2002
El corazón de los hijos
agosto de 2002


Tiempo Para Compartir

“El corazón de los hijos”

“El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres” (Malaquías 4:6).

¿Alguna vez has deseado ser mayor? Debes tener 12 años para poder bautizarte por los muertos en el templo; debes ser adulto para recibir tu propia investidura o casarte allí. Puede parecerte que tiene que pasar mucho tiempo antes de que tengas la edad apropiada para ayudar en la obra del templo.

Pero hay ciertas cosas que ya puedes hacer. El presidente Spencer W. Kimball (1895–1985) dijo: “Exhorto al pueblo de esta Iglesia a brindar seria atención a su historia familiar… y exhorto a que cada persona haga que sus hijos comiencen también a escribir un diario personal” (“El verdadero camino”, Liahona, agosto de 1978, pág. 3).

¿Por qué es importante llevar un diario y hacer la obra de la historia familiar? El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Todo nuestro vasto esfuerzo de historia familiar está orientado hacia la obra del templo, y no tiene ningún otro propósito. Las ordenanzas del templo se convierten en las bendiciones supremas que la Iglesia tiene para ofrecer” (“Nuevos templos para proporcionar ‘las bendiciones supremas’ del Evangelio”, Liahona, julio de 1998, pág. 96).

La obra de la historia familiar y los diarios ayudan a “volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres” (Malaquías 4:6). Al aprender relatos sobre tus antepasados, puedes comprenderles y llegar a quererles. Al escribir en tu diario, recuerdas las bendiciones del Señor y así ayudas a tus hijos futuros a comprenderte.

También puedes hacer lo correcto para que cuando seas mayor, puedas ir al templo; además puedes ser digno de regresar al templo y ayudar a tus antepasados a recibir “las bendiciones supremas que la Iglesia tiene para ofrecer”.

Instrucciones

Pega la página 13 sobre una cartulina gruesa y recorta los tres corazones. Dóblalos por la mitad y pega cada mitad a la mitad de otro corazón, como en el dibujo. Realiza los agujeros donde se indique y pasa un hilo por cada uno; luego ata todos los hilos en uno. Cuelga el corazón donde te recuerde que escribas en tu diario.

Ideas para el Tiempo para compartir

  1. 1. Pida a los niños que representen el relato de cuando Nefi regresó por las planchas de bronce (véase 1 Nefi 3–4). Empleen placas o tarjetas con los nombres de los personajes o vestidos sencillos para identificar cada parte. Luego divida los niños en siete grupos. Entregue a cada grupo uno de los siguientes pasajes de las Escrituras: Jeremías 30:1–2; 1 Nefi 19:1; Jacob 4:1–4; Enós 1:1–2, 13, 16; Alma 37:1–3; 3 Nefi 5:14–15, 20; Abraham 1:31. Pida a cada grupo que lea su pasaje y que hable de quién llevó el registro, qué se escribió en él y por qué lo escribió esa persona. Lean Omni 1:17 y explique qué sucede cuando no se llevan registros. Explique que uno de los motivos más importantes de llevar registros, según se nos indica en el Libro de Mormón, fue el testificar de Jesucristo (véase 1 Nefi 13:40).

  2. 2. Invite a algunos miembros del barrio o de la rama a compartir algo de sus diarios. Pídales que expresen el valor que éstos tienen para ellos así como para su posteridad. En colaboración con el líder de la música, canten canciones que ayuden a los niños a recordar acontecimientos de su vida. Pídales que hagan una línea cronológica en la que anoten, con palabras sencillas, lo que les haya ocurrido en diferentes momentos de su vida. Comiencen cantando “Soy un hijo de Dios” (Canciones para los niños, 2–3), y pídales que escriban la fecha de su nacimiento. Canten canciones que representen las diferentes edades y las diferentes épocas del año, tales como canciones de Navidad o de cumpleaños.