2004
La familia es lo primero en Ucrania
septiembre de 2004


La familia es lo primero en Ucrania

Los santos de Kharkov, Ucrania, se esfuerzan por fortalecer a sus familias a pesar de los muchos obstáculos que deben superar.

La mañana del 19 de agosto de 1991, las familias de Ucrania se despertaron con la sorprendente noticia de que el régimen bajo el que habían vivido durante casi 70 años de repente había dejado de existir. La vida cambió por completo en un instante.

Dmitry Mikulin, de Kharkov, Ucrania, recuerda bien aquella mañana y los desorientadores días subsiguientes. “Nos acostamos en un país y nos despertamos en otro”, dice. “Casi de inmediato, la gente empezó a disfrutar de verdadera libertad en muchas facetas de la vida”.

Muchos consideraron que la libertad para creer en Dios era una gran bendición. El élder Boyd K. Packer, del Quórum de los Doce Apóstoles, dedicó la tierra de Ucrania para la predicación del Evangelio restaurado el 12 de septiembre de 1991. Un año más tarde, los primeros misioneros llegaron a Kharkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania; y en enero de 1993, se organizó una rama en la zona residencial Alekseyevka de la ciudad.

En la oración dedicatoria, el élder Packer pidió “que la gente [de Ucrania] sea bendecida con alimentos, ropa y alojamiento”. El conseguir esas cosas indispensables ha sido un reto para la mayoría de los ucranianos. Muchos han tenido que trabajar largas jornadas a expensas del tiempo para sus familias. Para otros, la oportunidad de enriquecerse mediante las empresas privadas es lo que les ha impedido dedicarse a sus familias. Por si eso fuera poco, Ucrania tiene una de los índices más elevados de divorcio del mundo, el número de nacimientos fuera del matrimonio va en aumento y cada vez hay más parejas que deciden tener un solo hijo o no tener ninguno. En cierto modo, para muchos ciudadanos de Ucrania, parecería que la familia ha perdido gran parte de su razón de ser.

Sin embargo, los Santos de los Últimos Días de Kharkov dicen que la Iglesia ha contribuido a restaurar su fe en la familia. Dmitry, un ex misionero que recientemente se trasladó de Kharkov a Moscú y que ahora sirve como segundo consejero de la presidencia de la Misión Rusia Moscú Sur, es uno de esos santos valientes. Se selló a su padre y a su madre en el Templo de Freiberg, Alemania, en abril de 2000, y a su esposa, Viktoriya, en el Templo de Estocolmo, Suecia, en agosto de 2003.

“Cuando conocimos el Evangelio restaurado, nos brindó esperanza, un firme cimiento y fe en la vida eterna de nuestra familia”, dice. “Los problemas que antes parecían tan importantes se volvieron insignificantes. Las prioridades de nuestra familia cambiaron; adquirimos nuevos valores y confianza, y nos sentimos protegidos”.

Sergey, el padre de Dmitry, sirve actualmente como presidente del Distrito Kharkov, y agrega: “Nuestra Iglesia es el único lugar donde la gente aprende la verdad sobre la familia”.

Debido a ello, los miembros de la Rama Alekseyevka se han hecho el cometido de fundamentarse sobre principios eternos a fin de fortalecer a la familia, no sólo a sus propias familias, sino a todas las que se afanan por estar en el mundo, pero sin ser del mundo (véase Juan 17:11–14). La actitud de “la familia es lo primero” ha ayudado a muchos a ser felices en el hogar a pesar de las interferencias inherentes a la Ucrania actual. Para los santos de Alekseyevka, la familia y las metas eternas forman parte de todo lo que hacen.

Permaneced en lugares santos

Vitaly Yemtsov sirvió en el ejército soviético destacado en el lado oriental del muro de Berlín en 1988. “Tuve una infancia normal”, dice el hermano Yemtsov, “pero cuando viví en Alemania, vi el sufrimiento de las familias bajo un gobierno extranjero. Me sentí mal por ellos. Muchas veces los soldados los trataban con dureza. Después de esa experiencia, deseé tener una vida familiar mejor que la de aquellas personas, mejor incluso que la de mi propia familia”.

Finalizado su servicio en el ejército, Vitaly Yemtsov y un amigo de la infancia se sintieron insatisfechos con el vacío espiritual que experimentaban y se dedicaron a buscar la verdad. Ambos aceptaron rápidamente el Evangelio restaurado a los pocos meses de que la Iglesia llegara a Kharkov. “Cuando conocí a los misioneros, por fin hallé alimento espiritual, especialmente para la familia”, dice. “Hallé aquello de lo que todos a mi alrededor carecen”.

Sin embargo, la fe no libra al hermano Yemtsov ni a su esposa, Lyudmila, de los retos y las presiones amenazadoras del diario vivir que afectan a su familia. En el plazo de 18 meses, ambos dejaron unos empleos donde recibían un buen sueldo, pero que exigían que sacrificaran mucho del tiempo que querían dedicar a su familia. Los dos encontraron nuevos trabajos con salarios semejantes. Aun así, la vida cotidiana muchas veces hace que sea difícil centrarse en la familia. El hermano Yemtsov trabaja nueve horas al día, seis días a la semana, pintando y reparando automóviles. La hermana Yemtsov trabajaba hasta hace poco como gerente de un almacén, y ahora trabaja en un centro para la tercera edad. Además, Vitaly sirve como presidente de rama y maestro de instituto, y Lyudmila sirve como presidenta de las Mujeres Jóvenes de distrito.

Como sucede con otros habitantes del país, los Yemtsov se enfrentan continuamente con las dificultades que manan de las influencias que sutilmente atacan a la familia. El hermano Yemtsov a menudo se siente aislado en el trabajo por ser el único empleado que no fuma ni bebe. “Todos se sorprendieron cuando les dije que no hacía nada de eso”, dice. “Al principio había quienes me creían loco, aunque la mayoría me respeta por ello”.

El alcoholismo es un problema serio en Ucrania; hay gente que no conoce a nadie que no beba. Fumar es un hábito muy extendido, sobre todo entre los jóvenes. Las imágenes pornográficas son visibles en los anuncios y se venden casi en cada esquina.

“Hay tentaciones por doquier”, dice la hermana Yemtsov. “Satanás trabaja diligentemente en nuestro país, pero también lo hace el Espíritu. Hemos descubierto que es importante no sólo pasar tiempo juntos como familia, sino que también lo es lo que se hace durante ese tiempo. Para nosotros, lo más importante es hacer aquello que fortalezca nuestros vínculos”. Por ejemplo, dicen que la oración familiar y el estudio de las Escrituras se han convertido en recordatorios fundamentales y diarios de lo importante que es la felicidad familiar.

“El Señor ha dicho: ‘…permaneced en lugares santos’”, dice el hermano Yemtsov (D. y C. 87:8). “Nos afanamos por que nuestro hogar sea un lugar santo a fin de que el tiempo que estamos juntos nos acerque aún más”.

Escoger aquello que realmente tiene importancia

De haberlo escogido, Aleksandr Chervyakov habría podido tener todo lo material. Nueve años atrás fundó su propia empresa alimenticia tecnológica, donde recibía a clientes de toda Ucrania y de Rusia que deseaban beneficiarse de sus servicios. “Sin la Iglesia no habría tenido problema alguno para convertirme en una de esas personas que trabaja todo el tiempo y gana más dinero del que necesitará jamás, pero que carece de las bendiciones de una familia eterna y amorosa”, admite el hermano Chervyakov.

Afortunadamente, cuando dos jóvenes misioneros le preguntaron si le gustaría saber más sobre Jesucristo, dijo que sí. Él, su esposa, Lyudmila, y su hija, Inna, se bautizaron en 1995 y desde entonces ha ido reduciendo su jornada laboral para fortalecer sus relaciones familiares y servir en la Iglesia. Ha sido presidente de rama y actualmente sirve como segundo consejero de la presidencia de la rama. La familia Chervyakov se selló en el templo en agosto de 1997.

“La noche de hogar ha sido un aspecto que nos ha permitido conservar nuestras prioridades en orden”, dice Aleksandr. “Es muy fácil olvidar lo que es verdaderamente importante. La noche del lunes se convierte en una gran oportunidad de olvidar todo lo que carece de importancia y de concentrarse en nuestra familia”.

Dice con respecto a las actividades de la noche de hogar: “Siempre leemos las Escrituras o artículos de la revista Liahona. En caso de haber cuestiones relacionadas con la familia, las tratamos en la noche de hogar. En estos momentos, estamos hablando de a qué universidad irá Inna cuando se gradúe el año próximo. Últimamente hemos hablado mucho de ello. Lo pasamos bien; creo que uno de los grandes secretos de la vida es que el pasar tiempo con la familia resulta divertido. A veces incluso bailamos”.

Compartir la verdad

El presidente Gordon B. Hinckley ha dicho: “Creemos que [la familia] es la unidad básica de la sociedad. Es imposible tener una comunidad fuerte sin tener familias fuertes. No se puede tener un país fuerte sin familias fuertes, sin un padre, una madre e hijos que formen una unidad que trabaja en unión. Vemos que las familias se están desmoronando en los Estados Unidos, en todo el mundo, pero si tan sólo cultivamos una vida familiar buena y sana entre nuestros miembros, no me preocupo demasiado por el futuro de esta Iglesia”1.

Desgraciadamente, hay muchas familias con problemas, si bien también hay grandes esperanzas debido a la dedicación de los santos. Muy poca gente en Ucrania sabe de los principios eternos que conducen a la felicidad en la familia, aunque su número va en aumento. Cuando los miembros viven esas enseñanzas, sus amigos y familiares se dan cuenta. Hay abundantes oportunidades de compartir la paz que los miembros experimentan en casa gracias a su diligencia para establecer una casa de Dios.

El presidente Hinckley señaló: “Si vivimos el Evangelio, la gente vendrá a la Iglesia. Verán lo virtuoso de nuestra vida, les atraerá el mensaje que tenemos para enseñar y que hace gran hincapié en la familia”2. Éste es el mensaje que han adoptado los santos de Kharkov.

Marina Mikhailovskaya es miembro de la Rama Alekseyevka, Distrito Kharkov, Ucrania. Benjamin Gaines pertenece al Barrio Belmont 1, Estaca Cambridge, Massachusetts.

Notas

  1. Entrevista con Ignacio Carrión, El País, 7 de noviembre de 1997; citado en “La noche de hogar para la familia”, Liahona, marzo de 2003, pág. 5.

  2. Citado en Liahona, marzo de 2003, pág. 5.