2007
Tratar, tratar, tratar
Marzo de 2007


Tiempo para compartir

Tratar, tratar, tratar

“…seguidme y haced las cosas que me habéis visto hacer” (2 Nefi 31:12).

Hace muchos años la gente solía construir magníficos jardines laberínticos con los que deleitar a sus amigos. Podaban los arbustos para crear senderos por los que la gente pudiera adentrarse y vagar intentando encontrar la salida. A muchos les gustaba pasear por los enormes laberintos creados a partir de jardines. Había quienes solían confundirse al estar en esos senderos, pero aun así disfrutaban de un paseo agradable y terminaban por encontrar la salida. Tenían que tratar, tratar y tratar. Aún hay laberintos de jardines y las personas que los visitan disfrutan de adentrarse en ellos.

Así como las personas que visitan estos laberintos se abren camino tomando una decisión cada vez que llegan a una encrucijada, también cada uno de nosotros se abre camino durante la vida. A diario tenemos que tomar decisiones; algunas no son importantes. En realidad no importa si te pones una camisa azul o roja. Pero hay muchas decisiones que sí lo son. Cuando te enfrentas con la decisión de decir la verdad o mentir, es importante que digas la verdad.

En cuanto a las decisiones importantes, puedes estar seguro de hacer lo correcto si te preguntas: “¿Qué haría Jesús?”. Si tratamos de ser como Cristo —al tratar, tratar, tratar—, haremos lo correcto. Jesús siempre hizo lo correcto y nuestra fe aumenta cuando seguimos Su ejemplo.

Actividad

Valiéndote de un dedo, traza un camino por el laberinto. Cada vez que llegues a una decisión, decide qué haría Jesús. Comienza en “Nacimiento” y sigue el ejemplo de Jesús hasta llegar a “Vida eterna”.

Ideas del Tiempo para compartir

  1. 1. Explique que seguir el ejemplo de Jesús nos ayudará a regresar a la presencia de nuestro Padre Celestial. Pregunte a los niños qué es el ejemplo y pídales que mencionen algunos que conozcan. Por ejemplo, un maestro podría resolver un problema de matemáticas para demostrar a sus alumnos cómo solucionar otros problemas. Un entrenador de fútbol podría lanzar una pelota para demostrarle a su equipo cómo se hace. Explique que seguir el ejemplo de Jesús nos ayudará a tomar buenas decisiones. Prepare casos para analizar (véase “Casos para analizar”, La enseñanza: El llamamiento más importante, 1999, pág. 184) basados en situaciones reales. Entregue un caso a cada clase y pídales que analicen el problema. Pida a los niños que solucionen el problema preguntando: “¿Qué haría yo para seguir el ejemplo de Jesús?”. Pida a cada clase que informe de cómo pueden seguir a Jesús. Explique que para ser como Jesús, debemos esforzarnos por hacerlo. La clave es tratar. Testifique que seguir el ejemplo de Jesús requiere esfuerzos y que esto nos hará felices.

  2. 2. Invite al obispo o al presidente de rama (o a otro miembro del obispado o de la presidencia de rama) a mostrarles a los niños su licencia (permiso) de conducir autos. (También valdría cualquier otro tipo de permiso o licencia, por ejemplo, de caza, pesca, etc.) Pídale que hable de los requisitos que tuvo que cumplir para obtener dicha licencia o permiso y entonces pídale que les muestre un documento aún más importante: su recomendación para el templo. Pídale que les diga a los niños algunas de las cosas que precisan hacer para conseguir una recomendación para el templo. Prepare varias tiras de papel y escriba en cada una un principio del Evangelio que sea necesario vivir a fin de poder ir al templo, y un número de pasos. Por ejemplo: “Guardas la Palabra de Sabiduría: avanza dos pasos”. Coloque una lámina de un templo en cada pared y pida a cuatro niños que comiencen en el centro del cuarto y que cada uno avance hacia un templo diferente. (Acláreles que no se trata de una competencia. Usted desea que todos los niños alcancen el templo.) Pida a cada niño que elija una tira de papel, que lea el principio y que avance el número de pasos que se indica. Cada vez que un niño llegue al templo, pídale que busque una canción en el reverso de la lámina. Canten la canción y prosigan con el juego. Después de cantar todas las canciones, aliente a los niños a vivir dignos de entrar al templo.