2008
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Septiembre de 2008


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Cómo obtener un testimonio

Estoy muy agradecida por disfrutar en casa de la revista Liahona. En ella se contestan muchas de mis preguntas. Un artículo escrito por el élder David A. Bednar, “Buscar conocimiento por la fe” (septiembre de 2007), me ha sido de gran ayuda. Sentí el Espíritu al leerlo y recibí la respuesta de que para obtener un testimonio del Libro de Mormón, debemos expresar dicho testimonio y entonces el Espíritu nos hará saber que es verídico.

Genes L. Nallonar, Filipinas

Tres mensajes para todos

Cada día me siento más agradecida por Liahona, nuestra revista de la Iglesia. Desempeña un papel muy importante en mi vida. En numerosas ocasiones, la revista me ha ayudado a tomar la decisión correcta. En el artículo de abril de 2007, “Tres mensajes para los jóvenes adultos”, el élder Earl C. Tingey animó a los jóvenes a ser miembros activos de la Iglesia. Les aconsejó que se prepararan para el día de mañana tomando decisiones sabias hoy, para que, si se encuentran en una situación complicada, no tengan miedo ni se queden sin saber qué hacer, sino que estén listos para afrontarla. Este artículo iba dirigido a los jóvenes adultos de la Iglesia. Tengo cincuenta y cinco años, pero al leerlo me di cuenta de que estaba escrito también para mí.

Olga Khripko, Ucrania

La importancia del arrepentimiento

Se me ha llamado a servir como maestra de la lección del cuarto domingo de la Sociedad de Socorro. Una de las lecciones que enseñé trataba de un discurso titulado “El arrepentimiento y la conversión”, por el élder Russell M. Nelson, que apareció en el número de mayo de 2007. Mientras preparaba la lección, aprendí y sentí cuán importante es el arrepentimiento.

Siempre espero con impaciencia el momento de leer la revista Liahona, pues al hacerlo puedo aprender y sentir muchas cosas.

Anónimo, Japón

¿Le ha gustado la revista?

Mi esposo era la persona encargada de distribuir la revista Liahona por todo el Perú cada mes. En sus viajes, se encontraba en los puestos de seguridad con personas que no eran miembros de la Iglesia. Cuando le preguntaban: “¿Qué lleva en la camioneta?”, su amable respuesta era la siguiente: “Revistas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. La revista que llevo se llama Liahona”.

Muchas veces se quedaban intrigados y querían saber más al respecto, y mi esposo siempre llevaba ejemplares adicionales para regalarlos. Siempre volvía a los mismos lugares, así que al llegar les preguntaba: “¿Le gustó la revista?”. Si respondían que la habían leído, les daba su nombre a los misioneros para que fueran a visitarles y a enseñarles sobre la Iglesia.

Un día, años más tarde, al salir del templo, cuál no sería nuestra sorpresa cuando mi esposo reconoció a una persona que trabajaba en uno de esos puestos de seguridad. Se había bautizado, y ahora él y sus seres queridos se estaban preparando para llegar a ser una familia eterna.

Gracias, queridos hermanos y hermanas, por escribir artículos tan interesantes. Nos ayudan a todos a progresar, y todo lo que leemos en la revista nos llega al corazón.

Ana Meza de Eulogio, Perú

La revista Liahona es nuestra guía

Hace más de treinta y cuatro años que soy lector de Liahona. A menudo lloro al leer acerca de mis hermanos y hermanas, y lo fieles que son al esforzarse por vivir el Evangelio. Me encanta todo lo que contiene la revista, pero les doy gracias especialmente por el artículo “Cómo ayudar a los que se debaten con la atracción hacia las personas de su mismo sexo”, por el élder Jeffrey R. Holland (octubre de 2007). Junto con las Escrituras, la revista Liahona es una guía para nuestra familia.

Nombre omitido