueme — Para la Primaria Nuevo Testamento 2019 (2019)

“19 – 25 agosto. 1 Corintios 1–7”, Ven, sígueme — Para la Primaria 2019

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Corinto

Corinto, sur de Grecia, Foro y Centro Cívico, por Balage Balogh

19 – 25 agosto

1 Corintios 1–7

“Que estéis perfectamente unidos”

El Espíritu Santo le ayudará a saber qué principios del Evangelio contenidos en 1 Corintios 1–7 ayudarán a los niños a quienes enseña. A medida que estudie esos capítulos con espíritu de oración, anote los pensamientos y sentimientos que reciba del Espíritu.

Anote sus impresiones

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Invitar a compartir

Con unos días de anticipación, invite a uno o más de los niños a encontrar un versículo en 1 Corintios 1–7 que puedan compartir con la clase. De ser necesario, podría pedir a los padres que les ayuden.

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Enseñar la doctrina

Niños pequeños

1 Corintios 2:11–14

El Espíritu Santo me enseña verdades del Evangelio.

Una de las funciones del Espíritu Santo es enseñarnos la verdad. ¿Qué experiencias puede compartir con los niños a fin de ayudarles a entender eso?

Posibles actividades

  • Muestre objetos o imágenes que representen formas en que aprendemos sobre el mundo (tales como una escuela, un libro o un teléfono celular). ¿Qué podemos aprender cuando hacemos uso de esas cosas? Explique que en 1 Corintios 2:11, 14 Pablo enseñó que podemos aprender sobre Dios solamente por medio del Espíritu de Dios, que es el Espíritu Santo. ¿Qué podemos hacer para aprender “las cosas de Dios”?

  • Aplauda cada vez que diga una sílaba de la oración “El Espíritu Santo nos enseña la verdad”. Pida a los niños que aplaudan y que repitan la frase. Comparta con los niños una experiencia en la que el Espíritu Santo le haya ayudado a saber que algo era verdad.

  • Canten juntos una canción que hable sobre el Espíritu Santo, tal como “El Espíritu Santo” (Canciones para los niños, pág. 56). Ayude a los niños a encontrar palabras y frases en la canción que enseñen la forma en que el Espíritu Santo nos habla y lo que nos enseña.

1 Corintios 3:10–11

Jesucristo es mi fundamento.

Los niños están poniendo los cimientos de su testimonio, y usted puede ayudarles a edificar un fundamento sólido en Jesucristo.

Posibles actividades

  • Lea 1 Corintios 3:11 a los niños y explique que Jesucristo es nuestro fundamento. Muestre a los niños diversas imágenes de aquello sobre lo cual podemos tener testimonio, incluso una imagen de Jesucristo. Ayúdelos a colocar las imágenes de manera que la de Jesús quede en la parte inferior, como la base, y las otras imágenes “edifiquen” sobre el testimonio de Él.

  • Cree movimientos para la canción “El sabio y el imprudente” (Canciones para los niños, pág. 132) y cante la canción con los niños. Entregue a cada niño una roca que tenga escrito lo siguiente: “Jesucristo es mi fundamento”. Permita que lleven las rocas a casa a fin de que les recuerden lo que aprendieron.

  • Muestre imágenes que representen algunos de los relatos favoritos que tiene sobre la vida del Salvador, y pida a los niños que le digan lo que está sucediendo en cada imagen. Permítales que compartan algunas de sus historias favoritas de Jesús. Testifique que Jesucristo es el fundamento de su fe.

1 Corintios 6:19

Mi cuerpo es como un templo.

¿En qué forma puede ayudar a los niños a valorar su cuerpo como un regalo de Dios y a tener un mayor deseo de cuidarlo?

Posibles actividades

  • Muestre a los niños imágenes de templos (véase la reseña de esta semana en Ven, sígueme — Para uso individual y familiar) y lea estas palabras de 1 Corintios 6:19: “… vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo”. Ayude a los niños a entender que el Padre Celestial desea que conservemos nuestro cuerpo limpio y santo, como un templo.

  • Muestre la imagen de un niño y colóquele a su alrededor imágenes de aquello que es bueno y malo para el cuerpo. Invite a los niños a tomar turnos para señalar lo que es bueno y para quitar lo que es malo.

  • Canten juntos una canción sobre el cuerpo, tal como “Cabeza, cara, hombros, pies” (Canciones para los niños, pág. 129) y pregunte a los niños por qué están agradecidos por su cuerpo.

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Enseñar la doctrina

Niños mayores

1 Corintios 1:23–25

Dios es más sabio que el hombre, y demuestro verdadera sabiduría cuando creo en Sus enseñanzas.

Los niños a quienes enseña encontrarán —si no lo han encontrado ya— que algunas personas enseñan cosas que contradicen la sabiduría de Dios. El estudiar 1 Corintios 1:23–25 puede ayudar a los niños a comprender que Dios es más sabio que el hombre.

Posibles actividades

  • Lean juntos 1 Corintios 1:23–25 y ayude a los niños a encontrar las palabras sabiduría y locura. Explique que muchas personas enseñaron que las enseñanzas de Pablo eran locura, pero Pablo explicó que creer el evangelio de Cristo es la verdadera sabiduría. ¿Por qué es sabio creer lo que Dios enseña?

  • Ayude a los niños a hacer una dramatización de cómo podrían responder a las personas que piensan que las enseñanzas de la Iglesia (tales como creer en el Salvador, guardar la Palabra de Sabiduría u obedecer la ley del diezmo) son “locura”. Por ejemplo, podrían testificar de las bendiciones que se reciben por vivir esas enseñanzas.

  • Comparta una experiencia en la que otras personas hayan pensado que sus creencias eran locura, o comparta un ejemplo de las Escrituras. ¿Podrían los niños compartir experiencias similares? ¿Cómo podría 1 Corintios 1:25 ayudarnos a permanecer fieles cuando los demás llamen a nuestras creencias locura?

1 Corintios 2:11–14

El Espíritu Santo me enseña verdades del Evangelio.

¿Cómo puede ayudar a los niños a reconocer que necesitan al Espíritu Santo para comprender “las cosas de Dios”?

Posibles actividades

  • Elabore una lista de formas en que aprendemos sobre el mundo, tales como libros, escuela e internet, y luego lean juntos 1 Corintios 2:11–14. ¿Qué enseñan esos versículos sobre la forma en que aprendemos “las cosas de Dios”?

  • Invite a los niños a hablar sobre alguna ocasión en que hayan sentido las impresiones del Espíritu Santo, a quien también se le llama “el Espíritu de Dios” (1 Corintios 2:11–14). Esas ocasiones podrían incluir cuando se encontraban en la Iglesia, o cuando estaban orando o leyendo las Escrituras. Ayúdeles a entender que el Espíritu Santo les estaba enseñando la verdad, tal como lo describió Pablo.

  • Invite a cada niño a leer uno de estos pasajes de las Escrituras: 1 Corintios 2:11–14; 1 Nefi 10:17; Moroni 10:3–5 y Doctrina y Convenios 8:2–3. Pida a los niños que compartan lo que hayan aprendido de esos pasajes de las Escrituras sobre la forma en que el Espíritu Santo nos enseña. Aliéntelos a anotar esas referencias en los márgenes de sus Escrituras.

1 Corintios 6:19–20

Debo tratar mi cuerpo con respeto y mantenerlo santo.

El entender que nuestro cuerpo es un regalo del Padre Celestial ayudará a los niños a mantener su cuerpo sagrado, aun cuando se vean tentados a hacer lo contrario.

Posibles actividades

  • Traiga láminas de un niño y de un templo envuelto como un regalo. Invite a los niños a leer 1 Corintios 6:19–20 y a adivinar lo que hay en el regalo. Permita que desenvuelvan el regalo y que analicen en qué sentido nuestro cuerpo es como un templo.

  • Hable con los niños sobre la forma en que debemos tratar un templo. Si nuestro cuerpo es como un templo, ¿cómo debemos tratar nuestro cuerpo? El cantar o leer la letra de una canción que hable sobre los templos, tal como “El Señor me dio un templo” (Canciones para los niños, pág. 73), puede ayudar a responder esa pregunta. Cuando cometemos errores, ¿cómo podemos hacer que nuestro “templo” quede limpio nuevamente?

  • Lean juntos la sección titulada “La salud física y emocional” en Para la Fortaleza de la Juventud (2011, págs. 25–27). Invite a los niños a anotar en la pizarra los consejos que encuentren sobre la manera de cuidar de nuestro cuerpo.

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Alentar el aprendizaje en el hogar

Invite a los niños a compartir con su familia una canción que hayan cantado en clase y lo que hayan aprendido de ella.

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Testifique de Jesucristo. Una de las cosas más importantes que puede hacer como maestro es testificar de Jesucristo. El hacerlo ayudará a los niños a fortalecer su testimonio y a sentir el amor que el Salvador tiene por ellos.