2006
Preguntas y respuestas
Junio de 2006


Preguntas y respuestas

“¿Cuál es la mejor manera de obsequiar el Libro de Mormón a un amigo miembro de otra fe?”

Liahona

La mejor manera de compartir el Libro de Mormón es orar y seguir la inspiración del Espíritu. Esto significa que quizá lo compartas de manera diferente con cada uno de tus amigos.

Con el fin de prepararte para compartir el Libro de Mormón, quizá te convenga leer la introducción del Libro, la que presenta una buena reseña escrita con términos que puedes utilizar al explicarlo a tu amigo.

Si tu amigo no sabe lo que es el Libro de Mormón, explícaselo brevemente. Dile que es otro testamento de Jesucristo, que son Escrituras escritas por profetas que vivieron en el continente americano. También le podrías explicar que el Libro de Mormón se escribió para nuestra época y que lo tradujo el profeta José Smith. Después comparte tu testimonio del Libro.

Después de compartir con tu amigo un ejemplar del Libro de Mormón, ínstalo a comenzar a leerlo. Puedes sugerirle unos cuantos pasajes para comenzar. Los misioneros suelen invitar a las personas a leer la introducción, 3 Nefi 11 y Moroni 10:3–5. Incluso podrías compartir algunos de tus versículos favoritos y decirle a tu amigo lo que significan para ti.

Si no dispones de un ejemplar del Libro de Mormón que puedas compartir con tu amigo, dale a conocer www.mormon.org o dale una tarjeta de obsequio. Tu amigo puede obtener un ejemplar gratuito del Libro solicitándolo desde el sitio Web. Lo recibirá por correo o de mano de los misioneros, según lo prefiera tu amigo.

Es importante compartir el Libro de Mormón con los demás, ya que testifica de Cristo y de la restauración del Evangelio. El presidente Gordon B. Hinckley dijo recientemente: “El Libro de Mormón ha salido a la luz por el don y el poder de Dios; habla como una voz desde el polvo en testimonio del Hijo de Dios; habla de Su nacimiento, de Su ministerio, de Su crucifixión y resurrección, y de Su aparición a los justos en la tierra de Abundancia en el nuevo mundo.

“Es algo que se puede palpar, que se puede leer, que se puede poner a prueba. Dentro de sus cubiertas lleva la promesa de su origen divino. Millones de personas ya lo han puesto a prueba y han descubierto que es un registro verdadero y sagrado” (“Las cosas grandes que Dios ha revelado”, Liahona, mayo de 2005, págs. 81–82).

Invita a tu amigo a unirse a los millones de personas que han leído el Libro de Mormón, que han orado al respecto y que han llegado al conocimiento de su veracidad.

Lectores

Siempre he deseado compartir el Libro de Mormón, pero nunca encontré la manera ideal para ello. Con el tiempo, se fortaleció mi confianza en las doctrinas del Evangelio y deseé compartir con todas las personas el mismo gozo que yo sentía al seguir a Jesucristo. Sólo así descubrí que para obsequiar el Libro de Mormón a otra persona debía expresar mi testimonio del cambio que ha aportado a mi vida y a la de otras personas. Si somos buenos amigos, aprenderán mediante nuestro ejemplo que este testimonio es cierto y tendrán el deseo de obtenerlo también.

Gisela M., 21, Mozambique

Obsequia el Libro de Mormón acompañado de la Biblia. De ese modo, podrás explicar que se trata de otro testamento de Cristo y que esos dos libros se complementan el uno al otro. También puedes explicar que Cristo visitó América y que el relato de Su visita que se encuentra en el Libro de Mormón nos sirve para comprender mejor la vida de Cristo. Sé que este libro es verdadero, que nos ayuda en la vida y que también ayudará a nuestros amigos.

Cathy U., 17, Francia

Una vez, una amiga mía miembro de otra religión estaba celebrando su cumpleaños y decidí regalarle un ejemplar del Libro de Mormón. En la dedicación escribí que éste era el regalo más preciado que podía entregarle, y lo envolví. Eso estimuló su curiosidad y comenzó a leerlo en ese mismo instante.

Marcus A., 16, Brasil

Puede dar miedo compartir el Libro de Mormón, pero sé que si oras antes, pidiendo la ayuda y la guía del Espíritu, todo saldrá bien. En cuanto a los cuatro últimos ejemplares que he regalado, he marcado en rojo algunos de mis pasajes preferidos (entre ellos Moroni 10:3–6) y he colocado una tarjeta en el Libro para designar la página. De ese modo, la persona a quien le dé el Libro sabrá por dónde comenzar. Un libro de 500 páginas nos puede intimidar. También suelo explicar que el pueblo del Libro de Mormón son las “otras ovejas” a las que Cristo se refirió en Juan 10:16. Después comparto mi testimonio con la persona a quien doy el libro.

Rebecca C., 17, Illinois, EE.UU.

Una buena manera de obsequiar el Libro de Mormón es decir: “Me gustaría regalarte un libro que contiene la historia de un pueblo que vivía en las Américas”. Escribiría una dedicación con mis sentimientos y el respeto que siento por el Libro de Mormón. También le pediría al Señor que le ayudara a mi amiga a entender que es un libro inspirado.

Ana B., 15, Brasil

La mejor manera que tengo de compartir el Libro de Mormón es llevar siempre las Escrituras a la escuela y durante las vacaciones. Cuando leo el Libro de Mormón, se me presentan oportunidades muy buenas de compartirlo con los demás, porque tienen curiosidad por saber qué leo. Esto me ha dado muy buen resultado y dos amigos míos me han pedido un ejemplar del Libro de Mormón. Les hago comprender que Dios no se acuerda de una sola nación, sino de todo el mundo.

Matilde C., 18, Perú

Primero, busca creencias comunes diciéndole a tu amigo que creemos que Jesucristo es nuestro Salvador y que la Biblia es la palabra de Dios. Después dile que creemos en otro libro de Escrituras llamado el Libro de Mormón, y que éste también testifica que Jesús es el Cristo. Puedes compartir algunos pasajes de la Biblia que hablan del Libro de Mormón, como Salmos 85:11; Isaías 29:11–12; Ezequiel 37:15–17, y Juan 10:16.

Christopher W., 16, California, EE.UU.

Las respuestas de Liahona y de los lectores tienen por objeto servir de ayuda y exponer un punto de vista, y no deben considerarse como pronunciamientos de doctrina de la Iglesia.

Si contamos con el deseo y oramos al respecto, recibiremos inspiración sobre… cómo compartir el Libro de Mormón con un vecino… Cada uno debe buscar el modo que mejor se adapte a sus posibilidades”.

Élder Charles Didier, de la Presidencia de los Setenta, en “Enseñar con el corazón”, Liahona, junio de 2004, pág. 13.