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15 – 21 julio. Hechos 10–15: ‘La palabra del Señor crecía y se multiplicaba’


“15 – 21 julio. Hechos 10–15: ‘La palabra del Señor crecía y se multiplicaba’” Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical Nuevo Testamento 2019 (2019)

“15 – 21 julio. Hechos 10–15”, Ven, sígueme — Para la Escuela Dominical 2019

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Cornelio conversa con Pedro

15 – 21 julio

Hechos 10–15

“La palabra del Señor crecía y se multiplicaba”

Si estudia con espíritu de oración Hechos 10–15 antes de leer esta reseña, podrá recibir impresiones del Señor. Las ideas a continuación son solo sugerencias.

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Invitar a compartir

Invite a los miembros de la clase a compartir con alguien que esté sentado a su lado una experiencia misional de Hechos 10–15 que les haya impresionado. Invite a los alumnos a compartir sus perspectivas con toda la clase.

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Enseñar la doctrina

Hechos 10; 11:1–18; 15:1–25

El Padre Celestial nos enseña línea por línea por medio de la revelación.

  • Es posible que algunos miembros de la clase tengan un concepto erróneo acerca del proceso de recibir revelación. Quizás les ayude analizar la forma en que vino la revelación a Pedro y cómo pueden seguir adelante “… no [dudando]” (Hechos 10:20), cuando la revelación parezca incompleta o poco clara. Considere dibujar una línea en la pizarra y escribir en un extremo de la línea: El Evangelio se debe predicar a los gentiles. Como clase, repasen Hechos 10 y 11:1–18, y después agregue puntos a la línea que muestren la forma en que el Señor le reveló a Pedro, paso a paso, que había llegado el momento de predicar el Evangelio a los gentiles. Por ejemplo: podría comenzar con el punto titulado: “Cornelio vio una visión” (Hechos 10:1–6) o hasta podría comenzar con el mandato del Señor a Sus discípulos de ir y “[hacer] discípulos a todas las naciones” en Mateo 28:19. ¿Qué podemos aprender acerca de la revelación gracias a la experiencia de Pedro? ¿Qué aportan al análisis las enseñanzas de Nefi en cuanto a la revelación, las cuales se encuentran en 2 Nefi 28:30, así como las enseñanzas del élder David A. Bednar y del élder Dallin H. Oaks que están en “Recursos adicionales”?

  • ¿Cómo podría ayudar a los miembros de la clase a pensar con mayor profundidad en cuanto a la forma en que reciben revelación? Si lo desea, podría estudiar ejemplos que se encuentran en las Escrituras en los que el Señor enseñó a las personas línea por línea. Además de la experiencia de Pedro que se encuentra en Hechos 10, los miembros de la clase podrían repasar las experiencias de Nefi (1 Nefi 18:1–3); Alma (Alma 7:8; 16:20); y de Mormón (3 Nefi 28:17, 36–40). ¿Qué otros ejemplos se les ocurren a los miembros de la clase en los que las personas recibieron guía espiritual “un poco aquí y un poco allí”? (2 Nefi 28:30). ¿Por qué en ocasiones el Señor opta por revelar cosas de esa manera en lugar de darnos todas las respuestas de una sola vez? (véanse D. y C. 50:40; 98:12). Una analogía como la siguiente podría resultar útil: Supongamos que una persona les sugiere que tomen una clase de cálculo antes de aprender álgebra o geometría. ¿Cómo responderían? ¿Cómo se relaciona esto con el modelo que sigue el Señor para revelar la verdad?

  • En ocasiones los miembros tienen preguntas o inquietudes sobre los cambios que se hacen en las normas y los programas de la Iglesia. Podría resultar útil si analizan la manera en que la revelación de empezar a predicar el Evangelio a los gentiles (véase Hechos 10) reemplazó las instrucciones anteriores que el Señor dio a Sus discípulos (véase Mateo 10:1, 5–6). ¿Cómo responderían los miembros de la clase a una persona de la época de Pedro que estuviera en desacuerdo con las instrucciones que él dio debido a que eran contrarias a lo que se practicaba en esa época? ¿De qué forma puede ayudarnos la revelación que se encuentra en Hechos 10 a dar oído a la revelación continua del Señor por medio de Su profeta?

  • Podría ser interesante repasar juntos la deliberación en consejo que tuvieron los apóstoles, tal como se describe en Hechos 15:1–22, y la carta que ellos escribieron a los santos (véanse los versículos del 23 al 29). También podría mostrar el video “La conferencia de Jerusalén” (LDS.org). ¿Qué pregunta tenían los discípulos? ¿Cómo buscaron una respuesta? La cita del presidente Gordon B. Hinckley que se encuentra en “Recursos adicionales” podría ayudar a explicar la forma en que el Señor guía a Su Iglesia por medio de la revelación a apóstoles y profetas.

Hechos 10:9–48

“Dios no hace acepción de personas”.

  • ¿Se beneficiarían los miembros de la clase al analizar lo que significa “no [hacer] acepción de personas”? Podría comenzar invitando a la clase a leer los pasajes de las Escrituras que enseñan que Dios no hace acepción de personas, tales como Romanos 2:1–11; 1 Nefi 17:34–40; 2 Nefi 26:32–33; Alma 5:33; Moroni 8:12; y Doctrina y Convenios 1:34–35. Pida a los miembros de la clase que escriban posibles definiciones de “no [hacer] acepción de personas” conforme a lo que lean y que después compartan lo que hayan escrito. Quizá necesite ayudar a los miembros de la clase a comprender que “no [hacer] acepción de personas” no significa que Dios bendice a todos por igual, independientemente de sus actos. Él desea que todos Sus hijos acepten Su Evangelio; no obstante, la plenitud de las bendiciones del mismo están reservadas para aquellos que hacen convenios con Él y los guardan. ¿De qué forma muestran los acontecimientos y principios que se encuentran en Hechos 10:34–48 que Dios no hace acepción de personas? ¿Cómo pueden los justos ser “aceptados” y “favorecidos” por Dios a pesar de que Él no hace acepción de personas? (véanse Hechos 10:34–35; 1 Nefi 17:35).

Hechos 12:1–17

Las oraciones de los justos pueden efectuar grandes milagros.

  • El relato de la liberación de Pedro de la cárcel que se encuentra en Hechos 12:1–17 puede ayudar a los miembros de la clase a fortalecer su fe en el poder de la oración. Tal vez un miembro de la clase podría ir preparado para compartir los detalles de este relato y su testimonio de la oración; o podría invitar a uno o a varios miembros del barrio o de la rama a compartir sus experiencias en las que hayan sentido o sido testigos del poder de las oraciones que ofrecen los miembros en unión. También podrían cantar himnos sobre la oración (tal como “¿Pensaste orar?”, Himnos, nro. 81) y analizar lo que los himnos nos enseñan en cuanto al poder de la oración.

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Alentar el aprendizaje en el hogar

Invite a los miembros de la clase a que piensen en algunas razones por las que a veces no compartimos el Evangelio con los demás. Sugiérales que el estudio de Hechos 16–21 podría ayudarles a superar los obstáculos que les impidan compartir el Evangelio.

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Recursos adicionales

Hechos 10–15

Cómo recibir revelación línea por línea.

El élder David A. Bednar hizo las siguientes observaciones en cuanto al modelo de revelación que emplea el Señor: “muchos de nosotros típicamente damos por sentado que recibiremos una respuesta o un susurro a nuestras oraciones y ruegos fervientes. Además, con frecuencia esperamos que tal respuesta o susurro se recibirá de manera inmediata y al mismo tiempo. Por consiguiente, tendemos a creer que el Señor nos dará una gran respuesta rápida y todo al mismo tiempo. No obstante, el modelo que repetidamente se describe en las Escrituras sugiere que recibimos ‘línea por línea, precepto por precepto’ o, en otras palabras, muchas respuestas pequeñas durante un período de tiempo. Reconocer y comprender ese modelo es una clave importante para obtener inspiración y ayuda del Espíritu Santo” (véase “Line upon Line, Precept upon Precept”, New Era, septiembre de 2010, páginas 3–4).

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Jovencita leyendo las Escrituras

La revelación personal a menudo llega con el tiempo por medio del esfuerzo constante.

El élder Dallin H. Oaks dio este consejo: “Debemos estudiar las cosas en nuestra mente, valiéndonos del raciocinio que nuestro Creador nos ha dado. Luego, debemos orar para recibir dirección, y tomar las medidas necesarias cuando la recibamos. Si no la recibimos, deberemos actuar basándonos en nuestro mejor discernimiento” (“Nuestros puntos fuertes se pueden convertir en nuestra ruina”, Liahona, mayo de 1995, pág. 15).

El presidente Gordon B. Hinckley compartió esta perspectiva en cuanto a prestar servicio en los consejos presidentes de la Iglesia:

“Al tomar en consideración los asuntos, puede haber diferencias de opinión, lo cual es de esperarse, pues todos estos hombres provienen de diferentes circunstancias; todos tienen su propia opinión… 

“… ese proceso ha sido un tamiz en el que se han cernido y seleccionado ideas y conceptos. No obstante, nunca he observado entre mis hermanos seria discordia ni enemistades; en cambio, he observado algo hermoso y extraordinario que ha tenido lugar: bajo la influencia directa del Santo Espíritu y con el poder de la revelación, he visto la unificación de diferentes puntos de vista hasta lograr una armonía y un acuerdo totales. Solamente entonces se pone en práctica la decisión. Testifico que eso representa el espíritu de revelación manifestado una y otra vez en la dirección de esta, la obra del Señor” (véase “La obra sigue adelante”, Liahona, julio de 1994, pág. 66).

Cómo mejorar nuestra enseñanza

Comience con las Escrituras. Antes de recurrir a los recursos adicionales, estudie con diligencia las Escrituras antiguas y modernas. Al estudiar la palabra de Dios con espíritu de oración permitirá que el Espíritu le ayude a recurrir a lo que haya estudiado cuando enseñe (véase Enseñar a la manera del Salvador, pág. 12).