Mateo 10–12; Marcos 2; Lucas 7; 11

La comisión del Salvador a Sus Apóstoles puede ayudarnos en nuestras responsabilidades individuales. Los miembros de la clase pueden haber tenido reflexiones en cuanto a este tema durante su estudio personal; por ejemplo, hay una actividad sobre este punto en Ven, sígueme — Para uso individual y familiar. Invítelos a que compartan lo que aprendieron, o a que trabajen en grupos pequeños para completar esta actividad en clase. Invítelos a que compartan experiencias de cuando sintieron el poder del Salvador mientras cumplían con sus llamamientos.

Otra manera en que los miembros de la clase pueden repasar Mateo 10 es escudriñar este capítulo en busca de algo que el Salvador pidió a los Apóstoles que hicieran, y dibujar algo que lo represente. Podrían compartir los dibujos y lo que aprendieron acerca del llamamiento de los Doce Apóstoles.

¿De qué manera estudiar la comisión que Cristo dio a Sus Apóstoles en Mateo 10 puede ayudar a los miembros de la clase a comprender el papel de los profetas y apóstoles modernos? Podría resultar útil comparar el llamamiento que el Salvador extendió a los Doce con el que recibió el primer Cuórum de los Doce Apóstoles de esta dispensación, en “Recursos adicionales”. ¿Cómo ha influido el ministerio de los Apóstoles vivientes en los miembros de la clase? Comparta su testimonio del llamamiento divino de los profetas y apóstoles vivientes, e invite a los miembros de la clase a que compartan los suyos.

Para ilustrar el hecho de que cada poseedor del sacerdocio puede seguir su línea de autoridad hasta cuando Jesús ordenó a los Apóstoles, invite a un poseedor del sacerdocio a que comparta su línea de autoridad.

A veces las personas se ponen nerviosas al enseñar o hablar con otros sobre el Evangelio, pero el Señor prometió a los discípulos que les ayudaría a saber lo que deberían decir. ¿Qué necesitamos hacer para recibir la ayuda que el Señor prometió darnos? Invite a los miembros de la clase a que lean Mateo 10:19–20; Doctrina y Convenios 84:85 y Doctrina y Convenios 100:5–8 para encontrar respuestas a esta pregunta. ¿Cuándo le ayudó el Espíritu Santo a saber qué decir? Podría compartir sus experiencias e invitar a los miembros de la clase a que compartan las suyas.

A fin de santificar el día de reposo, los fariseos habían implementado reglas estrictas y tradiciones hechas por los hombres, lo cual llegó a nublar su entendimiento del verdadero propósito de este día. ¿A las personas a las que enseña les beneficiaría un análisis de por qué el Señor nos dio el día de reposo? Podría invitar a los miembros de la clase a que repasen los relatos de Mateo 12:1–13 y Marcos 2:23–28, y que compartan lo que enseñó el Salvador acerca del día de reposo (véase también Traducción de José Smith, Marcos 2:26–27 [en el apéndice de la Biblia]). ¿Qué otras reflexiones sobre el día de reposo podemos obtener de Éxodo 31:16–17; Isaías 58:13–14 y Doctrina y Convenios 59:9–13? ¿Qué tradiciones o reglas podrían distraernos del verdadero propósito del día de reposo?

Si bien los fariseos hicieron hincapié en numerosas y detalladas reglas en cuanto al día de reposo, el Salvador enseñó un principio sencillo: “… es lícito en los días de reposo hacer el bien” (Mateo 12:12). Quienes viven este principio suelen tener menos problemas para santificar el día de reposo. ¿Qué otros principios ayudan a los miembros de la clase a santificar el día de reposo? ¿Por qué la enseñanza de principios es más eficaz para desarrollar autosuficiencia espiritual que el imponer reglas? (véase la cita del profeta José Smith en “Recursos adicionales”). ¿Podemos pensar en algún otro principio que nos ayude a obedecer los mandamientos de Dios? Por ejemplo, ¿qué principios podrían ayudar a los padres a inspirar a sus hijos a obedecer la Palabra de Sabiduría o hacer investigación de historia familiar?

El mensaje del presidente Russell M. Nelson “El día de reposo es una delicia” (Liahona, mayo de 2015, págs. 129–132) y los videos con el consejo del élder Jeffrey R. Holland en “Recursos adicionales” podrían contribuir al análisis sobre el día de reposo.

Podría resultar útil que los miembros de la clase repasen “La observancia del día de reposo” en Para la Fortaleza de la Juventud. Podrían practicar cómo le explicarían a alguien que no es de la Iglesia por qué santificamos el día de reposo.

¿Qué podemos aprender del ejemplo de la mujer y las enseñanzas del Salvador en Lucas 7:36–50 cuando procuramos el perdón de nuestros pecados? ¿De qué manera el arrepentimiento fortalece nuestra relación con Cristo? ¿Cómo podríamos utilizar este relato para enseñarle a alguien el significado de procurar el perdón?