2006
¡Ahora es el momento de servir en una misión!
Mayo de 2006


¡Ahora es el momento de servir en una misión!

Los emocionantes campos de labor misional que se encuentran por todo el mundo permiten que mediante la inspiración del Señor se llame a jóvenes, a jovencitas y a matrimonios devotos a cumplir asignaciones desafiantes.

Sería difícil imaginarme algo más emocionante para los jóvenes, las mujeres o los matrimonios en el mundo de hoy que servir como misioneros de tiempo completo para La Iglesia de Jesucristo de los Últimos Días. El mensaje del Evangelio restaurado que nosotros compartimos es fundamental. Es de Dios nuestro Padre Eterno, es para cada uno de Sus hijos sobre la tierra y está centrado en Su Amado Hijo Jesucristo. Cuando ese mensaje lo comprendemos y lo vivimos, puede reemplazar el tumulto con la paz, el dolor con la felicidad y proporcionar soluciones a los persistentes desafíos de la vida.

Ahora tenemos una dirección muy clara para el éxito misional, y la proporcionan la guía Predicad Mi Evangelio y las fuentes de consulta que se han creado para acompañarla. Las excepcionalmente eficaces nuevas lecciones misionales se basan en la enseñanza por medio del Espíritu en lugar de la memorización, y han mejorado mucho la manera de compartir el mensaje por todo el mundo. A cada presidente de misión se le ha enseñado minuciosamente la forma de usar los nuevos materiales. El resultado es un grupo de presidentes de misión muy capaces, devotos y entusiastas que poseen la capacidad para inspirar y motivar con poder a sus misioneros.

El estudio y la aplicación de cada uno de los misioneros de los conceptos de Predicad Mi Evangelio en todo el mundo han fortalecido nuestra capacidad de proclamar el mensaje de la Restauración y de enseñar el plan de salvación y otros principios del Evangelio. El elevar las normas de dignidad ha tenido consecuencias de largo alcance. Existe más servicio devoto en el campo misional, relaciones más firmes entre compañeros, una enseñanza más eficaz y una mejor retención de conversos.

La guía en conjunto que se brinda para la supervisión de la obra misional no tiene par. A través de ella se apoya la obra misional mundial por medio de las Presidencias de Área, los siete Presidentes de los Setenta, el Quórum de los Doce y el interés personal y concentrado de la Primera Presidencia.

Los emocionantes campos de labor misional que se encuentran por todo el mundo permiten que mediante la inspiración del Señor se llame a jóvenes, a jovencitas y a matrimonios devotos a cumplir asignaciones desafiantes apropiadas a las necesidades y habilidades personales. Me regocijo por tener la oportunidad de participar en esta fascinante obra que bendice poderosamente a tantas personas alrededor del mundo.

El élder M. Russell Ballard ha hablado acerca de crear un hogar en el que se comparta el Evangelio. Yo voy a hablar sobre cómo prepararse para cumplir una misión de tiempo completo, ya sea como élder, como hermana o como matrimonio.

El proceso comienza en casa antes de la edad requerida, cuando los padres inculcan en la mente y en el corazón del niño el concepto de “cuando vaya a la misión”, y no, “si voy a la misión”. A los niños se les enseñan mejor las verdades del Evangelio en casa, donde la instrucción se puede adaptar a la edad y a la capacidad de cada niño. En el hogar, la armadura de la verdad se adapta a las características individuales de cada uno. Las enseñanzas de los padres preparan a los hijos para la vida y a los jóvenes dignos para disfrutar del servicio misional. En casa, la jovencita comprende que su función principal es la de ser esposa y madre; sin embargo, mientras la preparación tiene lugar, se le puede presentar la oportunidad de prestar servicio misional de tiempo completo, siempre que se siga el reciente consejo de la Primera Presidencia que dice: “Se puede recomendar a mujeres solteras mayores de veintiún años… a cumplir una misión de tiempo completo… Estas hermanas pueden realizar una valiosa contribución… pero no se deben sentir presionadas a prestar servicio. Los obispos no las deben recomendar para el servicio misional si éste va a interferir con la posibilidad de un inminente matrimonio”1.

Muchos padres utilizan partes de la guía Predicad Mi Evangelio para hacer hincapié en los conceptos que darán fruto a medida que el testimonio de sus hijos evoluciona durante su crianza en el hogar. Tú que eres niño puedes aprender el modo de cumplir con tus deberes de futuro poseedor del sacerdocio. Se te ayudará a comprender y a aplicar las importantes enseñanzas del Señor. Se te fortalecerá para que vivas digno de recibir las ordenanzas sagradas del templo y para prestar servicio en una misión de tiempo completo. Esas experiencias establecerán un cimiento para las bendiciones que recibirás al ser un buen esposo y padre.

A ti, jovencita, muchas partes de Predicad Mi Evangelio te prepararán para comprender y aplicar la doctrina en tu función de esposa y madre. Si decides prestar servicio misional de tiempo completo, tendrás un fundamento para hacerlo. Seas un joven o una jovencita, los programas de seminario te ayudarán a colocar un cimiento para la felicidad y el éxito en la vida. Existe un curso especial en el programa de instituto y en los tres planteles de la Universidad Brigham Young que te pueden preparar para el servicio misional. Está basado en los principios que se enseñan en Predicad Mi Evangelio y va de la mano con esa poderosa fuente de consulta. Ese curso te dará una instrucción preparatoria para cuando seas llamado a servir.

El poder y la eficacia de la guía Predicad Mi Evangelio para misioneros, líderes, miembros y padres se manifiestan en el hecho de que ya se han distribuido casi un millón de ejemplares. ¿Te ha beneficiado el tener tu propio ejemplar?

Obispo o presidente de rama, mediante entrevistas motivadoras, a usted le es posible bendecir a todo joven de su barrio y también a algunos matrimonios al alentarlos a prepararse para misiones de tiempo completo. No sólo bendecirá a esos futuros misioneros sino que también podrá contestar las oraciones de padres que tienen un hijo adulto que no se decide a cumplir una misión a pesar de los esfuerzos que ellos hacen por alentar ese deseo. Por ejemplo, desde su niñez hasta que fue adulta, nuestra hija mayor Mary Lee oyó a sus padres hablar de las experiencias misionales que habían atesorado. Le explicamos cómo las desafiantes oportunidades misionales enriquecieron nuestra vida y colocaron el cimiento de todo lo que valoramos. No obstante, también le enseñamos que sería su decisión el prestar o no servicio misional. Mientras crecía, era evidente que deseaba ser misionera; sin embargo, al acercarse a la edad apropiada, sus emocionantes experiencias en la universidad comenzaron a presentarle otras opciones atrayentes. En una ocasión, cuando mencionó que se debatía con esa incertidumbre, se le aconsejó hablar con su obispo. Después de pedir una entrevista, al estar sentada frente a su excelente obispo, ella le preguntó: ¿Qué opina acerca de la idea de que sirva como misionera de tiempo completo? Él obispo saltó de la silla y, dando palmadas sobre el escritorio, dijo: “Eso es lo más maravilloso que puedes hacer”. Ese comentario fue el que inclinó la balanza.

Mary Lee prestó una excelente misión en España que develó habilidades escondidas, maduró su desarrollo espiritual e hizo que florecieran aptitudes que la han bendecido como esposa y madre. El obispo que tuvo tan grande influencia en mi hija es J. Willard Marriott, Jr., quien en la actualidad presta servicio como Setenta de Área, pero nosotros lo recordamos más por lo que hizo por Mary Lee. Ella ahora tiene su propia familia, y los buenos ejemplos misionales del padre y la madre han logrado que un hijo y una hija de ellos cumplieran misiones ejemplares. El otro hijo será sin duda un misionero y la más pequeña tomará en su debido tiempo la decisión correcta. Otro de los nietos, siguiendo los pasos de su padre, fue llamado recientemente a la Misión México Cuernavaca.

Obispos y presidentes de rama, ustedes pueden tener ese poderoso impacto en los misioneros a los que alienten y preparen y también en la posteridad de ellos. Utilicen la colaboración de los líderes y asesores de los quórumes del Sacerdocio Aarónico, así como de los sumos sacerdotes, élderes y líderes de las mujeres jóvenes para preparar a todos los misioneros dignos que les sea posible preparar. Mediante el uso de los nuevos materiales misionales, más misioneros recomendados por usted llegarán al campo misional mejor preparados y más motivados para servir. Aunque la mayoría de los aspirantes potenciales podrán estar listos con muy poco esfuerzo, algunos necesitan hacer ajustes importantes en su vida para cumplir con las normas, pero con el apoyo y la ayuda de las padres, ayúdenles a cumplir con ellas.

Oren para saber a qué matrimonios debe alentar para que llenen sus papeles para el llamamiento de una misión de tiempo completo. Hay una necesidad apremiante de ellos.

Siempre me asombra cómo el Espíritu Santo hace concordar las características y las necesidades de cada misionero o matrimonio con la vasta diversidad de situaciones del servicio misional en todo el mundo. He observado cómo a algunos de los élderes y hermanas más firmes y capaces se les llama para servir en los Estados Unidos y Canadá con el fin de mantener aquí fuertes las raíces de la Iglesia. He visto cómo los misioneros que regresan de asignaciones poco comunes, tales como la adaptación a la cultura nativa de las Islas del Pacífico, de Mongolia, de la zona montañosa de Guatemala o que deben prestar servicio con poco contacto con el presidente de misión, cultivan muy bien habilidades personales que antes desconocían.

Ahora deseo hablarles, desde el fondo de mi corazón, de lo que una misión honorable de tiempo completo ha significado para mí personalmente. Me crié en un hogar con padres muy buenos, pero mi padre no era miembro de la Iglesia y mi madre era menos activa. Después de mi misión, eso cambió. Ellos se convirtieron en miembros firmes de la Iglesia y prestaron servicio devoto en el templo, él como sellador y ella como obrera de las ordenanzas. Sin embargo, cuando yo era joven no tenía forma de juzgar personalmente la importancia de una misión. Me enamoré de una joven excepcional, pero al llegar a un punto crítico de nuestro noviazgo, ella dejó muy en claro que sólo se casaría en el templo con un ex misionero. Muy motivado, presté servicio misional en Uruguay.

No fue fácil. El Señor hizo que afrontara muchos problemas que se convirtieron en peldaños en el camino de mi progreso personal. Allí obtuve mi testimonio de que Dios el Padre y Su Amado Hijo Jesucristo visitaron en verdad a José Smith con el fin de empezar la restauración de la verdad, de la autoridad del sacerdocio y de la Iglesia verdadera sobre la tierra. Obtuve un testimonio de que José Smith es un profeta sin igual. Aprendí doctrinas esenciales y descubrí lo que significa dejarse guiar por el Espíritu. Muchas noches me levanté mientras mi compañero dormía con el fin de volcar mi corazón al Señor pidiéndole guía y dirección. Rogué que se me concediera la habilidad de expresar bien en español mi testimonio y la verdad que estaba aprendiendo a un pueblo al que había aprendido a amar. Esas oraciones fueron contestadas abundantemente. Al mismo tiempo, Jeanene, mi futura compañera eterna, se moldeaba para ser una esposa y madre excepcional en su propia misión.

Todo lo que valoro en mi vida comenzó a tomar forma en el campo misional. Si no se me hubiera alentado a ser misionero, no hubiera tenido la compañera eterna y la entrañable familia que amo tanto. Estoy seguro de que no hubiera recibido las excepcionales oportunidades profesionales que me hicieron crecer en todo aspecto, ni los llamamientos sagrados con oportunidades para servir, por los que estaré eternamente agradecido. Mi vida ha sido bendecida más allá de lo imaginable debido a que presté servicio misional.

Jóvenes, ¿comprenden ahora por qué siento tantos deseos de motivar a cada uno de ustedes a ser un misionero digno? ¿Entienden por qué aliento a los matrimonios mayores a planear, si la salud se lo permite, servir al Señor como misioneros? Jovencitas, ¿se dan cuenta de por qué sugiero que algunas de ustedes, si sienten el deseo y no interfiere con un matrimonio inminente, consideren seriamente servir al Señor como misioneras? Nuestro hogar se ha visto grandemente bendecido por una esposa y madre que escogió servir en una misión de tiempo completo durante el tiempo en que yo también prestaba servicio.

Si eres un joven y dudas si debes o no cumplir una misión de tiempo completo, no tomes esa decisión vital basándote únicamente en tu propia prudencia. Busca el consejo de tus padres y de tu obispo o presidente de estaca. En tus oraciones pide conocer la voluntad del Señor. Sé que una misión te proporcionará bendiciones extraordinarias ahora y a lo largo de la vida. Si eres un joven y dudas acerca de una misión, te insto a no orar para saber si debes ir, sino a pedirle al Señor que te guíe en todo sentido para llegar a ser un misionero de tiempo completo digno e investido de poder. Nunca te arrepentirás de prestar servicio misional, pero lo más probable es que te arrepientas de no haber prestado servicio si escoges no hacerlo.

Sé que Jesús es el Cristo, que Su Iglesia y la plenitud de Su Evangelio se han restaurado en la tierra por medio de José Smith, un profeta singularmente importante. Testifico que el devoto servicio misional de tiempo completo es una fuente de gran felicidad y de ricas bendiciones, no sólo para quienes escuchen el mensaje sino también para aquellos que bajo la guía del Espíritu lo den a conocer. En el nombre de Jesucristo. Amén.

Nota

  1. Comunicación de la Primera Presidencia, sin publicar.