2004
Ella fue mi respuesta
julio de 2004


Ella fue mi respuesta

Un día nublado de hace muchos años, mi amiga me llamó para pedirme que la acompañara al Templo Jordan River, Utah. No estaba segura de querer salir, ya que me sentía oprimida por las cosas del mundo. Sentía que no valía nada y, entre otras cosas, sentía que en el barrio no se me necesitaba.

Tras vacilar un poco, acepté la invitación de mi amiga, con una oración en el corazón para pedir que al hacer la obra del Señor, Él me ayudara a encontrar la paz mental y una respuesta a mis oraciones.

Disfruté de la sesión en el templo pero no sentí ninguna respuesta concreta a mi petición de ayuda. Después de haberme preparado para irme y mientras esperaba a mi amiga, una mujer en silla de ruedas chocó contra mí. Al agacharme para aliviarme el dolor de la pierna, oí que decía con una voz dulce: “Lo siento. Discúlpeme”. Me acarició la cabeza. “¿Se encuentra bien, hermana?”.

Levanté la vista y encontré un rostro angelical lleno de amor; ella me miró a los ojos y, apretándome tiernamente la mano, dijo: “Esta Iglesia la necesita, y hay tantos que precisan de su amor. Sirva a los demás y ellos la servirán a usted. En el reino del Señor a usted se le necesita, se le quiere y se le ama”.

Los ojos se me llenaron de lágrimas y lloré durante unos minutos mientras ella me acariciaba la cabeza. Al recobrar la compostura, me sequé las lágrimas de gozo y le dije: “Usted ha contestado mi oración”.

Me di cuenta de que hablaba con Camilla Eyring Kimball, cuyo esposo, el presidente Spencer W. Kimball (1895–1985), había dicho: “Dios nos ve y vela por nosotros; pero, generalmente es por intermedio de otra persona que Él atiende a nuestras necesidades” (“La vida plena”, Liahona , junio de 1978, pág. 3).

Hallé las fuerzas para volver a casa con gozo y dar de mi amor a partir de ese día. Jamás olvidaré la paz que recibí y la inesperada respuesta a mi oración aquel glorioso día en la casa del Señor.

Dori Wright es miembro del Barrio Lakeview, Estaca Tooele Este, Utah.