2007
Nos convirtió en una familia
Junio de 2007


Nos convirtió en una familia

Seis maneras mediante las que llevamos a cabo noches de hogar familiares significativas.

Según mi experiencia, no existe problema tan grande que una familia firmemente fundada en los principios del Evangelio no pueda sobrellevar o superar. Teniendo eso en mente, mi esposo y yo nos hemos dado cuenta del tremendo poder de una provechosa noche de hogar. A medida que nos esforzamos por que cada noche de hogar resulte una experiencia agradable y edificante, sentamos las bases de un hogar feliz.

Alrededor de un año después de que mi esposo y yo nos casamos, las tres hijas pequeñas de mi hermano menor vinieron a vivir con nosotros. La hermana menor de mi esposo y una amiga mía también pidieron que les permitiéramos quedarse con nosotros durante un tiempo y, dado que no teníamos hijos, les recibimos a todos. De repente, ya no éramos sólo una pareja, sino una gran familia.

Antes de eso, mi esposo y yo no nos tomábamos demasiado en serio la idea de efectuar la noche de hogar, porque éramos sólo nosotros dos; pero ahora que éramos una gran familia, decidimos poner en marcha el programa en casa como era debido.

Desde nuestra primera noche de hogar juntos, nuestros lunes dejaron de ser lo mismo, así como nuestra vida, gracias a aquellas maravillosas experiencias. Nuestra casa, habitualmente muy silenciosa, comenzó a llenarse de música. Las niñas que no sabían leer empezaron a aprender a hacerlo y a disfrutar con ello. Los de la familia que eran tímidos y no se atrevían a aceptar las asignaciones cobraron confianza y se mostraron ansiosos por participar, llegando incluso a ofrecerse para presentaciones especiales. Durante la semana, todo el mundo estaba ilusionado hablando de lo que habíamos hecho el lunes anterior y de lo que nos tocaría hacer el lunes siguiente. El entusiasmo aumentaba a medida que se acercaba el lunes y los miembros de la familia se mantenían ocupados preparando sus “grandes sorpresas”.

La promesa de una noche de hogar alegre y placentera se convirtió incluso en una motivación para que todos cumplieran con sus tareas del hogar. Cada noche de hogar aportaba perspectivas y descubrimientos que enriquecían nuestra vida.

A continuación hay una lista de ideas que nos sirvieron para lograr que nuestra noche de hogar familiar resultara provechosa y eficaz:

1 Planificar. Nos reuníamos con regularidad, en familia, para decidir los temas semanales, y acordamos que formularíamos un nuevo plan cada tres meses.

2 Incluir a todo el mundo. Cada uno tenía una asignación, que podía ser planificar los temas y las actividades, asignar a alguien para que diera la lección o servir como líder de la noche de hogar de la semana en cuestión. Los más tímidos y nerviosos recibían un mayor apoyo y ayuda para asegurarnos de que cumplieran sus asignaciones con éxito y para que se dieran cuenta de la importancia de su aporte a la noche de hogar.

3 Crear un programa estructurado pero flexible. Llevábamos un cuaderno de notas en el que apuntábamos nuestros temas semanales y lo que sucedía en cada noche de hogar. Eso nos sirvió para recordar las lecciones, los juegos, las actividades y los temas que ya habíamos utilizado y nos facilitaba la tarea del seguimiento de las asignaciones anteriores. La persona que dirigía se encargaba de anunciar el tema de la siguiente semana, de dar las asignaciones para la siguiente noche de hogar y de apuntarlas. Esa persona también recordaba a cada uno su asignación para la próxima noche de hogar.

4 Satisfacer las necesidades y los intereses de los miembros de la familia. Los temas, las lecciones, las actividades e incluso los juegos se escogían con detenimiento para que se adaptaran a las necesidades específicas de la familia y mantuvieran el interés de los participantes durante la velada. A propósito, todos los elementos tenían una relación entre sí, a fin de que juntos proporcionaran realce al objetivo de cada noche. Al principio, mi esposo y yo nos asegurábamos de que cada actividad guardara relación con el tema y el objetivo, pero muy pronto hasta los miembros más jóvenes de la familia aprendieron a hacerlo también.

Por ejemplo, después de una lección titulada “Mostrar aprecio por nuestra familia”, la persona que dirigía nos pidió que nos sentáramos en círculo y escucháramos palabras de aprecio expresadas por todos. Después nos separamos de dos en dos e hicimos una lista de los beneficios que obtendríamos al aprender a apreciarnos unos a otros.

5 Ser constantes y dedicados. Quizá uno de los mayores factores del éxito de nuestra noche de hogar haya sido nuestra constancia en llevarlas a cabo y en incluir a todas las personas. Siempre nos mostrábamos dispuestos a ayudar en cualquier momento a la persona que fuera. Durante la semana, observábamos si alguien necesitaba ayuda y dedicábamos tiempo a averiguar la manera de ayudarles. Si había recomendaciones o peticiones que acordábamos poner en marcha en los días siguientes, colocábamos recordatorios en las paredes y preparábamos listas de seguimiento.

6 Utilizar los recursos disponibles. Teníamos ayudas didácticas, manuales de referencia y otros materiales de consulta disponibles en nuestra biblioteca familiar, como el Manual de sugerencias para la noche de hogar (artículo Nº 31106 002) y otros manuales de la Iglesia, libros de juegos y de ideas, las Escrituras y las revistas de la Iglesia. También reservamos diversos artículos de oficina para que todo el mundo pudiera utilizarlos para las actividades.

Mi esposo y yo también nos percatamos de que la noche de hogar es un medio eficaz para tratar cuestiones familiares sin que nadie se sienta intimidado. No había ninguna reprimenda, culpa, crítica ni ridiculización; era un momento en el que transmitíamos amor, cultivábamos aptitudes, inculcábamos valores, estimulábamos la confianza en cada uno, adquiríamos conocimiento y enseñábamos principios eternos. Gracias a nuestro esfuerzo constante y unido por llevar a cabo la noche de hogar, nuestra familia fue bendecida.

Mis sobrinas han regresado ya con su padre, mi cuñada se ha trasladado y vive sola y mi amiga vive ahora en una residencia estudiantil cercana a la escuela a la que asiste. Ya estamos otra vez solos en pareja, pero seguimos realizando estas divertidas y provechosas noches de hogar. A veces invitamos a otras familias a unirse a nosotros, y otras veces disfrutamos conociéndonos mejor el uno al otro, tratando nuestros problemas juntos y expresando nuestro aprecio mutuo. Nuestros temas y actividades siguen siendo sencillos y se concentran en nuestras necesidades.

No nos cabe duda de que la noche de hogar es un programa inspirado. Cada noche de hogar productiva es un ladrillo que se agrega a la muralla protectora contra las fuerzas que procuran destruir a las familias felices y exitosas.