2005
Cómo contribuir al éxito de la noche de hogar
septiembre de 2005


Cómo contribuir al éxito de la noche de hogar

Los jóvenes de Filipinas se dan cuenta de que tienen una gran responsabilidad en el éxito de la noche de hogar.

Lehi, el profeta del Libro de Mormón, nunca vio una presentación de diapositivas creada con un programa de computadora durante su trayecto de Jerusalén a la tierra prometida, por lo que Erika Santillán no está segura de lo que él pensaría al ver una representación de su vida por ese medio de comunicación. Pero a la familia de Erika le pareció una gran idea.

Erika, una Laurel del Barrio Cainta 2, Estaca Taytay, Filipinas, disfruta de la noche de hogar, pero admite que a veces algunas lecciones captan el interés más que otras. Así que cuando le llegó su turno para presentar la lección sobre el sueño de Lehi, en 1 Nefi 8, quiso hacerla divertida.

“Vimos un video de la Iglesia y hablamos sobre él”, dice. “Luego preparé una presentación con computadora sobre el sueño de Lehi para ayudarnos a visualizarlo mejor”. Y agrega con una sonrisa: “Fue realmente de alta tecnología”.

El entusiasmo y la creatividad de Erika no sólo permitieron que su familia comprendiera mejor las Escrituras, sino que además sirvieron para que disfrutaran de otras bendiciones de la noche de hogar.

Los jóvenes de Filipinas empiezan a darse cuenta de que tienen la gran responsabilidad de contribuir al éxito de la noche de hogar.

El secreto del éxito

Los jóvenes filipinos son unos de los muchos en todo el mundo que han descubierto el secreto para tener una noche de hogar de éxito: Cuanto más te prepares para que todo salga bien, tanto más grande será el beneficio que recibirás.

Todo comienza por tener una buena actitud y la disposición de participar, según Michel Angelene Ramírez, una Laurel del Barrio Taytay 1: “Eso sirve para que sea divertido”.

El élder L. Tom Perry, del Quórum de los Doce Apóstoles, ha animado a los jóvenes a poner de su parte para que la noche de hogar sea todo un éxito:

“La responsabilidad de planear y de preparar la noche de hogar no debiera encomendarse solamente a los padres; las de mayor éxito que he presenciado han sido aquéllas en las que toman parte activa los miembros jóvenes de la familia.

“Les recomiendo, excelentes diáconos, maestros y presbíteros, y a ustedes, Abejitas, Damitas y Laureles, que realicen sus mejores aportaciones para que la noche de hogar de su familia tenga el mayor de los éxitos” (véase “Recibí, por tanto, alguna instrucción”, Liahona, julio de 1994, pág. 42).

Su participación no tiene que incluir obligatoriamente una presentación de alta tecnología. Estos jóvenes filipinos están encontrando formas sencillas que aportar cada semana. El simple hecho de ofrecer una oración, leer un pasaje de las Escrituras, dirigir la música o encargarse del refrigerio o de una actividad contribuye al espíritu de armonía y da un buen ejemplo a los hermanos y a las hermanas.

Luego viene la presentación de la lección. Hay quienes se ponen nerviosos, pero dar una lección puede ser una buena experiencia. “Todavía recuerdo la primera lección que di”, dice Milliza Anne Ramírez, de 17 años y a la que llaman Li-anne. “Trató sobre cómo la bondad comienza por uno mismo”.

“Recuerdo una lección que enseñé”, dice su hermana, Michel Angelene. “Di la lección con la ayuda de un póster sobre el lenguaje vulgar” (véase New Era, abril de 1991, pág. 15). Grabamos la lección en video para enviarla a algunos de nuestros parientes. A veces la volvemos a ver”, dice entre risas.

“El participar en la noche de hogar ayuda a nuestra familia a estar más unida”, dice Kyla Medes, una Damita del Barrio Taytay 1.

Las bendiciones del éxito

Estos jóvenes filipinos han descubierto que el llevar a cabo la noche de hogar brinda determinadas bendiciones a sus respectivas familias, entre ellas un aumento en la comunicación entre los miembros de la familia, una mayor unidad familiar y el aprender importantes principios del Evangelio.

“En la noche de hogar hablamos de Jesucristo, de la Iglesia y de los problemas que tenemos”, dice Rhea Reyes, una Abejita del Barrio Taytay 2. “Oramos juntos pidiendo la guía de Dios y Sus bendiciones; eso nos fortalece”.

“Podemos simplemente conversar”, dice Kyla. “Aprendemos cómo funciona la Iglesia, cuánto nos ama Jesús, cómo funciona en realidad la oración”.

“Nos encanta estar juntos. Aprendemos, nos divertimos y nos comunicamos”, dice Michel Angelene. “Cuando nos comunicamos, nos une aún más”.

Los jóvenes se sienten especialmente agradecidos por la oportunidad que les brinda la noche de hogar para hablar abiertamente con sus padres. “Me permite hablar con ellos de cosas serias”, dice Erika. “La noche de hogar es una oportunidad fantástica de conversar con tu familia”.

Estas bendiciones fortalecen a la familia y permiten a sus miembros estar más unidos. Aunque a veces resulta difícil preparar una noche de hogar perfecta cuando el mundo tira de cada uno de nosotros en direcciones diferentes, el esfuerzo vale la pena.

“Cada vez que efectuamos la noche de hogar, ejerce una influencia positiva en nosotros durante el resto de la semana”, dice Dwayne José, un presbítero del Barrio Cainta 1. “Si no la llevamos a cabo, la semana parece incompleta”.

Algo maravilloso

“De esas humildes reuniones [de la noche de hogar] celebradas en la sala de nuestra vieja casa surgió algo indescriptible: se fortaleció el amor que sentíamos por nuestros padres y nuestros hermanos; aumentó el amor que sentíamos por el Señor y creció en nuestro corazón el agradecimiento que sentíamos por las cosas simples y buenas. Esas cosas maravillosas sucedieron porque nuestros padres obedecieron el consejo del Presidente de la Iglesia”.

Presidente Gordon B. Hinckley, “La noche de hogar para la familia”, Liahona, marzo de 2003, pág. 3.