2006
¿Sabías que…?
Septiembre de 2006


¿Sabías que…?

Pauta de liderazgo

Una parte importante del ser líder es saber delegar. Jesucristo estableció el ejemplo perfecto de dar participación a Sus discípulos: compartió con ellos Su obra; Él les daba determinadas tareas para hacer y confiaba en ellos. Si sigues el ejemplo del Salvador y delegas trabajo en los miembros de tu clase o quórum, la labor se realizará y la capacidad de todos aumentará.

Puedes delegar eficazmente si…

  • Conoces y entiendes la asignación.

  • Pides a alguien que acepte llevarla a cabo.

  • Le explicas lo que hay que hacer, no sólo la manera de hacerlo.

  • Fijas una fecha para realizarla.

  • Pides a la persona que te dé un informe después de realizar la asignación.

Estudio de las Escrituras: ¿Cuán dedicado eres?

¿Eres un genio de las Escrituras o el tipo de persona que dice: “¿Qué? ¿Escrituras…?”. Este cuestionario te dará la respuesta. Emplea la clave que está al final para saber tu puntaje.

  1. Estás por ponerte a leer las Escrituras. Lo primero que haces es:

    1. Fijarte en la hora, para asegurarte de leer por lo menos 10 minutos.

    2. Arrodillarte y orar para comprender por el Espíritu lo que leas.

    3. Preguntarte si cuando leas de nuevo 1 Nefi, Lamán y Lemuel estarán todavía murmurando.

  2. Mientras lees el Libro de Mormón, recibes una impresión de hacer algo; entonces decides:

    1. Anotarlo, así no se te olvida. ¡Sabías que el diario de las Escrituras te vendría bien algún día!

    2. Hacer el esfuerzo de recordarlo por lo menos durante una semana.

    3. Leer las Escrituras más seguido para recibir más impresiones como ésa, pero al día siguiente olvidarte de lo que debías hacer.

  3. Regresas de las clases muy cansado y con una enormidad de tareas escolares, así que decides:

    1. Dormir una siesta, comer y hacer tus tareas escolares hasta quedarte dormido.

    2. Hacer las tareas, comer y estudiar los versículos del Dominio de las Escrituras para el examen de seminario que tendrás mañana por la mañana.

    3. Dormir una siesta, hacer las tareas, comer e irte a la cama. Por las Escrituras no te preocupas, porque ya las leíste por la mañana, cuando estabas bien despierto.

  4. Si alguien encontrara tus libros de Escrituras, seguramente diría:

    1. Mmmm, ¿por qué están estas páginas todavía pegadas las unas a las otras?

    2. ¡Eh! Tu marcador está en Mosíah. En este momento en seminario, ¿no estamos estudiando Alma?

    3. Tu libro está todo subrayado y muy gastado; lo has de leer mucho.

¡A ver cómo te fue en el puntaje!

  1. a = 2; b = 3; c = 1

  2. a = 3; b = 2; c = 1

  3. a = 1; b = 2; c = 3

  4. a = 1; b = 2; c = 3

1–4 puntos: Necesitado de Escrituras.

Y bien, al menos parece que tienes Escrituras. Ahora ha llegado el momento de abrirlas y deleitarte en las palabras de Cristo. Hay mucho que aprender y en las Escrituras se encuentra mucho consuelo. ¡Léelas y verás!

5–8 puntos: Interesado en las Escrituras.

Estás tratando de leerlas, ¡muy bien! Pero todavía tienes que hacer más esfuerzo. Aparta un tiempo para estudiarlas de verdad y acuérdate de orar antes de hacerlo.

9–12 puntos: Fuerte en las Escrituras.

Hay mucho que aprender en ellas y has empezado muy bien. Sigue esforzándote. Acuérdate de estudiarlas diariamente y de empezar a compartirlas con otras personas para mantenerte “fuerte en las Escrituras”.