2002
Fortalezcamos nuestros matrimonios, familias y hogares
junio de 2002


Mensaje de las Maestras Visitantes

Fortalezcamos nuestros matrimonios, familias y hogares

Lea lo siguiente con las hermanas a las que visite y analice con ellas las preguntas, los pasajes de las Escrituras, así como las enseñanzas de los líderes de la Iglesia. Comparta sus experiencias y su testimonio, e invite a las hermanas a las que enseñe a hacer lo mismo.

¿Cuál Es el Concepto Que el Señor Tiene del Matrimonio, de la Familia Y del Hogar?

Marcos 10:6–8: “…al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios.Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer,y los dos serán una sola carne”.

La Primera Presidencia y el Quórum de los Doce Apóstoles: “El matrimonio entre el hombre y la mujer es ordenado por Dios… Los matrimonios y las familias que logran tener éxito se establecen y mantienen sobre los principios de la fe, la oración, el arrepentimiento, el perdón, el respeto, el amor, la compasión, el trabajo y las actividades recreativas edificantes” (“La familia: una proclamación para el mundo”, Liahona, octubre de 1998, pág. 24).

Élder Robert D. Hales, del Quórum de los Doce Apóstoles: “¿Qué sucede si son solteros o si no han sido bendecidos con hijos? ¿Les debe preocupar el consejo con respecto a las familias? Sí, es algo que todos debemos aprender en la vida en la tierra. Los adultos que no se han casado a menudo pueden ser una fortaleza especial en la familia, convirtiéndose en una tremenda fuente de apoyo, de aceptación y de amor a sus familias y a las familias de los que los rodeen” (“El fortalecimiento de las familias: nuestro deber sagrado”, Liahona, julio de 1999, pág. 40).

¿Cuáles Son las Cosas Sencillas Que Contribuyen a la Creación de Lazos Familiares Fuertes?

Mosíah 4:15: “…les enseñaréis a amarse mutuamente y a servirse el uno al otro”.

La Primera Presidencia: “Aconsejamos a los padres y a los hijos que den una prioridad predominante a la oración familiar, a la noche de hogar para la familia, al estudio y a la instrucción del Evangelio y a las actividades familiares sanas. Sin importar cuán apropiadas puedan ser otras exigencias o actividades, no se les debe permitir que desplacen a los deberes divinamente asignados que sólo los padres y las familias pueden llevar a cabo en forma adecuada” (Carta de la Primera Presidencia, 11 de febrero de 1999; véase Liahona, diciembre de 1999, pág. 1).

Presidente Gordon B. Hinckley: “Un buen matrimonio requiere tiempo; requiere esfuerzo. Tienen que dedicarle esfuerzo; tienen que cultivarlo; tienen que perdonar y olvidar; tienen que ser absolutamente leales el uno al otro” (“Las obligaciones de la vida”, Liahona, mayo de 1999, pág. 4).

“No sé de una sola práctica que pueda tener un efecto más saludable sobre su vida que la práctica de arrodillarse juntos al empezar y al terminar cada día. De algún modo, las pequeñas tormentas que parecen afligir todo matrimonio se disipan cuando, al estar arrodillados ante el Señor, le dan gracias por su cónyuge… y entonces juntos invocan Sus bendiciones sobre su vida” (véase “‘Si Jehová no edificare la casa…’”, Liahona, octubre de 1971, págs. 30–31).

Élder Richard G. Scott, del Quórum de los Doce Apóstoles: “Si eres una persona soltera y aún no cuentas con un firme candidato para un matrimonio celestial, vive para lograrlo. Ora por ello. Espéralo en el debido tiempo del Señor. No transijas en tus normas de ningún modo que pueda impedirte esa bendición, ya sea de éste o del otro lado del velo” (“Recibe las bendiciones del templo”, Liahona, julio de 1999, pág. 31).