2005
Jóvenes pioneros de Malasia
julio de 2005


Jóvenes pioneros de Malasia

Por Henry y Jeneal Call

Ser primero significa algo diferente para cada persona. Primero puede significar alcanzar la meta final antes que el competidor que esté más cerca o ser el primogénito de la familia, el primero en salir de misionero o el primero en terminar la escuela segundaria.

Durante los últimos años, la vida de los jóvenes Santos de los Últimos Días de Malasia ha estado llena de diferentes clases de “primeros”: “primeros en el Evangelio”. El Distrito Ipoh, Malasia, se organizó en 2003; y desde ese entonces, los jóvenes del lugar han participado en su primera conferencia para la juventud, planeada por ellos mismos, y han asistido a su primera graduación de seminario de distrito. El Distrito Ipoh, Malasia, está compuesto sólo de tres ramas, pero la juventud está decidida a compartir su testimonio con otras personas con el fin de ayudar en el crecimiento de la Iglesia. Esperan pertenecer algún día al primer barrio de Malasia Occidental.

“No siempre se llega a ser primero en todo”, dice Malvinder Singh, de 16 años, que se unió a la Iglesia en 1998. “Pero nosotros somos pioneros aquí”.

Fortaleciéndonos los unos a los otros en la conferencia para la juventud

El año pasado, en la conferencia para la juventud, el ambiente vibraba de gritos de entusiasmo al vivir los adolescentes otro “primero”: el béisbol. Sólo dos o tres de los jóvenes que asistieron a la conferencia habían jugado antes al béisbol, por lo que recibieron la asignación de explicar las reglas a los demás.

“Fue una experiencia nueva aprender a jugar al béisbol, dado que los deportes que se juegan aquí son el fútbol y el bádminton”, dice Malvinder.

Además del béisbol, en la conferencia para la juventud, hubo muchos otros divertidos juegos y actividades. Sin embargo, aun cuando los jóvenes disfrutaron de las actividades, dijeron que lo que recordarían más acerca de ella, sería la oportunidad que tuvieron de conocer personas con creencias semejantes a las suyas y el hecho de haber adquirido valor al saber que no estaban solos.

Ariana Dabier, una Damita, dice: “Es maravilloso ver tanta juventud de Malasia como yo —que se enfrenta con las mismas pruebas y tentaciones— y que, a pesar de todo, se mantiene firme en la fe. Ahora sé que no importa a dónde vaya en esta tierra, el Evangelio será el mismo”.

Comentarios de los graduados de seminario

Otro “primero” relacionado con el Evangelio que los jóvenes experimentaron recientemente fue la oportunidad de asistir a su primera graduación de seminario de distrito. Tres jóvenes malasios —Kelvin Anand Kumar, Aun Luck Tan Ernest y Hamish Steven Parsons— obtuvieron diplomas de seminario.

Kelvin, que se bautizó en 1999, asistió a seminario durante los cuatro primeros años después de haberse hecho miembro de la Iglesia. Él explica que el conocimiento que adquirió allí acrecentó su testimonio. “Me siento feliz de haberme graduado de seminario”, dice. “El seminario me ayudó a tomar decisiones acertadas y a planear mis estudios académicos. Por motivo de lo que aprendí allí, sé que algún día me casaré en el templo”.

Los jóvenes dicen que los ejemplos de Kelvin y de los demás graduados los alientan a asistir fielmente a seminario. El asistir a las clases de seminario es difícil para los adolescentes malasios debido a que los estudios y las tareas escolares ocupan casi todo su tiempo libre. Ellos van a la escuela secundaria seis días a la semana y la mayoría estudia también con un profesor privado después de clase.

Jaslinder Kaur, una Damita de la Rama Ipoh 2, dice que la mayoría de sus amigos no comprenden su decisión de asistir a seminario. “Cuando le dije a mi amiga que voy a la Iglesia temprano por la mañana para aprender más acerca de nuestro Padre Celestial y de Su Hijo, ella me dijo que estaba loca y que iban a bajar mis calificaciones”, comenta. “Pero el seminario me ayuda a tener buenas calificaciones gracias a que he sacrificado mi tiempo por nuestro Padre Celestial. Cuando llego a la escuela, mi mente está alerta y me concentro mejor en mis estudios”.

Malvinder Singh, también dice que el asistir a seminario le ha ayudado a tener éxito en la escuela. Los alumnos malasios deben pasar una prueba muy difícil dos veces durante la enseñanza media. El resultado de esos exámenes determina a qué colegios universitarios podrán asistir y qué profesiones podrán seguir. Aun cuando éste fue un año importante de exámenes para Malvinder, él escogió asistir a seminario. Dice que sabe que el Padre Celestial lo bendijo por su decisión ayudándolo a salir bien en las pruebas. “La fe es lo más importante que he aprendido en seminario”, dice.

Como pioneros

Los misioneros han estado en Malasia Occidental en forma permanente sólo desde 1980, por lo que no hay todavía muchos miembros en el lugar. En realidad, sólo una de cada 12.015 personas en Malasia —o sea, el 0,01 por ciento de la población— pertenece a la Iglesia. Al igual que los primeros pioneros norteamericanos, los jóvenes y las jovencitas de Malasia saben que muchos de sus amigos y compañeros no han tenido la oportunidad de oír el Evangelio. Esos jóvenes saben que, al compartir su testimonio con sus amigos, pueden ayudar a la Iglesia a crecer.

Los jóvenes también saben que antes de estar preparados para compartir el Evangelio con los demás, deben esforzarse mucho por cultivar un testimonio propio. Los padres de Aun Luck Tan Ernest le enseñaron a éste el testimonio del Evangelio cuando era pequeño, pero él siempre supo que debía averiguar por sí mismo si el Evangelio es verdadero.

“Cuando me bauticé, quise aprender más acerca de Jesucristo”, dice Ernest, de 17 años. “Cuando expresé por primera vez mi testimonio en la reunión sacramental, sabía que Él es el Hijo de Dios. Ése fue el momento más feliz de mi vida, y sigo esforzándome al máximo por fortalecer mi fe y aumentar mi testimonio de Cristo”.

Ernest y los demás jóvenes del distrito de Ipoh saben que su testimonio se fortalecerá a medida que ellos lo compartan. Hay aproximadamente unos 10 jóvenes y unas 10 jovencitas en la Rama Ipoh 2, y siempre que es posible, ellos dan su testimonio en la reunión de testimonios. La presidenta de las Mujeres Jóvenes, Liew Siew Ling Chris, dice: “El escuchar sus testimonios es la bendición más grande para mí”.

La juventud de Malasia Occidental ha sido bendecida con muchos “primeros” en el Evangelio. Mediante experiencias tales como la conferencia para la juventud y el seminario, ellos se han dado cuenta de que no están solos en sus creencias; y ahora han tomado la determinación de cultivar testimonios perdurables propios y de ayudar a difundir las buenas nuevas del Evangelio por toda Malasia.

Henry y JeNeal Call son miembros del Barrio Spanish Hills, Estaca Nevada Lakes, Las Vegas. Ellos prestaron servicio en la Misión Singapur.

Malasia

Malasia, un país del sureste de Asia, está cubierto casi por completo de una jungla espesa y verde. El Distrito Ipoh, Malasia, se encuentra en la parte occidental del país, enclavado en la punta de la Península Malaya, al sur de Tailandia. Malasia Occidental y Malasia Oriental se encuentran separadas por más de 650 kilómetros de mar. Malasia escapó milagrosamente de los grandes estragos que causó el maremoto de diciembre de 2004 debido a que el país está protegido por la isla de Sumatra.

Malasia alberga a más de 60 nacionalidades. La mayoría de los jóvenes habla por lo menos tres idiomas, entre los que se encuentran el malayo, el chino y el inglés; y algunos hablan hasta cuatro y cinco idiomas.