2008
Los miembros del barrio dan el ejemplo de la preparación misional
Agosto de 2008


Los miembros del barrio dan el ejemplo de la preparación misional

Las familias fuertes que brindan apoyo y que están firmemente cimentadas en el Evangelio juegan un papel vital en la preparación de los jóvenes para que algún día futuro éstos compartan el Evangelio como misioneros de tiempo completo. Agreguemos a ello el apoyo de líderes dedicados y el resultado es una generación de misioneros dedicados.

Así ha sido el caso en el Barrio Voyager de la Estaca Val Vista, Gilbert, Arizona. De sus trescientos diez miembros, en los últimos dos años veintiún élderes y una hermana han aceptado llamamientos para servir al Señor.

¿Qué se ha hecho para que haya una dedicación de este tipo? La previsión de la familia, ejemplos excelentes y el hacer de la preparación una prioridad a temprana edad.

La previsión de la familia

Christopher Law regresó hace poco de la Misión Massachusetts Boston. “No recuerdo cuándo decidí servir en una misión”, dijo. “Siempre supe que lo haría… El servir en una misión era parte de la conversación diaria de nuestra familia”.

Las familias que ayudan a sus hijos a anticipar el servicio misional desde temprana edad contribuyen a que los jóvenes sean entusiastas y dedicados.

El obispo William Whatcott, del Barrio Voyager, dijo: “Pienso que el hincapié que los padres han hecho en la importancia de servir ha sido crítico. Gracias a ello, nos hemos dado cuenta de que para cuando los jóvenes reciben el Sacerdocio Aarónico en el oficio de diácono, la decisión de servir en una misión ya está tomada, y su deseo de mantenerse fieles y cerca del Evangelio durante la adolescencia es mayor”.

La familia es la que mejor puede preparar a un futuro misionero con lo que él o ella requerirá, tanto en el aspecto espiritual como en las cosas prácticas. La noche de hogar es uno de los recursos clave con los que la familia cuenta para ayudar a sus hijos a prepararse para servir.

Frank Lang, asesor del quórum de presbíteros y padre de un misionero, alentó a los padres a llevar a cabo la noche de hogar, ya sea que fueran miembros nuevos o de mucho tiempo.

“Es allí que nuestros hijos aprenden sobre el Evangelio”, dijo él. También ofrece oportunidades frecuentes para recalcar la importancia de la preparación y el servicio misional.

El hermano Law observó que la noche de hogar es un momento para que su familia haga obra misional. “El hacer que la obra misional sea parte de la familia contribuye a que se cultive el deseo de servir”, dijo él.

Ejemplos excelentes

Mientras que la familia es clave para fomentar la preparación práctica y espiritual, el ánimo y el ejemplo de buenos líderes de la Iglesia pueden apoyar la instrucción que se da en casa y pueden tener una gran influencia en la vida de los miembros de la familia.

“Hemos tenido líderes maravillosos que han dado un gran ejemplo, así como muy buenos mentores e instructores”, dijo el obispo Whatcott. “Desde que estos jóvenes son diáconos hasta que se van a la misión, sus líderes se han concentrado en ayudarles a mantenerse activos en la Iglesia y a que conserven el deseo de servir en una misión”.

Una vez al mes los jóvenes del Barrio Voyager se reúnen para escuchar a los ex misioneros de su barrio, incluidos los que sirvieron hace muchos años, compartir su testimonio y las experiencias misionales que hayan cambiado su vida. El obispo Whatcott dice que esa experiencia mensual es “de valor incalculable”.

El hermano Lang está de acuerdo. “Los jóvenes captan la visión de lo importante que es la misión para estos hermanos, de cómo ha afectado su vida, incluso en la actualidad”, dijo él. “Estos ex misioneros dan un potente testimonio de la importancia de servir en una misión”.

Los líderes del Barrio Voyager también piensan que es apropiado reunir a los jóvenes el domingo por la tarde antes de que uno de ellos parta al centro de capacitación misional. Tras una cena sencilla, los jóvenes comparten lo que el élder que va a salir significa para ellos, y él a su vez da su testimonio.

El hacer de la preparación una prioridad

La preparación misional tiene más probabilidades de ser una prioridad en la vida de los jóvenes si lo es también en la vida de los padres y de los líderes.

Los líderes del sacerdocio se esfuerzan por apoyar a la familia años antes de que el joven esté en edad de ser misionero.

En las clases semanales de preparación misional, los líderes del sacerdocio enseñan con la ayuda de los ex misioneros que tienen poco tiempo de haber regresado. Para las lecciones y el análisis en clase, se utiliza el manual Predicad Mi Evangelio. Una vez al mes los padres asisten a la clase, en calidad de “investigadores”, a fin de que los participantes de la clase practiquen la enseñanza del Evangelio.

La asistencia al seminario también es un factor importante para ayudar a los jóvenes a prepararse para servir en una misión, según dice el hermano Law. “Sean activos en seminario”, dijo él. “A mí me ayudó mucho. El dominio de las Escrituras es clave, pues utilicé esos pasajes todos los días durante mi misión”.

Sin embargo, sin importar el grado de prioridad que le den los padres y los líderes, la decisión de servir y de prepararse la debe tomar el misionero.

“Nadie puede convencerlos de que presten servicio si el Espíritu no ha conmovido su corazón”, dijo el hermano Lang. “A cada uno de ellos se les debe enseñar por medio del Espíritu y deben convertirse por el Espíritu. Ni nosotros los líderes ni los jóvenes podemos hacerlo”.

Vee Hiapo, madre de dos ex misioneros, B. J. y Kiana, dice: “Debemos tener fe en que nuestros hijos tomarán las decisiones correctas y permitirles utilizar su albedrío”.

Y finalmente, si un joven o una jovencita decide prestar servicio, incluso aquellos que quizá tengan dificultades económicas o que no tengan el apoyo de la familia, encontrarán la forma de hacerlo. “El Señor proporcionará la forma de que presten servicio si lo siguen con fe”, dice Lothaire Bloth, presidente de la Estaca Val Vista.