2005
Aprendamos de José Smith
abril de 2005


Aprendamos de José Smith

José Smith tenía tan sólo catorce años de edad cuando su deseo de conocer la verdad lo llevó a una arboleda cercana a su hogar para orar. Como respuesta a su oración, recibió la visita de Dios el Padre y de Su Hijo Jesucristo. Ellos le hablaron, le enseñaron y contestaron su oración.

Para algunas personas es difícil creer en esa Primera Visión y en muchos maravillosos acontecimientos más de la restauración de la Iglesia, pero hay quienes saben que esa visión sí ocurrió en una arboleda de una pequeña granja del estado de Nueva York en la primavera de 1820. Lee el siguiente artículo que te informará de jóvenes de catorce años de edad de todo el mundo que creen con todo el corazón que José Smith es un profeta de Dios.

Viliame Malani

Admiro a José Smith por todo lo que sufrió cuando era un adolescente. En todas sus pruebas, siguió fiel y tuvo la mira puesta únicamente en la gloria de Dios.

Él me ha enseñado muchas cosas: a escuchar al Espíritu Santo, a hacer lo correcto y a defender lo que es verdadero.

Yo sé que él fue un profeta de Dios y que restauró la Iglesia verdadera. Sin él, no tendríamos la plenitud del Evangelio, y yo no estaría donde estoy hoy. Eso me hace sentir humilde. Estoy agradecido por la Iglesia restaurada.

Viliame Malani, Barrio Samabula 1 (Inglés), Estaca Suva Norte, Fiji

Camila Eugenia Bardi Aguirre

José Smith tuvo mucho valor para hacer todo lo que hizo, pero también estaba bien preparado, porque una visión no se da a cualquiera; tiene que ser alguien que esté preparado.

Al seguir los susurros del Espíritu Santo, los jóvenes de hoy también pueden lograr muchas cosas buenas si decidimos hacerlas.

Yo sé que José Smith vio al Padre y al Hijo y que el Salvador le aconsejó no unirse a ninguna iglesia. También sé que José Smith fue muy valiente y murió defendiendo el Evangelio. Sé que si escudriñamos las Escrituras, oramos sinceramente, somos obedientes y tenemos fe en el Padre y en el Hijo, podremos regresar a Su presencia.

Camila Eugenia Bardi Aguirre, Barrio Buenos Aires, Estaca Los Alpes, Cartagena, Colombia

Randy Horita Temarohirani

Es importante saber que José Smith pudo orar y recibir una respuesta a sus oraciones, pero también es importante saber que Dios contestará las mías.

Yo sé que el profeta José Smith sobrellevó bien muchas dificultades. Sé que es por él que fue restablecida la Iglesia, que el sacerdocio ha sido restaurado en la tierra y que sabemos más acerca de nuestro Padre Celestial y el Salvador. Trato de seguir su buen ejemplo, pero es difícil. A veces me falta la fe, pero luego pienso en lo que él pasó, lo que sufrió por nosotros, y me da el valor que necesito para ser un poco más fuerte y aguantar un poco más. Sé que estamos en la Iglesia verdadera y que tenemos con José Smith una gran deuda de gratitud.

Randy Horita Temarohirani, Rama Mahu, Distrito Tubuai, Australes

Ha-Nul Park

El Señor contestó la oración de José Smith y también contesta las oraciones de los jóvenes. Yo puedo sentir que también contesta mis oraciones. Un día tuve una dificultad con una amiga, y más tarde, al leer la revista Liahona, leí un versículo que dice: “Amad a vuestros enemigos” (Mateo 5:44). Eso me ayudó a superar el problema y volvimos a ser amigas. Creo que ésa fue una respuesta a mis oraciones.

José Smith también organizó la obra misional y por ese medio la Iglesia ha crecido mundialmente. Aun en tierras tan lejanas como Corea, sabemos cómo obtener la vida eterna.

Ha-Nul Park, Barrio Sinchon, Estaca Seúl Norte, Corea

Robin Renae Doney

Mi testimonio creció al aprender acerca de José Smith cuando era pequeña y al leer historias acerca de él. Pero al ir creciendo, he leído las Escrituras más y he pensado más en las experiencias de él. Los sentimientos que tengo al aprender, pensar o leer acerca de él han acrecentado aún más mi testimonio. El conocer las dificultades y las experiencias que él tuvo me sirve para escoger lo correcto cuando estoy en situaciones en las que me siento tentada o presionada a no hacerlo.

Yo sé que José Smith fue un profeta de Dios. Sé que realmente oró en la Arboleda Sagrada y que vio a nuestro Padre Celestial y a Su Hijo Jesucristo, quien expió nuestros pecados.

Robin Renae Doney, Barrio Essex, Estaca Montpelier, Vermont

Spencer Yamada

Yo creo que José Smith recibió la visita de nuestro Padre Celestial y de Jesucristo y que recibió la misión especial de restaurar la Iglesia. Me pregunto cómo habría reaccionado yo si nuestro Padre Celestial se me hubiera aparecido de repente. Para mí habría sido un impacto muy fuerte, pero José Smith lo supo llevar muy bien. Realmente estaba dedicado a encontrar la verdad.

Cuando escucho todo lo que él pasó para edificar la Iglesia, me sirve para no quejarme ni lamentarme tanto.

Sin el profeta José, no habría Iglesia y la Iglesia es mi fundamento.

Spencer Yamada, Barrio Manhattan Segundo, Estaca Nueva York, Nueva York

Fam Suet Ling Roslyn

Una noche leí el Libro de Mormón y me sobrevino una sensación de paz; entonces supe que las enseñanzas del Libro de Mormón son verdaderas y que José Smith vio a nuestro Padre Celestial y a Jesucristo. También sé que José Smith tradujo el Libro de Mormón y restauró el Evangelio en la tierra.

José Smith padeció grandes pruebas y tribulaciones y pudo superarlas. También fue muy valiente al levantarse y testificar a los predicadores y profesores de las otras iglesias. Aunque ellos lo persiguieron, José Smith sabía que había visto una visión y tenía la convicción de seguir la verdad. Por medio de él, aprendí a defender la verdad y a perseverar hasta el fin.

Fam Suet Ling Roslyn, Barrio Ipoh 1, Distrito Ipoh, Malasia

¿Por qué un joven de catorce años de edad?

“Cuando era un jovencito, José fue [a la arboleda]. Muchas veces me he preguntado por qué el Señor habrá querido que fuese a la arboleda siendo tan sólo un jovencito de catorce años de edad. ¿Por qué no esperó hasta que él [José] tuviera 20, 30 o 40 años, cuando hubiera alcanzado la madurez que viene con la edad? Fue a la arboleda —el Señor lo permitió— y dio respuesta a su pregunta porque la buscó en perfecta confianza, siendo un jovencito. No había ninguna duda en su mente. Él dijo que si alguien necesitaba sabiduría, era él, y la pidió, con plena confianza de que algo sucedería como resultado de su oración. No tenemos registro de lo que contenía la oración de José, pero sabemos que hizo una súplica y que se llevó a cabo una conversación. Y José Smith aprendió más en esos minutos, hayan sido largos o breves, en cuanto a la naturaleza de Dios, que lo que jamás habían aprendido los teólogos eruditos de todas las épocas”.

Presidente Gordon B. Hinckley, “Pensamientos de inspiración”, Liahona, agosto de 1997, págs. 4–5.